Harry Potter : Another Chance (HP:Otra Oportunidad) - 2

Capítulo 282

La pequeña figura dio un paso adelante mientras se quitaba la capucha. Su rostro no había cambiado mucho desde su desaparición el año anterior, pero su piel estaba mucho más pálida y sus ojos ahora eran completamente amarillos, como los de Bellatrix.

"Gracias, tía Bella, por darme esta oportunidad". Draco se giró hacia la última figura encapuchada y le hizo una profunda reverencia.

"Y gracias a ti también, mi Señor".

El individuo encapuchado levantó levemente el rostro, pero aun así, era imposible discernir sus rasgos, como si una niebla antinatural impidiera verlos.

"Diviértete, joven Draco. Pero no te demores mucho", dijo la voz escalofriante.

Aurora logró levantar la cabeza del suelo al escucharlo.

"E-el . . . Se-señor Oscuro . . . ". Había cambiado, pero esa era definitivamente la voz de Lord Voldemort. A pesar de haberlo visto solo una vez en persona, no era algo que pudiera olvidar jamás.

Pansy se recuperó del dolor que había sufrido y se puso de pie con piernas temblorosas. No tuvo tiempo de asustarse por estar en presencia del mismísimo Señor Oscuro, porque estaba demasiado sorprendida de volver a ver a Draco.

"¿Draco? . . . ".

La mirada del niño también estaba fija en ella.

"Hola Pansy, ha pasado un tiempo. ¿Extrañaste a tu prometido?", dijo con una sonrisa antes de comenzar a acercarse.

"¡E-espere, mi señor!". Lord Parkinson finalmente reaccionó de su estupor al ver esto. "Por favor, solo que sea mi Hija, ¿Al menos puedes perdonarle la vida . . . ?".

"¡Silencius", gritó Bellatrix.

El hechizo que le lanzó a Lord Parkinson no sólo lo silenció sino que también lo arrojó al otro lado del pasillo.

"¡No volverás a hablar a menos que el Señor te dé permiso!", añadió.

"¡Por favor!". Aurora intentó ponerse de pie, pero los efectos de la maldición Cruciatus aún persistían en ella. Con cada movimiento que hacía, sentía como si le clavaran docenas de cuchillos por todo el cuerpo.

"¡Ahhhh!", gritó antes de caer de nuevo al suelo.

Draco ignoró la difícil situación de Lady Parkinson y continuó avanzando hacia Pansy.

"D-Draco . . . ¿Qué crees que estás haciendo? . . . ". Pansy dio un paso atrás. Podía sentir el peligro con mucha claridad. Esos nuevos ojos que tenía Draco ahora no le mostraban nada más que crueldad y sed de sangre.

El chico rubio se rió entre dientes. Le gustaba mucho su expresión de miedo actual.

"He estado soñando con esto durante mucho tiempo . . . Quiero hacerte sufrir, Pansy".

"¡No te he hecho nada!", gritó mientras seguía alejándose de él.

Draco sacó un cuchillo de su cinturón. El cuchillo medía solo unos diez o doce centímetros de largo, pero en cuanto lo sacó de su vaina, la hoja comenzó a emanar una neblina púrpura siniestra.

No hacía falta ser un erudito para deducir que se trataba de una espada maldita. Un simple rasguño podía suponer una sentencia de muerte.

"¡¿No me has hecho nada?! ¡Me has quitado todo!", gritó Draco a Pansy. Ahora estaba muy cerca de ella y ella no tenía ningún otro lugar adonde correr. Su espalda estaba apoyada contra una pared de piedra.

"Yo . . . yo no . . . yo-".

"¡Cállate! ¡No quiero escuchar tus excusas! Sólo quiero que mueras". Draco levantó el cuchillo en el aire.