Capítulo 15

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—Jade, tengo que contarte algo—me dijo, después de separarse de mí.

—¿Qué pasa James? —Le dije, extrañada.

—Es que... no sé cómo decirte esto. Es sobre Alex. Él... está intentando algo contigo. Y por la fuerza. Te quiere a su lado, aunque todavía no sé para qué. Tienes que alejarte de él, te va a hacer daño, Jade.—me dijo, preocupado.

—Pero, ¿cómo que me quiere a su lado? ¿Para qué? —Le dije, confundida

—Eso aún no lo sé. —Me repitió él.

—Y ¿qué debo hacer?—le dije.

—Ignorarlo. Así él verá que no tiene posibilidades contigo y se irá. Supongo... —me dijo. Lo que él no sabía, es que Alex me gustaba.

—James, ahora soy yo la que tiene que contarte algo...—dije, rascándome la cabeza y algo nerviosa por cómo reaccionaría.

—¿Qué pasa ahora?

—Que Alex... me gusta. Que me gusta desde que tengo 11 años. Y sí, sé que es demasiado tiempo. Pero... sabes que eso no puede evitarse. Además desde que empezamos el viaje... está nuy raro. Él nunca ha sabido que me gustaba, y ahora eres de las pocas personas que lo sabe. Siempre hemos sido muy amigos, nos caíamos muy bien pero...Me hizo creer que mis amigas decían cosas de mí a mis espaldas, y no creo que eso sea un buen amigo.—Él hizo una mueca con su cara— Y ahora llegas tú... y lo pones todo patas arriba. Así que ahora temgo muchas dudas.—le dije sincera, mientras acariciaba su mano con mi dedo pulgar.

—Bueno, ahora que hemos dicho todo esto... creo que deberíamos comer algo, ¿no?—me dijo, señalando toda la comida sobre la manta.

—Sí, llevas razón. —le dije, cogiendo un puñado de cerezas que había sobre un plato. —¿Quieres?—Le dije con la boca llena. Él me miró durante un rato, después rió y me dijo que sí. Así que él cogió más que había en el plato.

Cuando terminamos de comer la comida que él preparó (frutas e incluso un sándwich para cada uno) nos tumbamos en la manta, mirando hacia las estrellas que, sin darnos cuenta, habían aparecido ante nuestros ojos.

—Qué bien se está aquí—le susurré, después de un rato escuchando los grillos y algún que otro pájaro.

—Sí—me dijo él. Me giré para verle. A estas horas casi no se veía nada, supongo que serían las 21:00h. Pero más o menos podía ver su rostro.

—¿Sabes qué me apetece ahora?—Le dije, mirándolo.

—Bañarte en el lago—dijo él, adivinando la respuesta.

—¿Cómo lo sabes? —Le pregunté, intentando buscar algo en sus ojos que me indicara que era brujo, o algo por el estilo.

—Porque yo también tengo ganas—me dijo, soltando una carcajada, sonriendoy poniéndose en pie.

—¿Qué haces?—le pregunté, sentándome en la manta.

—¿Tú que crees que hago? Voy a bañarme.—me dijo él, convencido y quitándose la… camiseta.

—Pero si no tienes traje de baño...—le dije.

—Ni me hace falta—dijo, quitándose también los vaqueros y dejándome ver sus bóxers. Gracias a Dios que está oscuro, y así no puede ver mi gran sonrojo.
¿No vienes?— me dijo, ofreciéndome su mano. Yo dudé y él lo notó—Vamos, si es porque voy a verte, está muy oscuro y desde allí no veré nada—dijo, señalando con su mano libre el lago.

—Está bien—le dije, cogiendo su mano y poniéndome de pie. Él se quedó esperando con los brazos cruzados a que yo me quitase la ropa.

—Date la vuelta—le dije, haciendo un círculo con mi dedo índice.

—Vamos, Ja...

—He dicho que te des la vuelta—le dije, intentando ponerme seria. Me salió bien.

—Vale, vale.—dijo él, alzando los brazos en señal de rendición. Se dio la vuelta y yo me quité el top, quedándome en sujetador. Hacía frío. Menos mal que me puse el conjunto de encaje negro... Después me quité los shorts vaqueros, dejándolos en el suelo. Sabía que si James se daba cuenta que había terminado, se daría la vuelta, así que corriendo pasé por su lado en dirección al precioso lago que teníamos enfrente, y dejándole una perfecta vista de... mi culo.

Cuando metí los pies me di cuenta de que estaba congelada, así que fui entrando poco a poco. Cuando noto que me empujan por la espalda, sumergiéndome en el agua y arruinando mi perfecto plan de entrar despacio.

—¿QUÉ COÑO HACES? ESTÁ CONGELADA, HIJO DE PUTA.—le grité, en cuando salí a la superficie. Él se puso a reírse, pero cuando vio que yo cambié mj rostro a una sonrisa como la del gato de Alicia en el país de las Maravillas, él se aterrorizó. Me fui hacia él, corriendo como pude por el agua y metí su cabeza bajo el agua, con ayuda de mis dos manos. Cuando lo dejé salir, él me dijo: «vas a morir» y entonces agarró mis hombros y me metió bajo el agua junto a él. Cuando vio que yo no aguantaba más, ms dio un beso bajo el agua. Entonces me levantó.

—¿Eso a que viene?—le dije. Él empezó a reir, y después yo le seguí.

Así nos pasamos un buen rato, entre risas y besos. Cuando empezamos a tener MUCHO frío, salimos corriendo hacia la manta con nuestras cosas, él se agachó y cogió todo en un puñado y lo metió en la bolsa negra que trajo, después cogió dos toallas (junto con la bolsa), me dio la mia y nos dirigimos hacia el coche. Me relié en la toalla y él hizo igual, y nos subimos en el coche. Él en el asiento del piloto, y yo en el de copiloto. Un silencio reinó entre nosotros, por lo que solo se escuchaban nuestras aceleradas respiraciones. Los dos suspiramos a la vez, y nos reímos por ello.

—Me lo he pasado muy bien hoy, James.—le dije, sincera mirando a sus ojos.

—¿De verdad?—me dijo con ¿brillo? en sus ojos.

—Sí. Ha sido muy divertido y la comida estaba muy buena —le dije. Él soltó una carcajada, yo intenté averiguar de qué se reía, pero no lo conseguí.

—¿De qué te ries? —Le dije, al fin.

—De nada, no importa. —Dijo él, restándole importancia.

—Bien—le dije, mirándo a otro lado.

—No estarás enfadada ¿no? Me dijo con burla en sus palabras.

—No—le dije, cortante

—Vamos, no te enfades—dijo, cogiendo mi mano y acercándome hacia él. Menos mal que la palanca de cambio de marchas nos separaba... pero él pareció escuchar mis pensamientos, porque cogió mi cintura y me colocó encima suya, por lo que nos mirábamos a los ojos.

—Jade, yo...

—Shhh—le dije, posando un dedo en sus carnosos labios. —No hables. —Retiré mi dedo y acerqué mis labios a los suyos. —Ahora solo quiero que me beses—le susurré. Él pareció captar mi mensaje, porque muy despacio, como si los segundos pesaran o mis labios fuesen a romperse fácilmente, eliminó cualquier distancia que hubiese entre nosotros, uniéndonos en un cálido beso. Tomó mi rostro y se acercó aún más a mí (si eso era posible). Mi lengua rozó su labio inferior, pidiendo permiso para entrar en su boca. Él accedió, entreabrió sus labios y mi atrevida lengua exploró toda su boca, saboreando cada milímetro y queriendo recordar cualquier detalle suyo, que con el tiempo pudiese quedar olvidado. Él se separó de mí, pero no con la intención de encontrar aire, sino para pronunciar una frase:

—Te quiero, Jade

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Awwwww que romántico todo, ¿no? Siento cortarles el rollo, pero recuerden, no todo es de color rosa. Los capítulos que vienen serán más interesantes. Intentaré subir más seguido  estos días no he podido, aunque creo que mañana no podré... aunque no es seguro. Ahora... ay, no sé qué preguntarles. Pregunten ustedes algo, ya que yo siempre soy la que hace las preguntas.

VOTEN Y COMENTEN, no se olviden que los ama, MissMagicMike:)

Simplemente casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora