Capítulo 21: Harry.

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II M A D H O U S E II


Capítulo 21.

Harry.


Salimos los dos juntos tranquilamente, sin querer causar un drama. Cuando puse mi brazo sobre Magnolia ella se giró y miró por encima de mi hombro, supongo que despidiéndose de sus amigos en Hellingly, lo que hizo que más lágrimas cayesen por su cara.

"Lo siento." Dijo lentamente y después giró la cabeza y caminó segura hacia el coche. Abrí y cerré la puerta para Magnolia y después entré en el asiento del piloto.

Al final de las escaleras estaba Tate, mirándonos tristemente mientras conducía. El momento en el que me sentí mal por él... Me acordé de Gemma.

Y conducí lejos sin mirar atrás.

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"No es mucho, pero... siéntete como en casa." Me reí nerviosamente mientras dejaba entrar a Magnolia a mi piso.

Ella miró a su alrededor y sonrió. "Es encantadora."

Sonreí y dejé en el suelo las pequeñas maletas con sus cosas, unos cuantos libros, y otro camisón. "Gracias." Dije. "Por cierto, lo cogí esto a Jude. Dijo que lo tenías puesto cuando entraste a Hellingly."

Saqué de mi bolsillo un pequeño medallón plateado y se lo di a Maggie, sus ojos se abrieron cuando lo cogió.

Abrió el compartimento y sonró. "Me había olviado de esto." Dijo.

Caminé a su lado y me asomé para ver que contenía. "¿Quién es?"

"Mi hermana mayor. Se mudó a América, queriendo ser una cantante. No he oído nada de ella desde que se fue." Dijo Magnolia. "¿No lo pones?"

"Por supuesto." Dije mientras ella se giraba, mis dedos apartaron gentilmente su pelo hacia un lado para poder atar el collar. "Listo."

"Gracias." Sonrió y miró con ojos llorosos a su alrededor antes de abrazarme. "¡Soy libre!" Lloró.

Reí y la abracé, dando vueltas con ese punto extra de encanto de Harry Styles. "Sí, lo eres."

"Todo gracias a tí." Murmuró.

Puse un mechón de pelo detrás de su oreja. "Bajaría al infierno y volvería por ti." Susurré. "Cualquier día, en cualquier momento y en cualquier lugar. Te lo puedo prometer."

Magnolia se puso de puntillas, plantando un beso en mis labios. "Te creo." Sonrió.

"Escucha, mañana, tengo que ir a Hellingly. Trabajaré unos cuantos días para que no sospechen y desués me iré. Te voy a llevar a casa de mi madre, y a lo mejor puedes ir de compras con ella. A no ser que quieras vivir con ese pijama del asilo."

Magnolia se rió. "Suena bien, pero... Deberías ir al funeral de Gemma. Será bueno para ti."

Mi cara decayó y solté un suspiro. "Pensaré en ello. Pero deberías dormir, ha sido un día largo."

Magnolia se mordió el labio. "¿Qué pasa si... vuelven las pesadillas?"

"Si Tate de verdad te ha querido alguna vez, si es capaz de hacer eso, no dejará que vayan a por ti." Suspiré. "No todo el mundo es del todo malo o del todo bueno. Somos humanos."

Ella sonrió y agarró su medallón. "Iré a cambiarme."

Asentí y le señalé cuál era el baño. Me sonreí a mi mismo mientras vi a Magnolia entrando al baño, después fui a hacerme una taza de té.

Maggie volvió unos minutos después con su pijama y sonrió. "¿Quieres un poco?" Pregunté señalando a mi hervidor de agua.

"Está bien." Dijo mientras caminaba admirando mi estantería. "¿Has leído todos estos libros?"

Sacudí mi cabeza. "No, la mayoría son de una tienda de segunda mano. Decoración."

Sacó uno y miró la portada. "Edgar Allan Poe, eh." Magnolia sonrió. "Ahora sé que no has leído ninguno de estos libros."

"En realidad no me gusta leer." Me encogí de hombros. "Creo que lo encontré cuando tenía diez años. Era de mi padre."

"Tate me habló de tu padre." Murmuró pasando páginas.

"No me lo creo." Dije. "Mi madre ni siquiera tiene agallas para tirar un pez que ya está muerto por el vater. Mucho menos para matar a alguien."

"La gente puede ser engañosa." Magnolia se encogió de hombros. "Lo aprendes cuando tienes una vida como la mía."

Apreté los labios y busqué por la estantería, hasta que finalmente saqué el que estaba buscando. "Aquí. Este sí lo he leído." Le pasé una copia del Diario de Anne Frank. "Te gustará."

"¿Anne Frank?" Preguntó. "Se supone que teníamos que leer sobre ella en el colegio."

"¿Lo hiciste?" Pregunté.

"Nop." Sonrió. "Pero lo haré."

Asi que me senté en mi sitio al lado de la chimenea a terminar unas cosas sobre el trabajo mientras Magnolia se sentó a mi lado y empezó a leer.

Nos quedamos así un rato, relajados y felices. A salvo y juntos. "Estoy cansada." Murmuró Magnolia.

"Yo también." Me levanté y la cogí en brazos con cuidado.

"Todavía puedo andar, Harry." Dijo con una sonrisa cansada.

"El suelo es lava, no quiero que te quemes los pies." Bromeé.

Caminé a mi habitación abriendo la puerta con el pie y la tumbé en mi cama. "Iré a cambiarme y después dormiré en el sofá."

"¿Por qué?" Preguntó. "Puedes dormir aquí, no me importa."

"De verdad que hay ningún problema, Maggie."

"Lo habrá si no duermes en esta cama, Doctor Styles." Rió Magnolia. "Vamos."

Sonreí y fui a baño, poniéndome el pijama y lavándome los dientes. Finalmente volví a la habitación y me tumbé en la cama, atrapando a Magnolia en un abrazo.

"Estás caliente." Murmuró. "Tate nunca estaba así."

"¿Dormía contigo?" Pregunté.

"No en el mal sentido. Pero cuando dormía conmigo ninguno de ellos me hacía daño."

"Bueno, nadie va a hacerte daño ahora. Ni nunca más. No si yo estoy contigo." Besé su cabeza. "Duermete, cariño. Yo te protegeré."

Y atrapados en el caliente abrazo de dos corazones que laten, caímos en un profundo sueño hasta que el Sol salga para empezar otro día.



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¿Shippeais Marry? ¿Alguna? Porque me he dado cuenta de que la mayoría de mis lectoras shippeais Taggie y me siento sola :c

Espero que este capítulo os haya hecho cambiar de idea bc aw son super cutes.

Ya sabéis que podéis pedirme dedicaciones en los comentarios <3

~Blake.

M A D H O U S E  {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora