Capítulo 14

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-¡Fue asombroso, Benjamin! ¡Tuviste que ver como James se cayó en gimnasia!-comentó mientras se reía. June estaba sentada encima de la mesa de Benjamin y él, sentado en su silla.

-Es cruel.-dijo él intentando sonar serio.

-Vamos, Benjamin. Sé que te mueres por reírte.-le dijo divertida.

-Sería políticamente incorrecto reírme de él.

-Bla, bla, bla.-hizo un gesto con las manos, simulando una boca.-Desde que eres profesor eres un aburrido.

-Soy el profesor más enrollado de toda la escuela.-June se echó a reír.

-Decir enrollado te hace menos enrollado.-Benjamin rió.

-Di lo que quieras, pero soy guay del Paraguay.

-¡Por favor, para!-exclamó con una sonrisa.-¡Me das vergüenza!-le dijo con humor.

-Vale, tronca.

-Nadie dice tronca.

-Qué poco enrollados que sois los adolescentes de hoy en día.

-Te has vuelto viejo, Benjamin.-él fingió que lloraba con un puchero y June rió.

-Ni saber pucheros sabes, no vales para nada.-ambos rieron. Escucharon como tocaron a la puerta. June rápidamente se levantó de la mesa y miró a Benjamin, mientras se colocaba la mochila. Benjamin carraspeó.

-Adelante.-dijo. Ambos vieron como uno de los profesores del departamento de Literatura, el señor Moore, entraba.-Y bueno, simplemente es la historia del Clasicismo, lo que ya hemos hablado.-fingió.

-Está bien, adiós señor Turner.-se despidió de él, agachando la cabeza. Ni siquiera se molestó en saludar al otro profesor. Simplemente salió del aula, esperando en una esquina a que el profesor saliese, para así poder seguir hablando con Benjamin.

-Hola, Jack, ¿qué quiere?-le preguntó, una vez que June cerró la puerta del aula.

-Venía a hablarle sobre una alumna suya. Más bien sobre June Spektor.-Benjamin se acomodó en la silla y miró con atención a Jack.

-¿Ocurre algo?-le preguntó serio. Jack suspiró.

-He podido observar como June y usted comparten varios recreos.-le comentó. Benjamin se preguntaba como podía haberse dado cuenta de su ''secreto''.-Solo venía a informarle, que la relación profesor-alumno en este centro está totalmente controlada, y un acercamiento como ese puede jugarse la plaza que tiene aquí, Benjamin.-le explicó. Él seguía en su semblante serio, mientras que por dentro tenía miedo de la conclusión de Jack.-Ya no se lo digo como compañero, sino como amigo. Espero que después de esto tome las medidas necesarias, esta vez les he visto solo yo, pero puede que a la próxima les vea el director.-y, dicho eso, salió del aula, dejando a Benjamin solo con sus pensamientos. Sabía perfectamente lo que tenía que hacer, pero, solo de pensarlo, le dolía. Al instante June entró sonriente, cerrando la puerta con cuidado. Mientras, Benjamin intentaba seguir serio, aunque solo ver la sonrisa de June, provocaba que se diese asco, por lo que iba a hacer.

-Menos mal que se ha ido, pensé que iba a quedarse todo lo que queda de recreo.-comentó divertida.-Bueno, ¿por donde íbamos?

-June.

-¡Ah, sí! Te tengo que enseñar a hacer un puchero.

-June.

-Es bastante fácil, solo tienes que practicarlo. Tienes suerte de que sea una experta en hacer pucheros.-le dijo orgullosa. Dirigió su mirada a él y la sonrisa que poseía cambió a una mueca de preocupación al ver los ojos de Benjamin.-¿Ocurre algo?-le preguntó preocupada. Benjamin suspiró.

-Sí, June.

-¿Q-qué pasa?-le preguntó con miedo, preparándose para la noticia.

-No podemos seguir siendo amigos.-cuando aquellas palabras salieron de los labios de Benjamin y se colaron en los oídos de la joven, el semblante de June no pudo haber cambiado tan radicalmente. Una mueca de tristeza, acompañado de unas cuantas lágrimas que empezaban a brotar de sus ojos, adornaban la cara de la chica. Esa escena hizo que el corazón de Benjamin se partiera en un millón de pedazos.

-¿P-por qué?-le preguntó.

-Porque no podemos, June.

-¿E-es por mí? ¿Ya no te caigo bien?

-No.

-¿E-entonces?-le preguntó con la voz temblorosa. Benjamin estaba luchando por no llorar delante de ella.

-Simplemente no.

-P-pero tiene que haber una expli...

-¿¡Qué parte no entiendes de el porque no, June!?-le interrumpió exasperado. June se calló, temiendo por segunda vez a Benjamin. Él pudo ver el miedo en sus ojos y, al instante, se odió a si mismo. Pero no podía disculparse.

-P-pensé que podrías decírmelo, tiene que haber una explicación lógica, no puedes dejarme así porque sí.-al parecer, June no se iba a rendir tan fácilmente e iba a querer saber la verdad. Benjamin, dándose por vencido, decidió usar su última arma. Aquello solo haría que June se alejase de él al instante.

-¿Sabes cuál es tu problema, June? ¡Sólo eres una niña malcriada más que cree vivir en un mundo rosa!-exclamó, perdiendo los papeles. Se pasó la mano por su rostro mientras un suspiró se escapaba de sus labios.-Escúchame, June. No siempre tendrás esa cara bonita con la que salirte con la tuya así que haz el favor de despertar y madurar.-le dijo. June se quedó estática, sin saber como reaccionar.-Puedes salir.-June le obedeció, cogió su mochila del suelo y salió de la clase, sin articular palabra. Benjamin se pasó la mano por el rostro, otra vez.

Mientras, June corrió con lágrimas en los ojos, en dirección al baño. Se chocó con varias personas, pero aquello no le frenó.

Una vez que estuvo dentro del cubículo, tiró la mochila y se sentó en el suelo, pegando sus piernas a su pecho y sollozó. ¿Por qué Benjamin ya no quería seguir a su lado? ¿Era porque June no era lo suficientemente madura para él?  Se le veía tan feliz el otro día cuando fue a visitarlo a su casa. ¿Por qué él se alejaba ahora? ¿Por qué no desde un principio? ¿Por qué simplemente no siguió el juego que una vez June empezó? Sollozó aún más fuerte, al recordar todo aquello. El ruido de unos suaves toques le sacó de sus pensamientos.

-Ocupado.-dijo, una vez que sorbió su nariz.

-June, sé que estás llorando. Abre la puerta.-y June le obedeció. Se levantó del suelo, débil, y, sin molestarse en secarse las lágrimas que rondaban por sus mejillas, abrió la puerta del aseo y se lanzó a los brazos de Kyle.

June.|Segundo Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora