Capítulo 28: Magnolia.

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II M A D H O U S E II

Capítulo 28.

Magnolia.

"¡Sí, sí puedes!" Gritó Camille. "¡Deja que todo lo demás se vaya y tan sólo haz que esa mierda arda!"

Levanté mi brazo y no pensé en nada más que en encender el palo.

Llamas.

Fuego.

Bosques incendiados.

Cenizas.

Humo.

¡Arde!

Fue muy leve al principio, los bordes del palo volviéndose negros y un poco de humo en el aire. Después una pequeña llama bailó en el centro, después una más grande, y después el palo estaba rodeado de grandes y flameantes llamas.

Me reí. "Lo he hecho."

La observé de vuelta. "No voy a tocarlo. Mi mano entera se quemará y-"

"¡No de esa manera!" Ella rodó sus ojos. "Con tu mente, como te dije."

Me mordí el labio e imaginé el palo flotando encima de la mesa. Fue muy dificil al principio, como antes, pero después noté un ligero moviemiento en el interior del estómago y lentamente la rama ascendió.

"Gracias." Dije recuperando el aliento.

"Acabo de comprar esto..." Protesté.

~  

Tan sólo he bebido alcohol una vez en toda mi vida, y fue en el decimotercer cumpleaños de una amiga. Ella había robado una botella de whisky a sus padres.

Ahora, probáblemente estarás pensando que sólo bebí porque mis amigas lo hicieron, y que sólo fue un traguito... Por desgracia, yo era la que más borracha estaba.

Intento no pensar en esa noche porque todos los chicos trataron de aprovecharse de mi, y quizás lo hubiesen hecho de no ser porque todos tuvieron que irse a sus casas.

Pero esta vez, Camille y yo estábamos muy, muy borrachas. Bailábamos al ritmo de la banda de jazz que estaba sonando en un pequeño pub, era obvio el hecho de que todos los ojos de los hombres estaban en nuestros cuerpos.

Me acuerdo riendo mientras bailábamos, había tirado mi bebida al suelo pero no me importó. Mi visión estaba borrosa y me sentía como si estuviese flotando.

No podía recordar ni mi propio nombre pero eso tampoco me importaba.

La siguiente cosa que recuerdo es a Camille vomitando, en medio de la pista de baile. Los camareros nos gritaron y finalmente nos echaron del pub, y nosotras todavía nos reíamos. ¿Por qué es todo tan gracioso?

Camille desbloqueó su coche y se sentó en el lado del conductor, por lo que yo me puse de copiloto, arrancó el coche y nos fuimos.

La radio estaba sonando, justo como le gustaba a esta bruja, y las dos estábamos cantando a gritos. "¡Pásame un cigarrillo!" Dijo Camille.

"No tengo ninguno." Le contesté. "Tendrás que encontrar alguno por tu cuenta."

"Dejé mi último paquete en el pub." Graznó Camille. El coche se balanceaba de un lado a otro de la carretera mientras conducía casi al doble de la velocidad permitida. Estoy bastante segura de que nos pasamos más de dos señales de stop.

"Lo que sea, de todas formas fumar mata."

"¿Quién te dijo eso?"

"Harry, mi novio. Él es médico." Respondí apoyando la cabeza en la ventanilla. Me sentí muy enferma de repente.

M A D H O U S E  {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora