Declaración bajo la lluvia

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Los eventos de hoy me hacen pensar en cómo todo se fue a la basura en un abrir y cerrar de ojos. Un buen día ocurrió un fenómeno extraordinario: de sus tumbas salieron los cadáveres de personas e inclusive si solo eran sus huesos y nadie sabía que ocurría, a todos nos invadió de pánico este acontecimiento, lo peor sucedió cuanto estos muertos vivientes comenzaron a atacar a las personas y contagiarlas de este virus o lo que sea. Para colmo todo aquel que moría a partir de ese periodo parecía revivir.

Mi padre trabajaba en el ejército y fue reclutado, ni siquiera lo dejaron salir de su base, mi madre murió hace unos diez años así que no tuve que preocuparme por ello. A mí se me proporcionó una escolta para llevarme a una zona segura por órdenes de mi padre.

Yo fui en busca de Oscar y su familia para trasladarnos a la "zona segura" pero cuando llegué, el único con vida era mi amigo, sus veloces reflejos (de los años de deporte) lo habían salvado.

En ese momento descubrí que esos zombis tenían sus niveles porque la familia de Oscar nos atacó con furia y energía, corrían, saltaban, y parecían tener gran fuerza. Si no hubiera sido por la escolta de mi padre; los dos hubiéramos perecido ese día.

Con mucho trabajo logramos llegar a la zona segura para descubrir que entre las masas asustadas y los zombis habían destruido el lugar; conseguimos algunas armas, un radio, algunas provisiones y escapamos del lugar.

Por un tiempo pudimos sobrevivir porque Oscar mostró sus grandes habilidades con un hacha, la escolta era buena y como legado militar de mi padre yo sabía defensa personal además de tiro de exhibición (yo tengo una puntería casi perfecta con armas de fuego) sin embargo, las balas se nos agotaron en semanas, como fuegos artificiales en carnaval; sin armas resulte una inútil e intentando salvar mi vida la escolta perdió la suya. Lo peor, la comunicación que tenía con mi padre se cortó de pronto sin recuperarla.

Oscar y yo quedamos completamente indefensos, sin comida, ni muchas esperanzas nos atrincheramos en un departamento al que tuvimos acceso para esperar la muerte; pero entonces el grupo conformado por el señor Max, Nancy, Inés, Eduardo y Luis nos pidió refugio.

A partir de ahí nuestra suerte comenzó a mejorar, pronto se nos unieron la familia Pat, Carmen, Edith y Hugo. Las cosas en la ciudad se pusieron bastante feas e intentamos escapar sin mucho éxito pues perdimos a Hugo.

El señor Salvador y Marcos junto con otras cinco personas se nos unieron, volvimos a intentar escapar de la ciudad sin resultados. Fue hasta que tropezamos con Cristian y Laura que por fin logramos irnos a la orilla de la ciudad, a una zona boscosa conocida como Magdalena Contreras, era ideal pues tenía un río pequeño, arboles; zonas rocosas para ocultarnos en caso necesario y algunos animales que se podían cazar para comer.

Una vez ahí formamos el campamento en que hemos vivido por siete meses, con visitas a la ciudad para conseguir alimentos en los que desafortunadamente hemos perdido a varios de nuestro grupo.

La voz de Oscar me hizo volver al presente, me miró con alivio, me abrazó y besó la frente expresando que se alegra de que este bien.

Una vez que le explique lo sucedido se encuentro más tranquilo pero al mismo tiempo preocupado, significa que estos muertos se están desplazando, lo que es inquietante. La capital del país es una de las tres ciudades más pobladas del mundo (no quiero imaginar China), si los zombies se mueven significa que deberemos huir o no podremos escapar de hordas de muertos, solo que ¿Escapar a dónde? Eso es lo inquietante.

Detenemos los pensamientos negativos y cada quien se marcha a sus respectivas ocupaciones; esta noche nos toca la guardia por lo que podremos hablar mejor después; en el día solemos cuidar el terreno aunque no tanto como en la noche que inclusive hacemos turnos. Pues estamos en campo abierto y podemos ser presas de algún animal o persona carroñera.

Viviendo entre muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora