La sonrisa de un desconocido

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Hoy me dirigía ha hacer unos recados para mi abuela, así que me levante como un día normal. Al salir de casa cogí la lista que me dicto mi abuela esa misma mañana de cosas que tenía que hacer para ella. Lo primero era recoger un traje de mi abuelo de la tintorería, y hacia allá que me dirigía. De camino solía ir escuchando música. Pero la desconecte, al recoger el segundo recado, una tarta, un antojo de mi abuela. Por ultimo tenía que recoger unos zapatos que le habían hecho a medida en un zapatería bastante cara, me preguntaba para que querría mi abuela tantos caprichos, a demás el traje de mi abuelo era una tontería, por que el no estaba aquí para poder disfrutarlo. Ya con los tres recados recogidos, me dirigía a casa de mi abuela a terminar el trabajo, el cual pesaba bastante.
Iba muy nerviosa por la calle para que no se me cayese nada al suelo, pero ya llegando a mi destino, en una esquina de repente tropecé con algo que no recordaba que estuviese ahí. La tarta estaba destrozada, el traje arrugado y los zapatos sucios, estaba cabreada por que me había costado mucho llegar a casa de mi abuela, pero no llegue, al levantar la mirada para decir barbaridades a pleno pulmón, le vi. Me quede embobada con sus ojos verdes de color jade con pigmentos de verde aguacate y un toque de verde musgo, parecían el traje de un militar, me enamore de eso ojos tan perfectos, pero no fue comparable con su sonrisa deslumbrante con eso labios perfectos, tras unos segundos intensos y apasionantes compartiendo miradas me lanzo una sonrisa y yo se la devolví con otra, me entro una vergüenza impresionante y baje la mirada.
- Aaron - dijo con una voz seductora
- Eeeh ... Yo ... - No me salían las palabras - Soy Alex, Alejandra, pero llámame
- Me gusta
- Gracias, eeeh ... Si y a mi el tuyo - Le dije muy nerviosa
- Hasta otra Alex - Se despidió con su deslumbrante sonrisa
- Vale. Adiós.
Nada mas irse llame a mi abuela y le dije que iría algo mas tarde por que me había entretenido. Así que volví a la tintorería para que me plancharan el traje y me limpiaran los zapatos, mientras iba a comprar otra tarta. Cuando le deje el traje, los zapatos y la tarta a mi abuela volví a mi casa, fue un día normal a excepción de que solo pensaba en lo mismo en Aaron, quería volverlo a ver, conocerlo mejor, pero como ?
Pasó tan rápido.

Buscando a mi príncipe azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora