Capítulo 13

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-¡Vamos, chicos!-gritó Devon, el profesor de Educación Física.

-Juro que como no se calle le meteré la zapatilla por el culo.-susurró Jessica, agotada. Las tres amigas corrían al compás los diez minutos que le habían exigido, tanto a ellas como al resto de la clase, el profesor.

-Voy a adelantar un poco.-les avisó la rubia. Ellas le contestaron con un gesto con la cabeza. June corrió un poco más, adelantando unos tres puestos. Notó como alguien corría a su vera. Del cansancio, June no se molestó en deducir quien era hasta que escuchó su voz.

-Hola, June.-le saludó tranquilamente, como si no llevasen ocho minutos corriendo.

-Kyle.-le susurró, a modo de saludo.

-¿Tienes pareja para el baile?-June gruñó.

-¿No crees que es un mal momento? Estamos corriendo.-le dijo, agotada. Y no sabía si aquel tono era por el cansancio o por el tener al pesado de Kyle cerca.

-¿Y cuando va a ser un buen momento?

-No sé, ¿uno en el que no esté totalmente agotada y sudada, tal vez?-Kyle sonrió.

-Estás guapa de todas formas.-la rubia rodó los ojos. Probablemente si hubiese sido otra persona no habría dicho nada, dado que en cierta parte le gustaba ese tipo de comentarios. Pero era Kyle, y todo lo que hiciese o dijese iba a ser molesto.-¿Irás conmigo?

-Ya tengo pareja.-mintió.

-¿Quién es?-June sonrió.

-Alguien con más suerte que tú.-le contestó con arrogancia. El profesor pitó, dando por finalizado los diez minutos. Ahora solo tendrían que dar una vuelta al campo andando para finalizar el calentamiento.-¿Por qué no se lo preguntas a Charlotte? Viéndola seguro que hasta echará la pota de la emoción.-le sugirió mientras veía a su fatigada compañera. Kyle frunció los labios.

-Ella no es tú.-June sonrió con suficiencia.

-Una pena, ¿verdad?-Kyle negó con la cabeza y la rubia se paró, para atarse los cordones, con la excusa de que al fin el moreno se fuese de su lado. Este lo hizo, avanzando unos metros delante de ella. Una vez que fingió atarse los cordones, se levantó y se sacudió sus rodillas. Fijó su vista hacia las gradas y pudo distinguir una sombra familiar detrás de ellas. Benjamin.

La joven miró a ambos lados y, al darse cuenta que el profesor había empezado a explicar, decidió saltarse un poco de la clase y saludar a Benjamin. Se acercó aligerando el paso y, una vez que estuvo detrás de las gradas, lo vio de pie. Su vestimenta era parecida a la de la última clase, solo que ahora llevaba una camisa de un color oscuro.

-¿Estabas viendo como unas jóvenes de quince años corren sudorosas? ¿Acaso eres un pedófilo?-le preguntó. Benjamin al instante se sobresalto, dado que estaba de espaldas a ella. Sonrió en cuanto le vio. June se dio cuenta del cigarro que llevaba entre sus dedos y frunció el ceño.

-Solo he venido para despejarme.-aclaró, llevándose el cigarro a la boca.

-¿Sabes que eso te puede matar?-le preguntó, señalando con asco.-Este año hemos tenido una sala sobre las drogas y creo que tú deberías de haber asistido.-Benjamin rió.

-Uno no me hará daño.-June rodó los ojos.-¿No se supone que deberías de estar en clase?

-¿No se supone que deberías de estar apagando ese cigarro?-Benjamin le sonrió, burlón.

-A mi por fumar no me echarán la bronca, pero tú por fugarte sí.

-Yo te estoy echando la bronca.

-¿No vas a parar hasta que lo apague, verdad?

-Sí.-Benjamin suspiró y tuvo que apagar la colilla. June sonrió orgullosa.

-¿Contenta?

-Sí.

-¿Y bien? ¿No podías vivir sin mí y has decidido saltarte la clase, verdad?-June se encogió de hombros.

-Eres una excusa para saltarme Educación Física, tampoco te creas mucho.-Benjamin rió.

-Creo que deberías de ir.-le dijo.-¿Volvemos a quedar en el patio aquí?-June asintió, para después volver a su clase. Las semanas pasaron y June tenía exámenes y todavía no había conseguido pareja para el baile, pero aquello no le impedía seguir quedando en los patios con Benjamin. June solía poner cualquier excusa a sus amigas para pasar los patios con Benjamin. Mientras que él, solía adelantar cualquier reunión para volver a ver a la rubia. Quedaban mediante cartas o gestos, para que nadie los descubriese. June solía entregarle los deberes con una nota adjunta en la que le solía citar, Benjamin cuando repartía los deberes o exámenes hacía lo mismo o, al ser profesor, le decía a June que trajese la agenda para citar a sus padres o ponerle alguna nota, aunque lo único que hacía era citarle o escribirle algún chiste malo que se le había venido a la mente.

Nadie parecía descubrirlos.

Nadie parecía con intenciones de hacerlo.

O eso creían.

June.|Segundo Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora