Capítulo 6.

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Una hoja era todo lo que tenía ante mis ojos, una hoja de papel con infinitas preguntas cuyas respuestas quedaban muy lejos de acudir a mi pequeña memoria. Tampoco me había molestado en estudiar, simplemente tenía otras cosas mejores que hacer que tragarme las historias de personas que ni si quiera viven. Miré al techo por desesperación y a los lados para ver si tenía la suerte de encontrar respuestas. Pero no pude encontrar nada que no sea la mirada desesperada de Dévora, que debía estar en mi situación. El molesto ruido de los tacones de la profesora resonaba en el aula. Pasó por mi lado mirándome de soslayo para luego dirigir su mirada a la pizarra, mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus arrugados labios. Disfrutaba viendo como sus peores alumnos se desesperaban al no hallar respuesta alguna a las preguntas que portaba este maldito folio.
Acabó el tiempo y entregué mi hoja de exámen, que estaba en blanco. Me fijé en la hoja de Devon. Estaba rellena con perfecta caligrafía y resoplé.
-Señorita Brooks, cuando le apetezca se pone a estudiar. Tiene la asignatura suspensa.
-No es ninguna novedad, y usted misma lo ha dicho:Cuando me apetezca-Me dejé caer en la silla mientras la profesora me miraba con odio.
Bienvenida al club. Pensé. Saqué mi móvil y revisé los mensajes, no tenía ninguno. Le mandé un mensaje a mi hermana avisándole de que iba a comer en su casa y guardé el móvil en el bolsillo trasero de la mochila. El timbre que indicaba el recreo sonó y los estudiantes salieron entre gritos y empujones, peleando por escapar de una vez. Esperé a que todo el jaleo se esfumase y salí directa al árbol que ya se había convertido en mi lugar. Me subí a la rama y jugué con una bellota.
-Hey, Raven.
Miré hacia abajo para cerciorarme de que era Devon el que hablaba, era él. Miré al frente sonriendo.
-Por lo visto sabes donde encontrarme.
Sonrió y trató de subirse a la rama donde yo me encontraba. Reí ante su poca agilidad y lo ayudé a subir.
-¿Cómo subes en esta mierda?.
-Subiendo, lógicamente.
Rodó los ojos y me miró la ceja cubierta con una gasa. Se acercó.
-¿Cómo va la herida?.
Bufé, no era nada grave. Odiaba que la gente se preocupase por mi tanto. Espera, ¿Devon se estaba preocupando por mi?
-Va genial, no es nada. He tenido heridas peores.
Me levantó un poco la gasa y sonrió, luego la bajó y quitó la mano rozándome sin querer la mejilla con la punta de los dedos. Bajó la mirada y aprovechando su postura le revolví el pelo. Fue a peinarselo pero le paré las manos.
-Ni se te ocurra. ¿Sabes lo bien que estás con el pelo despeinado?Déjatelo así y no te lo repeines.
-¿Enserio estoy bien?A mi ex no le gustaba nada que lo llevase despeinado, decía que me veía mal.
Fruncí el ceño y suspiré.
-Me apuesto lo que quieras a que tu ex es la típica niña buena y aburrida que va a clases de etiqueta¿Me equivoco?.
Negó y sonreí.
-No, no te equivocas. Era muy aburrida, siempre era lo mismo.
-Me lo imagino-Coloqué mis brazos detrás de mi cabeza mientras Devon me miraba.
-¿Hacen falta tantos pinchos y cuero?-Preguntó tocando los pinchos que tenían mis botas negras. Reí.
-Sí¿Algún problema?.
-No, no. Solo que pareces sacada de una película.
Me encogí de hombros y saqué un cigarrillo del interior de mi cazadora de cuero. Lo encendí y le pegué una calada ante la mirada de Devon.
-Fumar es malo, te cargas los pulmones.
-Lo sé, me da igual.
-¿Cómo te puede dar igual? Esa cosa provoca cáncer de pulmón. ¡Eso mata!
-Pues sería otra más.
Así me voy con las personas que más quiero. Pensé
-Eres subnormal.
Pegué otra calada para luego sonreír socarronamente. Se cruzó de brazos y frunció el ceño. Coloqué mi dedo en el centro donde se unían las cejas y reí.
-Te van a salir arrugas sí sigues frunciendo en ceño, y entonces sí que estarías feo.
Rió y quitó mi dedo de donde estaba. Una idea idea acudió a mi mente.
-Oye Devon, esta tarde te quiero presentar a unos amigos.
Sus ojos parecían dos platos, parecía un poco aterrado.
-¿Qué?¿A unos macarras?.
-Oye, oye que son mis amigos. Y sí, son macarras. Yo también lo soy y estás vivo. No dejaría que te hicieran nada. ¿Ok?Venga di que sí. -Bueno, está bien. Aunque me sigue dando un poco de miedo.
-Ts, miedo... ¡No mordemos!Bueno, mejor no decirlo muy alto.
Reímos y Dévora apareció corriendo. Se subió a la rama rápidamente.
-Al fin, me he escapado del castigo de la profesora de Biología. La directora estaba regañando a un tío por dormirse en el castigo.
-Oh, muy interesante. ¿A que no sabes quien se va a venir a la quedada de esta tarde?¡Se viene Devon!.
Dev miró a Devon y sonrió, él también le sonrió.
-¿Mike no se va a enfadar?Ya sabes que no le gusta que traigamos invitados cuando quedamos.
Devon se asustó, lo sé porque sus ojos parecían huevos fritos y jugaba nerviosamente con sus manos. Le sonreí para tranquilizarlo y rodé los ojos para restarle importancia.
-Sabes que Mike no se atrevería a rechistarme, como máximo me fulminará con la mirada.
-Tienes razón-Dev miró a Devon-Tranquilo, mientras estés con K estás en buenas manos.
Él pareció relajarse, aunque seguía un poquito tenso. Puse mi mano en su hombro para tranquilizarlo, lo último que quería era que le diese algo por mi culpa. El timbre sonó y entremos a clase.p
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-Mike, ni se te ocurra amenazarle o insultarle. ¡Que si no me hundes el plan!.
-Jóder K, ya sabes que no me gusta que nadie esté presente cuando nos reunimos. Y más si es un pijo.
-Agh, subnormal. Él no contará nada a nadie, es demasiado cobarde. Venga, tranquilo. Es un buen chaval.
-Bueno, vale. Y por favor no vuelvas a llegar tarde, que nos conocemos. Adiós.
-Adiós.
Colgué y me lancé sobre el sofá, más le vale a Devon mantener esa boca tan bonita que tiene callada. Miré el reloj, todavía faltaba una hora. Cogí la botella de Vodka de debajo del sofá y bebí. Hacía años que ahogaba mis penas así. ¿Estaba mal?Sí¿Que era lo único que me quedaba?También. No puedo decir que lo había perdido todo, por que comía y tenía una pandilla de amigos. Pero sí que había perdido gran parte de mis seres queridos. También recurría a cortarme, no encontraba otra salida. Miré mi muñeca y las marcas que iban de un lado a otro, cada marca con un significado.
Pusé la televisión, aunque no la viese. Era para despistar a las vecinas cotillas, no quería que oyesen mis tragos y el tintineo de las botellas cuando chocaban al dejarlas en el suelo. Más que nada para que no me cayese una denuncia. En mi urbanización ya habían rumores sobre mi, todos desgraciadamente ciertos. Todas las puertas están doblemente cerradas y además tienen alarmas anti-ladrones. No se fían ni un pelo. Fui al baño y me repasé el maquillaje, se me había corrido al pegar mi cara en el sofá. Me miré en el espejo y me obligué a sonreír, como todos los días. Como siempre la imagen que se reflejaba en el espejo era una hermosa sonrisa de dientes blanco, pero unos ojos gélidos que reflejaban tristeza. Me senté en el váter mirando fijamente al suelo, sin pensar en nada. Imágenes desagradables acudieron a mi mente, volviéndome a atormentar. El timbre sonó y suspiré aliviada, rápidamente guardé las botellas donde Devon no pudiera verlas y corrí a abrir la puerta.
-Hola.
-Hola, pasa.
Dejé que pase y cerré la puerta tras él, me senté en el sofá en posición India y él se sentó recto. Parecía tenso. Me miró, le sonreí tranquilizadoramente y se dejó caer en el sofá relajándose.
-Estarán aquí en media hora, ya he hablado con Mike. No te hará nada. Y por los demás no te preocupes, no se atreverían a contradecirme. Me tienen respeto.
Asintió lentamente, más para él que para mí y miró la tele.
-¿Las noticias?.
-Realmente no la estaba viendo, no sé por qué la encendí.
Cambié de canal y lo dejé en Neox. Me quité las botas y me acosté en el sofá con las piernas escogidas con cuidado de no molestar a Devon. Que me miraba de reojo de vez en cuando. Sorprendiéndome cogió mis pies y los colocó en su regazo. Su piel tostada contrastaba mucho con mi piel pálida casi transparente. Él pareció darse cuenta porque puso mi pequeño pie al lado de su mano y los miró comparando el tono.
-Pareces un vampiro.
-Y tú un cubano-Exageré.
Los dos reímos y la puerta se abrió de un porrazo. Por un momento temí que fuese la policía, pero al ver a un grupo de tíos con chaquetas de cuero y a una peliazul me tranquilicé. Eran ellos. Josh miró mis pies y luego a Devon.
-¿Y te está sobornando?.
Le lancé un cojín, pero lo esquivó. Se sentaron en el sofá restante y en el suelo. Eran alrededor de siete personas. Un chico de diecinueve años al que le faltaba media dentadura me sonrió. Era Patchie.
-¡K!Me he enterado de lo del Cobra. Él está fatal. A ver esa ceja.
Se acercó y me levantó la gasa, sonrió satisfecho y sonrió.
-Ahora pareces una tipa dura.
-¿Acaso no lo era?Me ofendes-Fingí ofenderme llevándome una mano al pecho. Devon observaba a la muchedumbre un poco asustado, a la espera de que alguien se le saltase encima y le fracturase la mandíbula.
-Claro que lo eres, K-Dijo Scott, otro amigo que tenía la nariz partida. Recuerdo de una pelea en la que yo estuve presente. Gracias a mi ese tipo sigue vivo.
Sonreí agradecida y miré a Dévora, le pegó una calada a su cigarro.
-K, te olvidas de presentar a Devon. Mente de pez.
-¡Ah coño!¡Es verdad!-Miré a Devon, que tragó saliva. Me levanté-Chicos, este es Devon. Un amigo del instituto-Lo saludaron amablemente- Devon, este es Patchie-Lo señalé-Este es Josh, ya lo viste anoche. Este es Scott -Lo señalé-Mike-Lo señalé, él me miraba frunciendo el ceño-Ritchie-Señalé a un chico de unos veintidós años con una cicatriz en su mejilla-Y Pancho-Por último señalé al último miembro de la banda, un chico que tenía unos quince años y aún no había tenido una pelea.
Devon les sonrió esta vez con un poco de confianza. Josh sacó patatas y bebidas alcohólicas. Las puso en medio, en el suelo y todos nos lancemos a comer como bestias.
.........
Hey.
¿Qué os parece la historia?¿Y Devon?¿Y los amigos de K? Si no os gusta la historia podéis decirlo con toda confianza.
Si os gusta la historia votad y comentad.
Vuestra sexy escritora ♥

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