Episodio 52. Bonheur quotidien (5)
"Emm..."
Dejé escapar un leve murmullo y me acomodé en una postura más cómoda. Al mover lentamente las piernas, nuestras extremidades se entrelazaron bajo las sábanas. En ese momento, sentí algo duro y metálico en mis dedos cerrados.
"..."
En mi dedo anular izquierdo estaba puesto el anillo de compromiso. Estaba seguro de haberlo dejado en casa antes de salir al trabajo ayer. No hacía falta ver quién me lo había puesto para saber la respuesta.
"Kwon Yido."
Llamé su nombre con voz pausada mientras respiraba hondo. ensé en todo lo que quería preguntarle una vez terminara de fabricar la fragancia. Si tenía la confianza suficiente para poner el anillo en mi dedo mientras dormía, ¿por qué intentaba ocultar nuestro compromiso? Había tantas cosas que quería preguntar y tantas más que deseaba saber.
"Hablemos."
Pero, ¿y si intentar descubrir sus intenciones rompía la paz que teníamos ahora? ¿Y si este momento de felicidad se volvía irrecuperable? ¿Y si nuestra relación terminaba en una separación inevitable?
'Al menos, creo que el señor Kwon Yido no lo abandonará, joven amo.'
Eso fue lo que dijo el secretario Kim, pero no podía deshacerme de la incertidumbre que me invadía. No quería perder esta calidez que nunca antes había sentido. Tal vez por eso, no tenía prisa en aclarar mis dudas. Hasta ahora, había sabido conformarme con la realidad que me ha tocado. Pero esta vez... quería ignorarla y aferrarme a la comodidad de su abrazo.
"Es muy adorable cuando se pone celoso."
Tenía que admitirlo. Al final, había caído por Kwon Yido. Para alguien que nunca había tenido nada valioso, él era la primera y última persona que se volvió importante para mí. Y, por miedo a enfrentar realidad, solo estaba huyendo y evitando lo inevitable.
A veces, la intuición es una prueba más certera que cualquier duda racional. Si podía evitar saber la verdad, prefería hacerlo hasta el final. Aunque fuera un pensamiento cobarde, me había dado un respiro, al menos por ahora.
"El secretario Kim está casado."
"..."
Ante mis palabras, la mano de Kwon Yido se detuvo. Hasta ese momento, había estado jugueteando con mi cabello, pero de repente se quedó inmóvil. Su reacción me pareció divertida, así que dejé escapar una leve risa.
"Si supiera lo devoto que es con su esposa, no diría eso."
El secretario Kim llevaba más de veinte años de matrimonio. No tenían hijos, pero su relación era estable y armoniosa. Al igual que se dedicaba plenamente a su trabajo, también lo hacía con su hogar. Cada vez que hablaba con su esposa por teléfono, se transformaba en el hombre más cariñoso del mundo.
"¿Me estás diciendo que llamaste a un hombre casado en medio de la noche?"
"..."
Por un instante, me quedé sin palabras. Dicho de esa forma, sonaba realmente mal. Levanté la cabeza con incredulidad y lo vi esbozar una ligera sonrisa.
"Es una broma."
A pesar de haberse despertado hace poco, su rostro impecable no mostraba signos de desorden. Quizás por eso, sus palabras no sonaban como una broma en absoluto. Sus ojos se entrecerraron ligeramente mientras parpadeaba con lentitud, manteniéndome atrapado en su mirada.

ESTÁS LEYENDO
Al final de ese recuerdo
RandomMi deber para salvar el negocio familiar es casarme con el alfa que han elegido para mí. Nunca nos habíamos visto antes, pero ¿por qué siento como si ya lo conociera? ¿Por qué me mira de esa forma? ¿Habrá algo que no recuerdo? --- Esta novela NO m...