Capítulo II: Xiin

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Walter se despierta sudoroso. Van a dar las cinco de la mañana. No tiene que levantarse hasta dentro de una hora. Intenta conciliar el sueño de nuevo pero es incapaz, así que decide levantarse y preparar el desayuno a sus padres. Normalmente un androide lo preparaba pero aún no ha llegado y necesita tener algo que hacer para no pensar. Prepara un gran desayuno para los tres, lo sirve y va a despertar a sus padres.

En el desayuno, sus padres se muestran preocupados y sus movimientos, palabras y gestos se ven forzados. Walter espera que se les pase pronto, es bastante incómodo estar con ellos en esa situación.

Llega el bustrell para llevarlo a clase. Va a sentarse en uno de los asientos del fondo, cuando alguien le pone la zancadilla. Walter lo ignora y se dirige al asiento dejando atrás las risas de sus compañeros de instituto. Cómo odia el bustrell. Está deseando tener un trell propio y sacarse el carné de pilotar para no tener que aguantar más zancadillas de los alumnos más populares. Siempre ha sufrido bromas por sacar mejores notas que el resto de la clase. Se sienta y el bustrell despega. Empieza a llover y Walter se queda ensimismado mirando las gotas resbalar por el cristal. El cristal se empaña por el contraste del calor de dentro con el frío de fuera. Walter quita el vaho con la manga de su chaqueta y ve a una chica caminando por la calle. Tiene el mojado cabello rojo pegado a la cara. No la reconoce hasta que ella lo mira, con esos ojos azules. Es la chica del pasillo. Todo esto ocurre en un par de segundos, que a Walter se le hacen eternos, parece que el tiempo se ha ralentizado. Después, ella aparta la mirada y el tiempo vuelve a correr. Ahora kilómetros los separan, ya que el bustrell va a 500km/h.

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Entra al instituto y llega por los pelos a clase de física. Le cuesta concentrarse en la clase. Es esa muchacha, que lo deja atontado durante varias horas después de cada encuentro que tienen, sin hablar siquiera. Después, va a clase de química. Al llegar, se queda paralizado en el umbral de la puerta. Está ahí, en la mesa del fondo. Ya se le ha secado el pelo y lo lleva recogido en una trenza hipnotizante. Tiene la mirada completamente centrada en su trabajo, hasta que ve a Walter. Centra sus fríos ojos en él y le lanza una breve pero cálida sonrisa. Después, vuelve a centrarse en su tarea. A mitad de la clase, Walter mira hacia la mesa del fondo de reojo, pero no ve nada. No hay nadie trabajando en un suero. Ni siquiera están los instrumentos de trabajo sobre la mesa. Simplemente, hay una mesa corriente y moliente. Decide comentarlo con Kirk, su compañero.

-¿Dónde ha ido esa chica pelirroja? Al principio de la clase estaba en la mesa del fondo-Susurra para que el profesor no le escuche.

-¿De qué hablas?

-La pelirroja de la mesa del fondo. ¿A dónde ha ido?- Sube el tono de voz

-Señor Brown, entiendo que esto le resulte sencillo pero no es razón para molestar al resto de la clase- Es el profesor Johnes. Le ha pillado hablando en clase.

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Necesita hablar con alguien. Necesita que alguien le confirme que no está loco, así que habla con Emma y Alex.

-¿Sabéis esa alumna nueva? La pelirroja con ojos azules._ Walter habla con mucho cuidado, pensando detenidamente sus palabras. No quiere que lo tomen por loco.

-Ajá. La que está comiendo ahí.- Le suelta Emma.

Walter no pierde un segundo. Deja la comida y a unos Emma y Alex pasmados y se va corriendo a una mesita algo apartada. Por fin. Por fin iba a hablar con ella.

Ya casi está. Está a tan solo un par de pasos de la mesa cuando, de repente, se le nubla la vista. El mundo gira bajo sus pies a una velocidad vertiginosa. Unos puntos negros le impiden ver bien. Se siente mareado. Oye las voces distanciadas. Después, todo se vuelve negro.

La Búsqueda [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora