La jaula de las locas (Parte I)

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Diana y Blanca Morrison causaron estupor con el asesinato de su padre; alucinación, delirio y trastorno de conducta en un caso que conmocionó a toda la sociedad; las jóvenes fueron declaradas inimputables.

Ni la Policía quiere recordarlo. La imagen era atroz, como de película.

El cuerpo de Joe Morrison y sus alrededores completamente cubiertos con sangre. Al lado, sus dos hijas, Diana y Blanca, desnudas y en trance, también salpicadas con sangre, proveniente de las heridas causadas por el centenar de puñaladas que recibió su padre.

"Este caso es un clásico de la psiquiatría forense. Se conoce como locura de a dos", dijo uno de los policías encargado de investigar el caso a la TV. En esta oportunidad, incluyó a un tercero, que era el padre. "La hermana menor, Diana, una psicótica, atrajo a una neurótica profunda, Blanca, para cometer el acto", explicó.

Según el policía, se trató de un caso de violencia genética y cultural. "La alucinación, el delirio y el trastorno de conducta vieron su margen para desarrollarse en el ámbito sectario", explicó. La hermana menor, Diana, de 21 años, estudiaba en la universidad contaduría.

Según una de las hipótesis del hecho, su asistencia a un curso de esoterismo fue lo que la llevó a incursionar en la idea de un "rito de purificación". Los investigadores creen que eso fue lo que quiso practicar con su padre.

"A una persona con ese nivel de psicosis, si se le da la pauta cultural, se le abre el camino para que tenga esos trastornos de conducta", indicó el policía.

El crimen. Fue en marzo de 2000. Los vecinos del barrio donde vivían habían denunciado gritos y ruidos extraños que se sucedieron durante toda la noche anterior. Todo esto habría formado parte del rito de purificación que, según los investigadores, se habría sacado de unos folletos que la más joven tenía de un curso de alquimia.

En esos papeles estaban detallados los pasos del ritual, aunque en ningún caso se incluía el cuchillo y la sangre.

La Policía llegó a la casa de los Morrison en el momento en el que Diana estaba por atacar a Blanca.

Y ahí fue que se encontraron con la escena escabrosa. Incluso se dijo que parte del rostro del hombre había sido arrancado a mordiscones por las jóvenes.

Algunos de estos brotes psicóticos, dicen los especialistas, suelen destaparse a través de las prácticas sectarias.

Inimputables. Los especialistas que llevaron a cabo la investigación, concluyeron que las hermanas son enfermas pisquiátricas, por lo que ninguna de las dos fue a prisión.

Los peritos que analizaron a las hermanas indicaron que Diana, de 21 años, presentaba un trastorno esquizofrénico (alteración mental grave, caracterizada por pérdida de contacto con la realidad, alucinaciones, delirios o pensamiento anormal) y Blanca, de 28, padecía un trastorno esquizofreniforme, lo que las hizo ser consideradas dementes en sentido jurídico.


Las hermanas MorrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora