Capítulo 5

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—Alguna vez ha cruzado por mi mente—le dejo saber, más porque este tema aún me tiene en un hilo fino sosteniendome, apunto de romperse.

—Tomelo en cuenta—dice en un tono serio—Hagale un favor al mundo.

—No prometo nada.

Pronto me veo caminando de regreso, escaleras arriba, abandonandome a olvidar todo lo sucedido debajo de las sábanas.

Haytham por otro lado me presento ante aquel hombre a quien di la clave, ambos me comentaron haberse conocido años atrás, además explico el estado de aquella mujer inconsciente.

Por la gravedad de la situación tuvieron que separarlos en ambulancias diferentes. Él hombre presento una dislocación en la pierna, específicamente en la rodilla, el solo hecho de pensarlo me hace saber el dolor que sufrió en niveles alarmantes.

La mujer sigue siendo el caso de urgencias, aún cuando estuve en mi ausencia no reacciono, por lo que tuvieron que trasladarla al hospital, de manera inmediata en busca de atención médica.

Sus sospechas se hacían cada vez más seguras cuando me dijo, que podría ser una conmoción cerebral.

La cantidad de tiempo en que la persona quede inconsciente determina que tan grave es, incluso afecta el movimiento, el aprendizaje y el habla.

En pocas palabras es más difícil de lo que se escucha, pero al menos tenia la esperanza de que en este lugar, no existiera ningún número de personas que salieran lastimadas por mi culpa.

Aún tengo preguntas sin respuestas.

Cruzo los últimos dos escalones, hacia mi departamento y logro ver a Nicholas recogiendo un par de cosas, manteniendo un estado de reposo en el suelo.

En cuanto cruzo el marco de la puerta se percata de mi presencia, mira en mi dirección por un momento, absuelto en sus pensamientos, sostiene su mirada en la mía.

Cruzo el entrecejo.

—¿Sucede algo?—aparta sus ojos de mi y se dedica a terminar de tomar entre sus manos pedazos de vidrio, se dirije a la cocina hacia el bote de basura.

Lo sigo a pasos cortos, esperando su respuesta. Se agacha abriendo una compuerta, para dejar los restos, una vez hecha su tarea recupera su compostura y se vuelve hacia mi, recargándose en la encimera.

—¿Y bien?—espero su respuesta, cruzandome de brazos.

—Ciertamente creí que estarías a salvo aquí—imita mi persona y se coloca frente a mi, de igual manera se cruza de brazos.

—Ya somos dos—comienzo—Lo cierto, es que no puedo mantenerme encerrada en una caja de cristal, apartada del mundo real.

—Pues deberías—dice—porque el "mundo real"  te esta persiguiendo de nueva cuenta.

Aprieto mis labios en una linea muy fina, en verdad es un punto que no quiero tratar justo ahora.

—Fue un día muy largo...—mi voz se apaga despacio—Eres el único apoyo que tengo ahora, por favor, entiendeme.

Suspira pesadamente, mira a ninguna parte y dice.

—Me voy—se apresura a tomar su chaqueta de la parte trasera del sillón y yo me sobresalto por sus palabras.

—Espera...—sus acciones están tomando un giro muy drástico, para en seco y se vuelve a mi—Es tarde, podría pasarte algo, y si...

—¿Me quedo?—finaliza por mi, se sacude su lacia cabellera—aún tienes miedo, ¿no es así?

Exquisita Seducción©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora