Capítulo 20

8.9K 948 57
                                    

-Le digo que es imposible, señor Lisbon.-insistió una vez más Benjamin.-June nunca haría eso. Usted lo sabe es una alumna diez que últimamente ha tenido un pequeño bajón.

-Ha tenido un pequeño bajón.-repitió la oración.-Usted mismo lo ha dicho, y si ella lo ha admitido será por algo, ¿no cree?-le cuestionó el director. Benjamin suspiró. Su jefe lo miró, como tenía una expresión de decepción en el rostro.-Será mejor que entre ella y nos lo explique, antes de tomar conclusiones.-el menor solo asintió con la cabeza y, después de que Louis llamase a la secretaria, la joven rubia entró al despacho, con el miedo recorriendo sus venas. Tenía los hombros caídos, al igual que la cabeza. Cada zancada era más pequeña y sus extremidades estaban pegadas a ella. Una vez que se sentó alzó la barbilla, dándoles una imagen débil e inocente. Con un gesto con la mano, el director le invitó a tomar asiento. Ambos estaban sentados uno al frente del otro, menos Benjamin. Este estaba de pie al lado de su jefe. El profesor aún se preguntaba como alguien tan pequeño había sido capaz de armar algo tan grande.-Señorita Spektor, ¿sabe por qué está aquí, verdad?-le preguntó. Ella asintió, lentamente.

-Estoy aquí porque fui yo quien desarmó la silla para que el señor Turner se cayese.-le contestó decidida, sin miedo alguno.

-¿Fuiste tú la única que participó?-empezó el interrogatorio.

-Sí.-le volvió a contestar sin dudar. Louis miró hacia Benjamin, e hicieron un intercambio de miradas. El director suspiró.

-Se lo repetiré una vez más, ¿fuiste tú la úni...?-June le interrumpió.

-Ya le he dicho que fui yo, ¿podemos proceder a otra cosa y acabar con esto ya?-le preguntó exasperada por la sensación de la mirada de Benjamin sobre ella. Aquello solo le ponía más nerviosa.

-Está bien, June.-accedió.-¿Por qué lo hiciste?-aquella pregunta tenía claro que se la iban a formular sí o sí, sin embargo, no supo que contestar. Dirigió su mirada a sus pies y empezó a zarandearlos, intentando pensar una buena mentira. Mientras, ellos esperaron pacientes su respuesta. La joven alzó la cabeza, y miró a los dos hombres de la sala. Se aclaró la garganta, dispuesta a contestar.

-No lo sé.-fue lo único que salió de su garganta y lo que se le ocurrió. Y se sintió estúpida en el acto por la poca imaginación que tuvo.

-¿Cómo que no lo sabes?-intervino esta vez Benjamin, mirándole con el ceño fruncido. La rubia se pasó la lengua por el labio, se agarró a ambos lados de la silla y lo miró a los ojos.

-Pues que no lo sé.-le contestó, apartando su mirada al instante. Este negó con la cabeza, frustrado.

-¿Cómo puede ser eso? ¿Hoy te levantaste y dijiste:''Mira, voy a desmontarle la silla a mi profesor de música porque sí, porque me ha entrado el gusanillo.'', no?-June le miró, entrecerrando los ojos y apretando esta vez su mandíbula por la ira que sentía.

-Señor Turner, por favor.-le dijo el director.

-Dime, ¿fue así?-la joven no contestó, mientras que Louis seguía diciéndole que parase.-¡¿Entonces qué cojones fue?! ¡Porque no entiendo como una alumna como tú puede cometer semejante estupidez! ¡Te creía más inteligente!-le gritó, perdiendo la poca paciencia que le quedaba. June ni siquiera se movió de su sitio, ni siquiera se sintió intimidada ni sorprendida. Simplemente cerró los ojos, esperando que se callase.

-¡Señor Turner!-gritó esta vez el director.-Le voy a tener que pedir que abandone el despacho, luego hablaremos usted y yo.-le dijo. Benjamin comenzó a murmurar palabras incoherentes, mientras abandonaba la sala. El señor Lisbon suspiró, una vez que cerró la puerta.-Siento el comportamiento de el señor Turner, debe de haberse acumulado todo y bueno, fuiste tú a quien le estalló.-se disculpó. June negó con la cabeza.

-No importa.

-Ahora que no está él entre nosotros, me gustaría que me explicase mejor ese ''no lo sé''-la chica tragó saliva.

