Capítulo 22

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Había pasado una semana. Una semana en la que tanto el uno como el otro habían establecido su relación profesor-alumno. June solo acudía a Benjamin para resolver alguna duda y este solo la nombraba para pasar lista o leer algún párrafo. Sobre las clases de piano, Benjamin avisó a los padres de June que no iría en un tiempo con la excusa de que, al estar en exámenes finales, no tenía tiempo ni para él mismo. No era mentira, sin embargo, le aliviaba el saber que no tendría que estar con la joven a solas. Él era un adulto y sabía que debía actuar con profesionalidad, pero lo que le preocupaba era como reaccionaría la rubia.

Así que las cosas como estaban marchaban a la normalidad y correctamente.

Benjamin suspiró, una vez que estuvo solo en la sala. Las clases habían acabado por hoy y ahora él tenía que revisar que el aula estuviese en orden, para que las señoras de la limpieza hiciesen su trabajo.

Anduvo por los pasillos que proporcionaban cada pupitre y revisó que no había ninguna hoja, hasta que llegó a ese pupitre.

El hombre frunció el ceño con el papel en sus manos. Eran las posibles preguntas que caerían en el examen-hoja que él mismo había repartido-y alguien se lo había dejado. Se fijó en el nombre del alumno. Un June figuraba en él.

El examen sería en dos días y no se podía arriesgar a que suspendiese, aunque sus notas y su actitud últimamente habían mejorado, llegando a inquietarle. ¿Y si que sus notas hubiesen bajado no era culpa de Kyle sino...de él?

En el momento en que sus caminos se separaron fue cuando los demás profesores vieron una evolución en ella, afrontando su pequeño bache.

¿Y si ese bache se trataba de Benjamin?

El profesor cerró la puerta del aula, dirigiéndose hacia su coche. Si el bache había sido él, ahora eso no le importaba. June era ahora feliz y tenía una vida escolar eficiente, y eso era lo único que le debía importar ahora. Que, por lo menos, en su asignatura no volviese a bajar.

Sin darse cuenta, su coche ya estaba estacionado enfrente de la residencia de los Spektor. Cogió el papel en mano y salió del auto, andando por las baldosas hasta llegar a la puerta. Probablemente no le abriese June, ya que tenían una criada que se encargaba de ello.

Tocó el timbre y esperó unos segundos, antes que la puerta se abriera.

En efecto, June no fue quien le abrió la puerta. Una señora, un poco más baja de él y de amable aspecto, fue quien le abrió.

-Soy Benjamin, uno de los profesores de June. Venía a entregarle esto, que se le olvidó en su pupitre.-se presentó.

-Pase, enseguida baja.-le invitó.-¿Quiere algo de beber?-le preguntó.

-No, gracias.-rechazó cortés.-Pero espe...-susurró.

-¡Señorita June, tiene visita!-exclamó la mujer, interrumpiéndole.-Espere aquí, sino es molestia.-Benjamin se vio obligado a esbozar una sonrisa forzada. ¿Es que no podía darle la hoja ella? Le ahorraría el momento incómodo que iba a pasar.

Se escucharon los trotes que pegaba la joven al bajar las escaleras y Benjamin la observó. Esta no se percató de quien era una vez que bajó las escaleras, ya que su cabeza estaba gacha.

June alzó su rostro para encontrarse con los ojos de Benjamin. La mirada de este pasó de seria a una preocupada, al poder ver con claridad a la rubia.

Sus ojos rojos e hinchados, lejos de emanar la alegría celeste de siempre. Restos de lágrimas pegadas a sus rojizas mejillas. Su nariz, como la sorbía repetidamente, aguantando su mucosidad.

Benjamin sintió como le cogían el corazón y se lo estrujaban, al ver como la fuerte y gran June convertida en una niña débil y vulnerable.

-¿Qué?-preguntó seca, haciendo que el mayor saliese de su trance.

-Oh, aquí tienes.-le dijo, entregándole la hoja.-Te la dejaste en clase a dos días del examen.

-Gracias.-dijo sin sentirlas. Se giró, queriendo abandonar la sala lo antes posible. Benjamin al ver como se iba le agarró la muñeca en un intento de reternerla y, al ser su fuerza mayor, lo consiguió.-¿Quieres algo más?-le preguntó, sin girar su rostro para mirarle.

-¿Qué ha pasado?-le preguntó preocupado.

-¿A qué se refiere, señor Turner?-pronunció esto último con más fuerza, recordando lo que habían decidido aquella mañana.

-Para ti soy Benjamin.-June se quedó estática, al escuchar sus palabras. Se giró, viendo el semblante serio de este.

Y se permitió volver a caer.

La rubia se abalanzó a los brazos de Benjamin, en un intento de abrazo. Este le agarró, para que no se cayese. Allí dejó escapar las lágrimas que había retenido, empapando la camisa de su profesor.

-¿Quieres que vayamos mejor a tu habitación y me lo cuentas?-le propuso. June asintió con la cabeza, separándose de él. Se giró y subió las escaleras antes. Se esperó unos segundos, una vez que estuvo dentro de su habitación, para que Benjamin estuviese a su altura.

Ambos se sentaron a la vez en el borde de la cama. El hombre no articuló palabra, por miedo a que la joven se sintiese presionada.

-He cortado con Kyle.-Benjamin cogió aire, esperando una explicación. Él sabía que no podía haber estado llorando por esto.-Y sé que es lo que quería y lo correcto, porque nunca me ha gustado de la forma en la que yo le gustaba a él.-le explicó.-Y creo que he llegado a la conclusión de por qué me comportaba así y no me gusta.-dijo, negando con la cabeza y con lágrimas brotando de sus ojos. Su profesor posó una de sus manos en el hombro y la atrajo a él.

-¿Cuál es, Juney?-hubo un pequeño silencio, después de su pregunta.

-Creo que solo me quería sentir querida y Kyle era el único disponible para rellenar ese hueco.

Un silencio, más largo que el anterior, inundó la sala. Los pequeños suspiros de la chica a causa de las lágrimas era lo único que se escuchaba. Benjamin agachó su cabeza y depositó un beso en la coronilla de June. Esta, se agarró de su camisa, acercándose más a él.

-June, quiero que estés atenta a lo que te voy a decir.-la chica asintió.-Desde un principio todo nos ha ido mal y es porque no supimos llevar la situación. El año escolar se va a acabar y con él mi contrato, pero eso no es excusa para decirte que voy a estar siempre a tu lado. Te lo dije en el puente y te lo vuelvo a repetir ahora, aunque no esté a tu lado, siempre estaré allí para apoyarte en todo lo que hagas porque estamos conectados y eso nadie puede romperlo.-el mayor dejó una pausa, donde apretó el agarre que tenía con June.-Te quiero, ¿crees que será suficiente para rellenar tu hueco?

La rubia apartó la mano con la que tenía cogida su camisa para secarse las escasas lágrimas que circulaban por su rostro para contestarle con una sonrisa:

-Sí, Benjamin. Creo que será suficiente.




En multimedia tenéis el fabuloso trailer que me hizo ChantalBukowski Así que os invito a que lo veáis. ¡Gracias de nuevo!

June.|Segundo Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora