Epílogo

93K 4.4K 1.9K
                                        

Lauren's POV

Aparqué el coche delante de casa, mirando el reloj. Las nueve en punto de la noche, Camila iba a descuartizarme, a meterme en una bañera con ácido y hacer que mi cuerpo desapareciese. Salí del coche y cerré la puerta, me dispuse a cruzar el jardín y mientras iba sacando las llaves de casa. Abrí la puerta, las luces del salón estaban encendidas, cerré sin hacer mucho ruido.

—Te esperaba para cenar, Lauren. Cada día trabajas más. —Miré hacia la cocina y la vi allí, con las manos en la cintura, la cena en la mesa y ella con una sonrisa.

—No es el trabajo, es el tráfico en Boston. —Me acerqué a ella poniendo las manos en su cintura, dándole suaves besos en los labios que la hacían sonreír. —Además, deberías estar sentada en el sofá descansando, esperando a que yo llegase para hacerte la cena.

—¿Descansar? Hace dos semanas que di a luz, Lauren. —Hice un puchero abrazándola fuerte, besando su frente.

—Y no puedo disfrutar de vosotros. —Hice una mueca agachándome delante del carrito. Nuestra pequeña, Alexa, tapada con su mantita, apretando los puños sin inmutarse porque yo estaba allí. —Es que hace dos semanas, Camila. Has tenido a un bebé, tu vagina, es decir, tu preciosa vagina se ha abierto como si fuese una sandía. Eso no lo puedes arreglar en dos semanas. —Pensé mirando al techo, y ella me dio un golpe en el hombro riendo, haciendo que me sentase en la mesa con el plato de comida delante.

—Tira, anda. —Negó riéndose, sentándose justo frente a mí.

—¿Qué? Es verdad. —Corté un poco de filete mirándola, pasándome la lengua por el labio antes de comer. —Y creo que voy a pedir unas vacaciones. Es mucho trabajo. Estoy haciendo los planos de un nuevo edificio en la ciudad. —Camila abrió los ojos mientras comía, esbozando una gran sonrisa.

Tras el instituto, no sabía lo que hacer. Se me daban fatal las matemáticas, pero pedí ayuda a mi padre. No sé de qué manera, empezaron a dárseme bien, y empecé a sacar sobresaliente. La verdad era que, la profesión de Mike me gustaba bastante, así que no me lo pensé dos veces y me fui con Camila a estudiar a Boston. Yo arquitectura, y ella periodismo. Yo acabé siendo arquitecta, y ella presentando las noticias de las 9 en la televisión local de Boston.

—Deberías. Deberías pasar más tiempo aquí, porque entonces no vas a poder disfrutar de esto. —Cogí sus manos por encima de la mesa, dándole un suave beso en estas.

—Haré lo que pueda.

Recogí la cocina, por mucho empeño que pusiera Camila en decir que estaba bien, a mí no me servía. Ella se sentó, y yo limpié cada resquicio hasta que quedó como los chorros del oro. Luego, cuando volví al salón la vi dándole el pecho mientras veía las noticias.

—¿Crees que Shailah lo hace mejor que yo? —Camila hizo una mueca, bajando en ocasiones la mirada a Alexa, que succionaba su pecho sin parar.

—Qué va. Tú tienes verdadero talento. —Miré a la pequeña que ahora estaba en los brazos de su madre, soltando un bostezo. Se me caía la baba al verla, era simplemente maravilloso.

—Toma, cógela, tengo que ir al baño. —Al cogerla, el pequeño cuerpo de Alexa se estiró, y la coloqué entre mis brazos, acariciándole la mejilla con los dedos lentamente.

—Eres igual que tu madre. —Susurré en voz baja, cogiendo su manita para darle un beso en los nudillos, acariciando la mejilla de la pequeña después. Era diminuta, con las mejillas rosadas, los labios como la yema de mi dedo pulgar, el pelo negro, justo como Camila, fino, liso. Entreabría los labios un poco para respirar, haciendo ruidos provenientes de su garganta, y se removía un poco. Era extraño, desde que nació, cogerla en brazos me parecía algo único, algo increíble, y aún más cuando me cogía del dedo, apretando, con los menudos pliegues de sus nudillos y sus casi imperceptibles uñas. Alexa era preciosa, era mi hija, y podía quedarme embobada mirando simplemente cómo dormía.

» green is the warmest color || camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora