- Hola cariño.- Saluda la madre de Patri desde su asiento.
-No sabia que ibas a estar aquí...- Le contesta ella.
-Bueno, fue una idea de última ahora.- Se pronuncia esta vez el padre.
-Podéis sentaros a comer algo. Hemos decidido que el club se va a convertir en uno de repostería. Así que hemos empezado por hacer un par de bizcochos.- Nos dice mi madre mientras nosotras nos sentamos en dos sillas contiguas.
Tras un rato comiendo bizcocho por educación y escuchando a la señora Pérez decir lo mucho que he crecido desde la última vez que estuve en su casa, por fin esta última decide que es hora de marcharse. Mi padre la acompaña a ella y a su marido hasta la puerta, y después vuelve con nosotros a la cocina. Ya solo quedan nuestros respectivos padres en la casa, así que empiezo a pensar si este sería un buen momento. Miro a Patri por el rabillo del ojo, y ella parece entender lo que quiero transmitir. Aprieta los labios y al cogerle la mano por debajo de la mesa puedo notar como tiembla. Quizá prefiera esperar a estar sola en su casa.
-Bueno, ¿que tal la tarde?- Le pregunto a los presentes para romper el silencio que se había empezado a formar.
-Muy bien, la verdad. Yo me lo he pasado estupendamente.- Afirma Sonia, la madre de Patri. Recuerdo haber intercambiado alguna que otra conversación con ella, pero todo bastante superficial. Su Padre asiente también.
-Yo también me he divertido. Aunque la señora Pérez es un poco... cansina. Se ha pasado toda la velada hablándonos de su maravilloso nieto Raúl y de que debería presentaros.- Nos relata mi madre, añadiendo unas comillas en la última palabra.
-Oh... ¿Raúl dices? ¿No irá a nuestro instituto no? Bachillerato de artes.
-Pues si, creo que si. Que pasa, ¿le conoces?- Me pregunta mi madre curiosa.
-Si, la verdad es que si.- Empiezo a reirme yo sola al pensar en la idea de la señora Pérez intentando juntar a su nieto gay con su vecina lesbiana. Obviamente nadie más en la sala le encuentra la gracia, incluso Patri me mira sorprendida por mi reacción.- Es amigo mío.
-En fin. Y oye, ¿no iba Natalia con vosotras?- Pregunta mi padre, que por lo visto si prestaba atención a la conversación.
- Si, estuvimos con ella. Le pregunté si quería entrar, pero por lo visto tenía prisa.
- ¿Dónde?.-Ahora es la madre de Patri la que pregunta. Le dirijo una mirada rápida a Patri. No creo que sea lo mejor decirles que fuimos a cenar en medio de un acantilado bajo las estrellas para celebrar nuestro primer mes de relación oficial.
-Fuimos a cenar al campo.- Contesta una voz que parece la de Patri, pero mucho más segura de lo que cabía esperar.
- ¿Las tres solas?.- Me mira mi madre, podría jurar que con cierta diversión en sus ojos.
-Eh... no. Vino Nico también.- Le respondo yo.
-O sea... que fuisteis de sujetavelas.- Sentencia Sonia. No puedo evitar sonreír ante la idea tan equivocada que se están haciendo.
-Pues en realidad...- Comienza Patri a hablar, pero parece darse cuenta de que esto es cosa dos y me mira, como pidiéndome permiso para seguir.
-En realidad no, es solo que no teniamos quién nos llevara y Nico se ofreció. - 15 palabras que salen de mi boca sin haber pasado por mi cerebro hacen que Patri me mire un poco desconcertada al principio, pero que finalmente parecen hacer que se relaje.
-Bueno, parece un chico majo, o esa es la sensación que me dio en la cena. - Sentencia mi madre antes de levantarse de la mesa para coger un vaso de la estantería.
![](https://img.wattpad.com/cover/30837625-288-k972416.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las nubes no siempre saben a chocolate
Teen FictionA sus 17 años, Paula vive una vida bastante tranquila. Dentro de lo esperado. Hasta que una nueva vecina le hará descubrirse a si misma y, como consecuencia, a sus propios demonios hasta ahora escondidos.