Capítulo 9

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Me desperté por una presión que sentía contra mi cintura. ¿Qué era? ¿Dónde estaba? Parecía una cama. Veía borroso porque no tenía los ojos abiertos del todo. Pero no era la cama de la habitación en la que Alan me dijo que me instalase.Oh dios, solo recuerdo que anoche me quedé sentada en el pasillo pensando en el día que había tenido, y ahí nada más. ¡Me había quedado dormida! Pero ¿dónde mierda estaba? la presión contra mi cintura aumentó, y decidí abrir los ojos para ver de qué se trataba. Lo primero que vi (después de que antes vi la cama borrosa) era un cuerpo, un cuerpo.... ¡¡¡JAMES!!! ¿QUÉ CARAJOS HACE JAMES AQUÍ? Aunque bueno, si lo pienso bien, tal vez esta sea su habitación...

James aún tenía los ojos cerrados, estaba dormido. Su respiración era fuerte, pero lenta. Estaba muuuyy dormido. Sus pestañas eran muy oscuras, y su rostro inspiraba paz. Con una mano me tenía agarrada por la cintura, y con la otra tocaba mi pelo. Señal de que se estaba despertando. Lo vi moverse un poco, y pensé «aleluya, por fin me va a soltar», pero en vez de eso, me agarró aún más fuerte (si eso era posible) de la cintura, y una sonrisa se curvó en sus labios. Dios mío, quién pudiera besarlos. Pero, ¿qué digo? Si a mí me gusta Alex... No sé ni siquiera por qué estoy pensando otra vez en él. Intenté con todas mis fuerzas quitar el brazo de James de alrededor de mí cintura, pero fui incapaz. Estaba muy fuerte.

—James—le susurré en el oído.

—Mmhh?—dijo él como pudo.

—Dime qué mierda hago yo aquí y quita tu brazo de encima mía, por favor—le dije, en otro susurro.

—Mmh, ya vooy— me dijo él, notablemente cansado. Me quitó el brazo de la cintura, y por fin me sentí libre. Aunque ahora sentía como que me faltaba algo... ya estoy pensando cosas raras... un día voy al psicóloco.

James se levantó de la cama, y fue al cuarto de baño sin responder a mi pregunta de qué hacía yo aquí. ¿Me levantaba? ¿¿O me quedaba ahí como una tonta esperando que James saliera para decirle no-sé-qué??  Definitivamente, me levantaba. Y así lo hice. Me levanté de la cama, cuando me di cuenta de que solamente llevaba una camiseta, y mis bragas. Pero una camiseta gigante. Parecía un vestido. Supongo que sería de James.

Fui a desayunar, ya que hoy nos habían dado un descanso, porque estaríamos cansados de todas las actividades que hicimos ayer. Entonces hoy por la mañana no haríamos actividades, pero sí por la tarde.

Después de darme cuenta de que no podía desayunar, porque en las cabañas no había cocina obviamente para eso estaba el comedor escolar, saqué un paquete de galletas de mi maleta (la cual estaba en mi habitación), y un zumo (jugo) de moras para desayunar algo, hoy no tenía ganas de ir al comedor. Entré al baño de mi habitación para asearme, ducharme, peinarme, lavarme los dientes y pintarme. Sí, dirán ¿no que tú no te pintabas? Pues imagínense la cara de muerta que debo de tener para pintarme. Me puse mis gafas y fui al salón.
Y ya de paso también dirán: ¿todo eso y no te vistes con ropa que no sea de pijama? Pues no, estaba más cómoda con la camiseta de James.

Allí estaban ya Alen y James (este último por fin vestido) viendo la televisión. Los dos giraron su cara para verme, aunque James más con cara de sorprendido que otra cosa.

—¿Y esa cara James? ¿Quieres una foto, que dura más?—le dije. Llevaba observándome ya un buen rato, además sin ningún descaro y de arriba a abajo. Alan solo reía y reía, y al final yo terminé por unirme a él. Cuando Alan se fue para alistarse, me quedé a solas con James, y vi la ocasión perfecta para preguntarle qué coño hacía yo antes en su habitación.

—James ¿qué pasó ayer por la noche?—le pregunté por fin.

—Anoche? Nada, solo que estabas dormida en la puerta de tu habitación, y no sé, me dio cosa dejarte ahí tirada. Así que te llevé a mi habitación. —dijo él, con total normalidad.

—¿y por qué no me llevaste ayer a mi habitación en vez de a la tuya?—le volví a preguntar, con confusión.

—Ya te lo he dicho, porque me daba cosa dejarte allí sola. Por cierto, te sienta muy bien mi camiseta—añadió él, guiñándome un ojo y con una sonrisa descarada.

—Eso es otra cosa. ¿Por qué me pusiste TU camiseta?—dije intentando evitar su comentario anterior y con una ceja levantada.

—¿qué esperabas? ¿Que te dejase con esos shorts y esa camiseta tan incómoda? Ah, y si tu próxima pregunta es si te la quité yo, la respuesta es sí—dijo él, orgulloso.

—ASQUEROSOOO, ME VISTE. ESO NO SE LO PERMITO A NADIEE—Dije pegándole en el brazo, aunque era para nada, porque él se estaba riendo en mi cara.

Después de eso, cada uno se quedó en SU habitación, descansando tranquilamente para prepararnos para las actividades que haríamos después. Que fueron: tirolina y caminata por un camino (obvio) lleno de piedras y de arbustos. En general, he de decir que esas cosas no me gustan, ya que, encima, un amigo mío, Aiden, se calló en un charco que al principio no parecía hondo, pero luego vimos que le cubría por los hombros. Él empezó a reírse, después todos lo siguieron y lo ayudaron a salirse de ahí.

Yo me levanté de mi cama, para buscar un calcetín que creí que estaba en el salón. sí, no pregunten cómo pero yo pierdo los calcetines por sitios que parecen inapropiados para unos calcetines. Cuando de pronto llamaron a la puerta. Yo no iba a abrir, porque no tenía ganas y ya habíamos hecho las actividades. Faltaban 2 horas para que nos avisaran para ir a cenar. Pero quien sea siguió insistiendo, aporreando la puerta, yo grité un «YA VOY» a todo pulmón. Pero cuando abrí la puerta, al instante me arrepentí de haberlo hecho...

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Hola de nuevo. Aquí os traigo un LARGO y nuevo capítulo de Simplemente Casualidad.
¿Quién creen que será?

Esta vez, os pido (APARTE DE QUE COMENTEIS Y VOTEIS) que compartais la historia con personas que conozcais de aquí de Wattpad. Sé que he dicho muchas veces que me contenta mucho los 100+ leídos (y es verdad) pero mientras más gente lo lea, mejor.
Gracias por todo, se despide MissMagicMike ;)

Simplemente casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora