Mi amuleto de la suerte. [Midorima Shintarou]

Parte 6: Tregua

Hola a todo el mundo! Les dejo una parte más de esta historia y ya creo que esta todo listo para el final! Serán 8 partes en total así que sólo nos quedan dos ^^ En fin, espero que les guste esta y cualquier cosa, saben que pueden comentar. De ante mano gracias por leer! 

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(1) Tú nombre.

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Kento sonreía malvadamente mientras veía como el peliverde a su lado sudaba de nerviosismo.

–Estamos aquí, toca el timbre –soltó el presidente empujando suavemente a Shintarou hacia el citofono.

– ¿Por qué yo? –habló sonrojado.

–Pues, en cierta forma es culpa tuya de que ella este así.

–Solo dije la verdad –acomodo sus gafas mientras miraba la puerta de la casa frente a él.

Sintió cuando alguien paso a su lado y presiono el timbre, Midorima fue empujado nuevamente y esta vez miró a quien lo había hecho. La sonrisa contagiosa de un pelinegro atrajo su atención, gruño suavemente mientras el nombre de aquel joven se escapaba de su boca.

–Necesitabas un poco de ayuda ¿no? Shin-chan. –Kazunari le guiño el ojo y justo en ese momento la dulce y desanimada voz de la chica se oyó tras el citofono.

–¿Qué necesita? –hubo unos segundos de silencio en los cuales Kento casi lo golpeaba para que hablara, al final aclarando su voz dejó salir algunas palabras.

–Soy Midorima ¿Podemos hablar?

– ¿Midorima? –soltó la chica como si estuviera hurgueteando en su mente, buscando algo familiar para ese nombre, estaba totalmente fuera de la realidad, hasta cuando por fin el rostro desagradable de aquel chico se formó en su cabeza. – ¿Cómo encontraste mi dirección?

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Estaba totalmente desarreglada, aun llevaba la ropa de la escuela y su cabello alborotado como si una rata hubiese luchado sobre él. La muchacha les llevó un poco de jugo a ambos, miró de reojo a Shintarou pero sus palabras se dirigieron enseguida al presidente del club.

–¿Por qué están aquí?

–Nos preguntamos por qué no has ido al club.

–Sobre eso... – (1) bajo la vista –tenia cosas que hacer.

– ¿Cómo peinar tu cabello? –soltó Shintarou, haciendo que las mejillas de la joven se sonrojaran de rabia.

–Te necesitamos en el equipo, eres una de las mejores y si queremos ganar este año, tienes que estar ahí –Kento trato de calmar los ánimos entre ambos jóvenes. Le dio un pequeño golpe al peliverde que estaba a su lado –Todos te necesitamos ¿No, Shintarou?

Sonrojado, el as del básquetbol se acomodó las gafas y tratando de no mirar directo a la cara de esa muchacha, habló.

–Creo que eres importante para el club, además... ¿Quieres ser la mejor, no?

Un pequeño temblor se notó en las manos de la chica, quería jugar, quería ser la mejor pero también tenía miedo. ¿Qué pasaba si no lo lograba, si era derrotada una vez más? Sería una vergüenza para su familia, para su madre y sobre todo para ella misma. No podía...

–Por cierto –Shintarou buscó algo en su chaqueta oscura, luego la extendió hasta la chica frente a él –Esto se te cayó el otro día cuando jugamos.

(1) recibió un pequeño objeto en su palma, algo de una textura y forma muy familiar, cuando los dedos vendados del joven se alejaron pudo ver la pieza de shogi que le había regalado su madre, aquello que era su amuleto de la suerte y que siempre llevaba consigo.