-E-es que no lo sé.-un nudo en la garganta se le formó y lágrimas comenzaron a acumularse en sus orbes azules.-Y-yo se lo diría, pero...-en ese momento, se colocó ambas manos en su cara, tapando su rostro.

-June, el colegio posee un psicólogo y este siempre tiene la puerta abierta. Puedes entrar siempre que quieras.-le sugirió.

-G-gracias, lo tendré el cuenta.-Le dijo, alzando la mirada, con sus ojos cristalinos. Jamás iría a ese psicólogo.

-Sin embargo, esta conducta es intolerable, y tendré que castigarle.

-Lo comprendo.-el director vaciló unos segundos, antes de contestar. El castigo se suponía que debía ponerlo junto a Benjamin, pero, dado la actitud de este, se vio obligado a decidir por sí solo.

-No podrá participar más ayudando en el baile y por ende, le quedará prohibida la entrada el día del baile.-la joven abrió los ojos, dolida y sorprendida.-También llamaremos a sus padres.-concluyó.

-No, por favor. Deme otro castigo, pero por favor, no llame a mis padres.-le suplicó.

-Lo siento, June. El centro está obligado a informar a los tutores de esto.

-Pero no puede ahora. Mis padres no están aquí.-mintió.

-¿Y donde están, entonces?-le preguntó, desconfiando de su respuesta.

-Mi padre tuvo que hacer un viaje con la empresa fuera del país y mi madre le acompañó para comprar género para su tienda.-improvisó. El director le sostuvo la mirada unos segundos, pensando si debía creerle o no. June, al darse cuenta de su momento de duda, decidió intervenir.-¿Para qué le iba a mentirle en algo tan importante como es mi educación y su trabajo? Sabe que, dentro de lo que cabe, me sería imposible mentirle a alguien como usted.-aquello provocó que Louis sonriese, quedando satisfecho.

-¿Y cuando volverán?

-Dentro de diez días.-le contestó.-Pero no se preocupe por mí, una amiga de la familia me está cuidando.-añadió con cierto humor.

-Está bien, June. Puede irse.-le dijo, al fin y la joven procedió a levantarse de la silla.

-Adiós y siento las molestias que he causado.-se disculpó.

-No se preocupe, un acto de rebeldía lo tiene cualquiera.-le restó importancia, a lo que ella sonrió.-Pero que no se vuelva a repetir.-le avisó. June asintió y salió del despacho. Una vez fuera suspiró, aún estando inquieta. Su actuación había funcionado esta vez, pero esto no le restaba importancia al castigo que le impuso. Todo el tiempo y esfuerzo para que el baile saliese a la perfección fueron nulos. Añadiendo el dinero que Benjamin se había gastado en su vestido, pero aquello no le importaba. Ahora que lo pensaba le daba igual el dinero, como si se hubiese quedado en banca rota después de eso(cosa imposible, también cabe decir). Seguramente ese castigo lo habían estado pensando los dos, antes de que June entrase al despacho. De pensarlo se cabreaba aún más.

Anduvo a paso ligero, queriendo encontrarse con sus amigas y su novio, y olvidar lo ocurrido. Sí, también estaba enfadada con Kyle, pero no tanto como lo estaba con Benjamin. Kyle no sabía nada de la historia y solo lo hizo para sacarle una sonrisa.

En parte, se sintió causante de lo ocurrido, como horas atrás había expresado declarándose responsable de la travesura. Si ella no hubiese llamado a Kyle contándole una versión de lo ocurrido, el chico jamás hubiese hecho aquello.

Se golpeó mentalmente. ¿Por qué era tan estúpido? ¿Cómo pudo pensar que ese acto inmaduro le iba a causar alguna gracia? Lo más que podría sentir seria culpabilidad, como la estaba sintiendo ahora.

Y no quería empezar a generalizar, llamando a todos los chicos de su edad estúpido e inmaduros porque la mayoría-por no decir todos-se rieron de la caída del profesor. Vaya si lo eran.

Aprovechando que la pequeña joven estaba sumergida en sus pensamientos, alguien le agarró del brazo y estiró de él, haciendo que perdiese el equilibrio y fuese arrastrada hasta, al parecer, dentro de uno de los cubículos del baño y no sabía si era el de chicos o el de chicas. June solo pudo suspirar pesadamente.

Aquello parecía un deja vú.

June.|Segundo Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora