Capítulo 5

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Lauren's POV

Lo bueno de vivir en un pueblo como Gloucester, es que hacían ferias como esas de las películas en las que todo el luz y color, y hay puestos de tiro al blanco, peluches, regalos varios que se romperán al día siguiente y puestos de algodón y manzanas de caramelo, como la que se estaba comiendo ahora Camila. Como siempre, las chicas iban con sus novios, e iban andando delante de nosotras. Sus novios eran amigos entre ellos, entonces, hacían como pequeño grupo de parejas, pero Camila y yo nos quedábamos atrás mirándolos andar.

-Odio esto. -Se chupaba un dedo mirando al frente, y yo suspiré asintiendo.

-Sí, odio que seas mi cita cada día que quedamos. -Metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero, y ella frunció el ceño ofendida, dándome un golpe en el abdomen.

-Imbécil. Soy tu mejor cita y con diferencia. -Me señaló con el dedo. Sí, sí que lo era. Tenía el pelo echado a un lado, y le dio un pequeño mordisco a la manzana, mirando al frente.

-Te lo tienes muy creído. -Dije dándole con el hombro para desestabilizarla un poco, y ella arrugó la nariz desviándose, aunque luego me devolvió el golpe con su hombro.

-No me lo tengo creído, es verdad. Ya no hay casi gente decente en este pueblo. -Ella mordía la manzana y se la quité de las manos para darle yo un mordisco, soltando una leve risa y saboreando el caramelo y la manzana.

-Pare empezar, yo nunca tengo citas. -Dije devolviéndole la manzana, chupándome el dedo que quedó manchado de caramelo, mirándola.

-¿Qué quieres decir? -Rodé los ojos porque, estaban subiendo a la noria. Intenté disimular lo máximo que pude pero, en realidad subirme con Camila a aquella noria era lo que había soñado desde hacía bastante tiempo.

-¿Cómo que qué quiero decir? Es fácil de entender. -Las chicas se sentaban en cada cabina de la noria, y yo dejé que la latina entrase primero, sentándome luego a su lado.

-Quiero decir, ¿nunca has tenido una cita? -Me encogí de hombros y cogí el paquete de palomitas que me tendió un chico, que me sonrió. Lo cogí y me giré hacia Camila, cuando la noria empezó a girar.

-No. -Negué comiéndome una palomita, mirando las vistas del mar desde donde nosotras estábamos.

-¿Nunca has tenido novia? ¿Eres virgen? -Solté una carcajada y negué, mirándola a ella.

-¿Cómo voy a ser virgen? No he tenido novia, simplemente conozco a chicas y me las tiro. -Ella arrugó la nariz negando, mordiendo la manzana intentando no mancharse de caramelo.

-No me gusta eso. -Dijo con el ceño fruncido, y yo simplemente sostenía el paquete de palomitas.

-¿Por qué? No soy buena en las relaciones. Soy un completo desastre. -Ella negó y se pegó a mí con algo de miedo en el rostro.

-Esto está muy alto. -Susurró sin mirar abajo. -Pero.. Sólo por eso no tienes que quedarte sola para siempre.

-No estoy sola, tengo a mis amigas. -Me encogí de hombros, soltando un largo suspiro.

-También se necesita ese tipo de amor. -Contestó Camila, y me encogí de hombros con media sonrisa.

-Yo.. -Me reí un poco, porque en la única persona que pensaba para tener una relación era Camila. La única persona que me hacía sentir ese tipo de cosas, las putas mariposas del demonio en el estómago, la sonrisa de subnormal, era ella. -No creo que haya nadie para mí. -Alcé los hombros con simpleza, y suspiré.

-Siempre hay alguien, no digas chorradas. -No tú, pensé. Me dio un golpe en el hombro con una sonrisa, y me levanté para mover un poco la cabina de la noria, provocando que Camila me diese golpes en las piernas. -¡Para! ¡Para! -Gritó, y paré, porque le daba verdadero miedo y tampoco quería asustarla.

» green is the warmest color || camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora