San Valentín

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El 14 de febrero estaba a la vuelta de la esquina, y Blitz estaba teniendo una crisis. Nunca había sido bueno con las fechas importantes, pero este año quería sorprender a Stolas con algo especial. El problema era que no tenía ni idea de qué regalarle.

Así que, como todo padre desesperado, recurrió a sus hijos.

-¡Escuchen, escuincles! -dijo, reuniéndolos en la sala-. Se acerca el Día de San Valentín y necesito ayuda. ¿Qué carajos le regalo a su mamá?

Loona, con los brazos cruzados y una ceja levantada, suspiró. -¿Por qué no solo le compras algo caro y llamativo? Stolas ama las cosas elegantes.

-¡No! -intervino Blitza, emocionada-. ¡Tiene que ser algo más romántico! Algo que haga que mamá se derrita de amor.

-¿Como un poema? -sugirió Spiroz, mientras afilaba un cuchillo.

-Blitz y la poesía no combinan -dijo Octavia rodando los ojos.

-Oye, puedo escribir cosas bonitas -se defendió Blitz.

-Sí, claro -respondió Blitzer sarcásticamente-. "Eres como un rifle bien calibrado, siempre listo para disparar."

Los niños rieron y Blitz chasqueó la lengua.

-A ver, genios, si tienen mejores ideas, díganmelas.

Stols, que estaba revisando su teléfono, sonrió. -Podrías organizarle una cita sorpresa. Mamá ama cuando haces cosas espontáneas.

Blitz chasqueó los dedos. -¡Esa es una buena idea! ¿Dónde la hago?

-¡En el palacio! -sugirió Star-. Podemos decorarlo y hacerle una cena romántica.

-¡Y que papá baile con mamá! -añadió Blitza, riendo.

Blitz gruñó. -¿Por qué siempre quieren hacerme bailar?

-Porque te sale muy bien -respondió Spiroz con una sonrisa burlona.

Blitz suspiró, pero al ver la emoción de sus hijos, sonrió. -Está bien, está bien. Organizaremos una cita sorpresa. ¡Pero si esto sale mal, culparé a todos ustedes!

Los niños celebraron, emocionados por el plan. Ahora solo quedaba ejecutar la sorpresa y asegurarse de que Stolas tuviera el mejor San Valentín de su vida.

Blitz estaba emocionado con la sorpresa, pero cuando todo estuvo listo y sus hijos se pararon frente a él con las manos extendidas, supo que algo andaba mal.

-Muy bien, papá -dijo Loona con una sonrisa afilada-. Todo está decorado, la cena está lista, hay música, iluminación perfecta... Ahora, paga.

Blitz entrecerró los ojos. -¿Pagar? ¿De qué demonios hablas?

Blitzer le mostró un recibo que habían hecho a mano.

"Decoración: 10,000 Hells
Cena de lujo: 7,500 Hells
Ropa especial para la ocasión: 5,000 Hells
Música en vivo (contratamos a un par de demonios músicos): 3,000 Hells
Servicio de organización y planificación: 4,500 Hells"

Total: 30,000 Hells.

Blitz casi se atraganta con su propio aire. -¡¿30 MIL?! ¡¿ESTÁN LOCOS?!

-Nada es gratis, papá -dijo Stols encogiéndose de hombros.

-¿Y qué carajos es esto de "servicio de organización y planificación"?

-Tiempo y esfuerzo, papá -dijo Star, sonriendo dulcemente-. No puedes esperar que hagamos todo esto gratis.

Blitz se agarró la cabeza. -¡Pero si son MIS hijos!

-Sí, y aprendimos de ti -dijo Blitza, guiñándole un ojo.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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