Capítulo III:Ella

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Está escondida debajo de la cama de su habitación de hotel. Sabe que la están buscando. Lo ha sentido. Los siente debajo de ella. Están muy cerca. Ya han cogido a quince de ellos. No sabe qué les han hecho, pero seguro que nada bueno. Seguramente ahora estén muertos. Ahora solo quedan cinco. Uno de ellos, el Guía. Necesita encontrarlo. Ya tiene sus sospechas de quién es. Pero ellos también. Tiene que protegerlo, lo estaba haciendo, pero entonces la encontraron y tuvo que huir, abandonando a es muchacho de ojos verdes y pelo castaño a su suerte.

Están fuera. No tardarán en abrir la puerta de su habitación, y entonces estaría muerta. Sus poderes no funcionarán con ellos. No con tantos. Solo le queda una escapatoria

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La puerta se viene abajo y entran en tropel unos veinticinco soldados. Registran toda la habitación. No hay nada. Registran toda la estancia, pero no encuentran a nadie. No hay indicios de haber dormido nadie ahí.

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Por los pelos. Ahora está en las frías calles de Moscú. Tiene que marcharse de allí cuanto antes, ya no es una ciudad segura para ella. Tampoco puede volver a Melbourne hasta dentro de unos días. Está preocupada por ese muchacho. No parece tener ningún poder y, si lo encuentran, no podrá escapar.

Decide viajar a Nueva Tokyo. Hay tanta gente allí, que no podrán encontrarla. Se instala en un hotelucho de poca monta. Ha descubierto que tardan más en encontrarla si se hospeda en un establecimiento de poca categoría, ya que a ella le encanta todo lo lujoso, y ellos lo saben. Eso es lo peor. Que la conocen. Más que nadie en el mundo.

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En Nueva Tokyo, ha quedado con otra de ellos. La Segunda la llaman. Ahora va a encontrarse con ella. Apenas la recuerda. Se llama Abby. Está buscando un pelo rubio platino y unos ojos negros. Es alta, por lo menos lo suficiente para tener que levantar la vista para hablarle. Encuentra alguien que encaja con la descripción sentada en un pequeño banco alejado de los demás. Recuerda que en Auckland no se llevaba bien con ella, pero los tiempos han cambiado. Han pasado diez años y ahora son perseguidas por ellos.

Se sienta con ella sin rodeos. No hay tiempo que perder. Le cuenta todo lo que sabe sobre un supuesto muchacho que debía guiarlos y sus sospechas sobre su identidad.

-Así que Melbourne. Muy cerca de donde empezó todo.-Comenta Abby con desconfianza.

-Precisamente por eso.

-Bueno. ¿A quién buscamos?

-Es un chico de 17 años. Pelo castaño y ojos verde claro. Va al Shia High School de Melbourne. Vive en el quinto piso del número 34 de Swanston. Se llama Walter Brown.

Nota: Esto no es exactamente un capítulo, y por eso es más corto, pero espero que os guste. Muchas gracias por apoyar la historia. Recordad votar o comentar si os gusta, son detalles que significan mucho para los escritores.

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