Siento que alguien me mueve el hombro por lo que abro los ojos y veo a mi profesora de literatura mover los labios.
Frunzo el ceño al no poder entender, entonces me percato de que llevo puestos los auriculares.
-¡Clayton! ¡La clase terminó hace quince minutos! Tal vez le convendría prestar un poco mas de atención - se volteó moviendo sus grandes caderas por todo el camino devuelta a su escritorio.
Resoplé tomando mis cosas y arrojándolas dentro de la mochila. Me la colgué al hombro y salí del aula vacía.
-¡Clayton!- Los amigos de Maxie me sonríen cuando me acerco a nuestra mesa de siempre - ¿Qué pasó que tardaste tanto en venir? - preguntó Manson.
-Me quedé dormida en literatura - les devuelvo la sonrisa antes de morder una manzana.
-Clarie, deberías dormir mas. El corrector de ojeras ya no te esta siendo de mucha ayuda- dijo Abigail burlándose.
-No tengo puesto, no necesito maquillaje para sentirme bien conmigo misma - respondí a lo que ella abrió la boca ofendida pero no dijo nada.
-¿Qué crees que haces? - Logan fulminó con la mirada a una chica de cabello rojo que se acercó a nuestra mesa.
-sentarme- contestó ella como si fuera algo obvio y natural. Todos mis amigos se rieron algo exageradamente para mi gusto -¿Cuál es el problema? - contestó ella levantando una ceja.
-Tu, mi vida - Abigail puso un dedo sobre ella empujandola -No tienes lo necesario para sentarte aquí.
-Como digas, buscaré otra mesa- contestó la pelirroja sin saber que se estaba ganando una enemiga con su respuesta.
Y así pasaban lentamente los días de mi último año del secundario.
Como todo colegio hay estratos, este no es la excepción, no es algo que se pueda evitar. Están los raros, los intelectuales, los deportistas, los bikers y skaters, los idiotas por naturaleza y nosotros, los populares.
-perdón por la tardanza, el equipo me reclamaba- Maxie apareció todo sudado con una guinda debajo del brazo y se sentó a mi lado - hola amor - dijo besando mis labios.
-Hola Max - sonreí en los suyos.
Maxie Steven es sin duda el sueño de cualquiera. Alto, castaño con unos ojos color avellana que te volvían loca y un físico impresionante capaz de atraer hasta hombres. Además, quarterback del equipo.
Realmente es atractivo.
-¿Te llevo a casa? - preguntó a lo que yo asenti parándome. Nos despedimos de nuestros amigos y luego Max puso su brazo alrededor de mi cintura mientras caminábamos hacia su camaro.
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-¿Sabes? Deberías considerar entrar en el equipo de porristas, solo imagina ese cuerpo dentro de esos trajes super ajustados y provocativos. Me vuelvo loco de solo pensarlo - Dijo mi novio con demasiadas hormonas observándome detenidamente.
-¡Max! - exclamé pegándole en el hombro.
-Tienes razón, es una mala idea. Todos podrían ver esos muslos, haciéndote todavía mas deseable e inalcanzable de lo que ya eres. Lastima que eres toda mía y todos esos idiotas solo se quedarán con las ganas -Rodé los ojos ante su comentario y negando con la cabeza abrí la puerta.
-Te veo luego, te amo- me acerqué a el para despedirme. Max plantó un beso en mis labios y cuando me bajé del auto se alejó con los vidrios bajos y una canción de dustep extremadamente fuerte.
Llevé una mano a mi cabeza, era aproximadamente las tres pm y este lunático quería despertar a todo el vecindario.
Giré sobre mis talones buscando indicios de alguien molesto para pedirle disculpas. A lo que mis ojos se centraron en una silueta que me observaba desde una ventana. Esta al cruzar su mirada con la mía se apartó de la ventana y la perdí de vista.
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Abrí mis libros de historia, preparándome para una larga noche de estudio. Ya que, aunque mi plan era comenzar a estudiar con anticipación, por alguna razón u otra terminé dejándolo para último momento.
Con solo leer el título imaginé que no sería llevadero. Pues digamos que no tenía la menor idea del tema porque cuando el profesor se tomó el tiempo para explicarlo demasiado detalladamente yo preferí distraerme.
Llevaba leyendo el mismo párrafo unas trece veces, incapaz de razonarlo. La música, proveniente de la casa de alado, era ruidosa, muy escandaloza y no me ayudaba a concentrarme en absoluto.
Exhausta, llegué a la conclusión que no iba a ser capaz de estudiar a menos que esté en completo silencio, así minimamente podría escuchar mis pensamientos.
Salí de mi casa en shorts, con una remera holgada de snoopy y pantuflas. Golpee la puerta de la casa vecina, nadié contestó y la guitarra eléctrica se escuchaba fuertemente.
Repetí mi serie de golpes pero esta vez con algo mas de fuerza. Primero sentí silencio y luego unas pisadas que se dirigían a la puerta.
Está se abrió y un muchacho alto me abrió la puerta serio. Sus ojos verdes me prestaban atención, como si esperaran una explicación de por qué lo había prácticamente obligado a abandonar sus ruidosa prácticas de guitarra.
-Si no es molestia, ¿podrias bajarle al ruido?-dije exasperada pero educadamente.
-¿te molesta?- levantó su ceja derecha y ha ciendo una media sonrisa, cruzándo sus brazos tatuados por encima de su pecho me miró.
-Mucho, mañana tengo un examen y no me deja concentrar- contesté algo intimidada por su apariencia.
-¿Te desconcentro? - sonrió pícaramente por lo que lo miré con el ceño fruncido. Noté que tenía un piercing en el labio y otro en la nariz.
-Esta bien, tratare de no molestarte más.
-Gracias
Volví a mi habitación, me tiré en mi cama e intenté retomar mis estudios justo por donde los había dejado. Pero un sonido eléctrico, todavía mas fuerte que los anteriores, me lo impidió.
Controlate Clayton.
Tape mis oídos con unas almohadas pero el ensordecedor ruido era demasiado.
Con furia abrí mi ventana y le arrojé contra la suya, la cual queda a menos de dos metros, lo primero que encontré. Entre la bronca digamos que lo que menos me importaba era qué lanzar, solo quería que se callara.
Su ventana al parecer se encontraba cerrada ya que estalló en pedazos. El ruido se detuvo automáticamente y el muchacho tatuado apareció en esta observando los retazos de vidrio esparcidos por el suelo.
El levanta la vista hacia mi con el ceño fruncido.
- Baja el volumen, no me hagas ir hasta alla y tener que romperte la nariz - espeté señalandolo con el dedo índice.
-¿Era necesario romperme la ventana? Y, me encantaría que lo intentes - una media sonrisa se dibuja en su rostro.
Cerré mi ventana bruscamente apenas sus palabras salieron de entre sus dientes, golpeando con el codo un vaso que estaba apoyado sobre mesita de luz.
Rodé los ojos y me dispuse a juntar los pedazos con la mano. Con tanta suerte que en el proceso me corto la mano algo profundamente y corro al baño a desinfectarme.
Vuelvo a la cama, suspiro e intento concentrarme, aunque mi vecino toque la guitarra insistente.
Finalmente me rindo y decido irme a dormir.
Mañana será un nuevo día.
Me digo a mi misma antes de que el sueño se apodere de mi.
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Clarie Clayton en multimedia ;)

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Destiny
Romans-¿Por qué una chica cómo tú hablaría con alguien como yo? Eso no me lo esperaba. -¿Por qué no?-