O c h o

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-¡Vamos Max! ¡el partido ya empezó!- Tiro de su brazo hacía el estadio, donde uno de lo partidos de mi equipo favorito estaba ocurriendo en ese instante y obviamente no quería perdérmelo.

Max rueda los ojos una vez que llegamos a nuestros asientos, yo muy emocionada aliento a mi equipo mas que nunca pero a el parecer no debía interesarle en lo mas mínimo. Entonces en la pantalla se proyecta la "Kiss cam" donde buscan parejas y si las enfocan con la cámara pues, deben darse un beso.

Apoyo mis brazos sobre el respaldo ubicado delante mío y observo a las parejas felices besarse, reír y saludar a la cámara.

-Que chica tan parecida a mi... ¡Soy yo!- Pienso volteando hacia Max- ¡Max!- Le toco el hombro nerviosa pero el esta muy entretenido hablando por teléfono- ¡¡Max!!- La cámara nos quita y enfoca a otra pareja. Le doy un sorbo a mi malteada molesta, sentándome contra el respaldo y miro para otro lado rodando los ojos.

Luego de un par de parejas la cámara nos elige de nuevo.

-¡Hey Max! ¡Dame un beso!- Le muevo el hombro.

-¡Clarie ahora no!- Me quita las manos y continúa hablando. Como era de esperar desaparecemos de la gran pantalla y por supuesto somos el hazme reír de todo el estadio.

-¡Max Steven estamos en la pantalla besame!- Una tercera vez aparecemos enfrente a todo el mundo. Pero el solo me hace señas de que pare con mi "capricho".

Me cruzo de brazos, indignada. De la nada una mano peluda aparece a mi lado, la tomo y me ayuda a pararme y dar una vuelta. La mascota del equipo educadamente me pregunta por mi malteada y se la entrego sin más. Este hace una reverencia y se la vierte completamente sobre Max, luego voltea hacía mi y me carga en sus brazos llevándome hacia otro lado. La gente no puede hacer otra cosa que no sea reír ante la situación, conmigo incluida.

-Gracias, no hacía falta- digo una vez que mis pies tocan el suelo. Aunque no recibo respuesta- ¿No puedes hablar?

Niega con la cabeza entonces volteo notando unos niños observandonos.

La mascota levanta la mano como pidiéndome un segundo de mi tiempo y me entrega su celular. Miro la pantalla y esta en "crear contacto".

-¿Quieres mi número?- el asiente- Sabes que tengo novio- se lo devuelvo pero el no lo acepta- esta bien- digo agendandome.

El levanta los pulgares conforme haciéndome reir.

Luego de unos minutos vuelvo con Max, el partido ya había terminado y mi novio no estaba muy feliz que digamos.

-¿Dónde estabas?- me pregunta desviando la mirada. No le contesto-¿Te ha tocado? ¿Ha puesto una mano sobre ti?- se cabrea.

-¡Dios Max! ¡Escúchate!

-¡Contéstame la pregunta!

-¡No ha pasado nada! ¡paranoico!- grito caminando en dirección contraria a el.

-¿A dónde vas? Ven aquí- lo escucho a mi espalda pero no pienso volver. No solo me ha ignorado todo el partido, sino que me ha dejado en ridículo y también se ofendió cuando me fuí quince minutos con la mascota del equipo, yo debería estar enojada. No el.

Luego de veinte minutos caminando siento mi teléfono vibrar. Miro la hora y noto que son las cinco y cuarenta, oh mierda se supone que en veinte minutos me veré con mi compañera. Entro a whattsapp y veo un nuevo mensaje de Cam.

"Hey CC, ¿te veo a las 6?"

"Lo lamento, no tengo como ir."

"Dime dónde estas y te pasaré a buscar."

"¿No es problema?"

"Para nada."

Entre snow hill y Swedern."


"En cinco estoy allí."



-Gracias por venir por mi- digo subiendome a un auto rojo sonriendole a una muchacha con el mismo color de pelo.

-No hay de que- me devuelve una sonrisa. Conduce aproximadamente unos quince minutos y luego se detiene enfrente a una casa de ladrillos rasados.

-Que linda casa tienes- digo al entrar después de ella. Es pequeña pero tiene estilo. El living es completamente blanco, salvo por una frasada crema que reposa sobre un sillón para dos personas blanco como la nieve. Seguimos caminando hasta llegar a su habitación.

-Pasa- me ordena.

-Permiso- digo entrando en una habitación cálida con una cama de dos plazas en medio, la cual estaba decorado con un acolchado rojizo igual a la pared. Ella camina hasta el escritorio que se encuentra enfrente de esta. El cual esta integrado a una repisa que recorre toda la pared- me encanta tu casa.

-Quién lo diría- dice abriendo un libro.

-¿Qué cosa?- pregunto sentándome en el borde de la cama.

-Que una plástica sería tan amable- dice entregándome las consignas del trabajo.

-Yo no soy como Abigail y sus sombras- le espeto riendo para liberar la tensión.

-Puede ser, pero tienen mucho en común- una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras yo niego con la cabeza.

Dos horas y media después...

-Tengo hambre- Camile se frota el estómago apartándose de las hojas- ¿Te parece si lo dejamos acá?- asiento, sientiendo el hambre crecer- vamos a comer algo- dice bajando las escaleras hacía la cocina.

-¿Quieres?- me ofrece un sándwich de jamón y queso.

-No sabes cuanto- ella suelta una carcajada.

-¿Te gustan tostados?

-Me fascinan- rio mientras ella mete los sándwiches en la tostadora.

Nuevo mensaje de Abi.

Abro el mensaje que resulta ser una difusión sobre una fiesta esta noche, en pleno día de semana.

-¿Todo bien?- Cam pone los tostados sobre el desayunador y sirve jugo de naranja para ambas.

-Es el cumpleaños del novio de Abigail- le doy un trago al jugo.

-¿Vas a ir?- niego con la cabeza intentando no atragantarme- ¿Por qué no?

-No puedo, tengo que estudiar- miento, pues si asistiera a la fiesta sería un gran problema para mi padre y no necesito mas de esos.

-Oh vamos, eres una chica popular ¡comportate como tal!-sonrío- vamos, porfis, nunca me invitaron a una fiesta de ese estilo- me encojo de hombros temerosa.

-Mi papá no me va a dejar.

-Eso dejamelo a mí- insiste y toma mi celular.

-¡¿Que haces?!- mis ojos se abren de par en par al escucharla.

-Hola señor Clayton- se tapa la nariz mientras habla por teléfono con mi padre haciendo que su vos voz suene mas aguda- Quería saber si no es molestia que su hija se quede a dormir con la mía- hace una pausa- ¡Para nada! No han terminado el trabajo y prometieron quedarse hasta tarde para tarminarlo. Además, no me sentiría comoda sabiendo que se va a estas horas de la noche.

-¿Qué te dice?- siento mi corazón salir por mi garganta y ella me indica que guarde silencio agitando la mano.

-Genial, buenas noches Sr. Clayton, un gusto- cuelga- ¿¡Quién quiere ir de fiesta!?- grita saltando de la emoción junto conmigo.


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