Capítulo 13

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Hablar con Natalia me ha servido de mucho. Tiene razón, debo hablar con ella cuanto antes. En cuanto terminamos de comer salimos del restaurante y nos despedimos. Decido aprovechar el momento para llamarla, pero no me coge el teléfono. Vuelvo a probar, y esta vez tengo más suerte.

-¿Si?

-Hola Patri... soy Paula. ¿Podemos hablar?

-Si claro, dime

-Creo que preferiría en persona, si no te importa.

-Esta bien... como quieras. Ven a mi casa, Laura hoy está ocupada.

-Vale, hasta ahora.

Emprendo el camino hacia su casa, que ahora se me hace eterno, pensando en lo que le voy a decir.Quizá más bien: ¿Como se lo voy a decir? "Oye Patri, que hace una semana que nos conocemos pero ha sido conocerte y cambiar de acera". Creo que debería darle otro enfoque... Cuando me doy cuenta, ya estoy en su portal. Llamo al timbre y en seguida se abre la puerta de su casa para dejar aparecer a una Patri despeinada, con cara de sueño y en pijama. Se acerca a la puerta y la abre, dejándome pasar.

-Siento que me veas así, pero es que estaba echando la siesta...

-Es igual, si quieres puedo venir en otro momento...- Digo yo dándome cuenta de que la he despertado con mi llamada.

-No no, pasa. Si lo que quieres es hablar será mejor que sea antes de que lleguen mis padres...

-Me parece buena idea.

Entro detrás de ella en su casa y cierro la puerta. Ella se dirige a la cocina y yo me quedo esperando en el amplio salón, recordando el día de ayer, la primera vez que entre en esa cocina.

-¿Quieres algo?- Escucho que pregunta.

-No no, que va. Acabo de comer.

-Oh si, es cierto.- Dice ella, bajando la voz.- Bueno, y de que querías hablar.

-Bueno, pues...- Comienzo a hablar, mientras ella se sienta a mi lado en el sofá.- La verdad es que quería decirte algo que...

-Te escucho...- Dice ella mientras se muerde el labio.

-Que lo del otro día...- Intento explicarme y, pero me es imposible concentrarme mientras la miro a los ojos.

-A la mierda- Dice ella antes de abalanzarse sobre mi.

Para mi sorpresa me encuentro debajo de Patri, sobre su sofá, mientras disfruto de un beso perfecto. Noto como su lengua juega con la mía en una danza casi celestial, como sus dedos buscan un lugar al que aferrarse en el medio de mi cabello. De nuevo, me dejo llevar, sin pensar en el futuro, en lo que esto significa, solamente visualizo el presente, y la verdad es que me encanta. El tiempo hace un rato que ha dejado de ser una buena medida para nosotras, que contamos el transcurso del momento en caricias. De repente, un cosquilleo invade la planta de mi pie, un cosquilleo demasiado real. Segundos después noto que el peso sobre mi aumenta, y como Patri se separa de mi suavemente, para dejarme observar a un gato peludo que se mueve alegre a nuestro alrededor. Miro a Patri y las dos nos reímos ante la situación.

-Bueno, pues de esto quería hablarte... - Digo yo consciente de que la situación a tomado un nuevo rumbo.

-Me lo imaginaba... Y tampoco se que decir al respecto

-Mira, yo se que nos conocemos de hace muy poco, pero no es la sensación que tengo cuando estoy contigo. No se si me gustas, te quiero o que es, pero digamos que me agrada tu compañía.- Veo como ella sonríe ante mis últimas palabras y piensa antes de contestarme.

Las nubes no siempre saben a chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora