______Cita imprevista

72 16 6
                                    

El viaje de regreso a la Torre Stark transcurría con una mezcla de agotamiento y conversaciones dispersas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje de regreso a la Torre Stark transcurría con una mezcla de agotamiento y conversaciones dispersas. En el bus, los Vengadores ocupaban sus asientos con la pereza de quien ha hecho demasiado esfuerzo físico. Algunos dormitaban, otros intercambiaban comentarios aquí y allá. Peter y Scott discutían sobre una referencia de Star Wars mientras Natasha y Clint hacían apuestas sobre cuánto tardarían en recibir una nueva misión.

Al frente, Sam y Astrid se habían instalado junto al conductor, un hombre de cabello canoso y expresión afable que los miraba por el retrovisor con evidente curiosidad.

-Entonces si son esos famosos Vengadores, ¿cierto?

-Depende -respondió Sam- Si nos quieres comprar una bebida, sí. Si nos quieres arrestar, no tenemos idea de quiénes son esos tipos.

Astrid rió y el conductor negó con la cabeza.

-¿Por qué tendría que arrestarlos? Ustedes deben ser los clientes más interesantes que he tenido en años, la última vez que llevé a un grupo peculiar, eran cinco monjas y un luchador de sumo. Y no es broma -aseguró el hombre- Estaban en una convención de... ¿Cómo se llama esto? ¡Artes marciales espirituales! O algo así. El tipo se veía rudo, pero las monjas lo tenían bien controlado.

-¿Y quién ganó en la pelea final? -preguntó Sam-

-Las monjas.

Astrid se llevó una mano a la boca para ahogar una carcajada.

-Es una increíble historia-dijo, divertida-

-Una vez llevé a un grupo de oficinistas en un viaje de retiro y se desató una guerra de comida con pastel de zanahoria. Hasta el techo quedó cubierto de crema.

Sam y Astrid se rieron, disfrutando la conversación, hasta que Sam miró el reloj y suspiró.

-Bueno, amigo, ha sido un placer escuchar sobre monjas peleadoras y batallas de pasteles, pero creo que es hora de que esta dama vuelva a su trono.

Astrid sonrió.
-Nos veremos en otro viaje, señor.

-Espero que sí -respondió el hombre, con una inclinación de cabeza- Con clientes como ustedes, los kilómetros pasan volando.

Astrid se despidió con una sonrisa y comenzó a caminar por el pasillo. Pasó entre los asientos, observando a los demás. Steve revisaba su teléfono con el ceño fruncido, Wanda descansaba con los audífonos puestos, Clint dormía con los brazos cruzados. Y entonces lo vio.

Bucky estaba solo, mirando por la ventana, con el brazo de metal apoyado en el reposabrazos. Se veía relajado... pero no completamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 20 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Metanoia ★ | B.B Donde viven las historias. Descúbrelo ahora