Cuando acabamos de "comer" ya eran las 5, así que ayudamos a recoger a Laura y decidimos ir a dar un paseo.
-¿Qué queréis hacer?- Dice Patri mientras termina de guardar su ropa en la mochila.
-He pensado que podemos ir al lago, aún no os lo he enseñado- Sugiero yo.
-Vale, pues al lago- Dice Laura sonriéndome.
Metemos algo de comida y bebida en una mochila y salimos de casa en dirección al lago, mientras hablamos de cosas irrelevantes, hasta que Laura toca un tema algo delicado.
-Bueno Paula, cuéntanos. ¿Hay chicos decentes por aquí?
-Mmm... supongo que si.- Contesto un poco desprevenida.
-Así que si...- Dice Laura con sonrisa pícara.- ¿Tu sales con alguien?
-No.- Contesto rotunda.- Ya no.
-Oh vale... Lo siento si te he molestado.- Dice ella poniendo cara de arrepentimiento.
-¿Estás bien?- Interviene Patri al ver que, efectivamente, no es algo de lo que me guste hablar.
-Si es solo que... no acabó demasiado bien. Pero ya he pasado página- Digo intentando recuperar la compostura.
-Entiendo- Dice ella entendiendo que doy así el tema por cerrado.
Seguimos caminando un rato en silencio, hasta que llegamos al camino que llega directo a la orilla del lago. Les indico con un gesto que esperen y me introduzco sola en el interior del estrecho sendero.Al cabo de un par de minutos les doy un grito para que bajen.
-¿Por que nos has hecho esperar?- Pregunta Patri mientras aparta ramas de su trayectoria.
-Bueno, no sabia si el camino seguía abierto, ni si había gente abajo.
-Oh ya...- Contesta Patri mientras comprende a lo que me refiero.
-¡OH! ¿¡ESO ES UN PATO?!- Dice Laura mientras corre sendero abajo para acercarse a la orilla.
-Se va a caer...- Dice Patri mientras levanta la cabeza sobre las hierbas para localizar a Laura.
Bajamos tranquilamente y la encontramos agachada dándole un cacho de bocadillo a un pato que nada próximo a ella. Tiene un brazo agarrado a una rama, supongo que para evitar un chapuzón innecesario.
-Jo, casi puedo tocarlo. Igual si me acerco así un poquito más... -Dice Laura mientras se estira todo lo que puede. De repente se le suelta la mano con la que se aseguraba y se cae al agua.
- Yo ya lo dije...- Dice Patri entre carcajadas, y yo no puedo evitar reaccionar de la misma forma.
-Pues esta muy buena, putas.- Dice Laura poniendo cara de resignación.
Me acerco a la orilla y dejo la mochila bajo un árbol. Empiezo a quitarme la ropa y la meto en la bolsa.
-Alaaaa y ahora esta se queda en bragas- Dice Patri mientras observa como Laura hace lo mismo dentro del agua.
-Pónmela por ahí anda, a ver si se seca.- Me pide Laura mientras me tiende su pantalón y su camiseta. Yo se la lanzo a Patri y me tiro al agua sin pensármelo dos veces.
-Uish, he espantado a los patitos- Digo intentando poner cara de arrepentimiento.
-Muérete...- Me contesta Laura mientras se aleja nadando.
Veo que empieza a perseguir a un pato, que nada delante de ella algo nervioso. La escena es bastante cómica, así que no puedo hacer más que reírme y disfrutar de todo lo que me rodea. Me giro hacia la orillo y veo a Patri, ahora ya solo en ropa interior, probando el agua con un pie.
-¡Tírate de una vez!- Le grito mientras me acerco nadando a ella.
-Es que... está un poco...- No la dejo terminar. La agarro por un pie y enseguida la tengo al lado, completamente sumergida en el agua.
-Está muy bien tonta, venga vamos a ayudarla.- Le sugiero mientras miro en dirección a Laura, que está ahora ya lejos detrás del pobre pato.
-Yo creo que es mejor dejarla, jamás va a conseguir coger al pato...- Contesta ella entre risas.
-Bueno, pues nos quedamos aquí, supongo que se cansará en algún momento... espero- Le digo yo riéndome también.
-Oye Paula...- dice ella, ahora más seria- ¿estás bien? por lo de antes, digo. Si no quieres hablar, no pasa nada.
-Si si, estoy bien. Es solo que era un mal tipo. Ya sabes, lo típico. Yo tenía 15 años y el 19, y estaba metido en cosas poco legales, digamos... Tuve una época bastante mala, y me hizo mucho daño, igual que yo le hice mucho daño a otras personas. Pero ahora ya es pasado, creo que ni siquiera le quería. Era la percepción de lo que debía ser el amor que tenía entonces. Supongo que aún a dia de hoy no lo tengo muy claro, pero sé que no es eso lo que quiero.
-Con cosas pocos legales... ¿te refieres a drogas?
-Si, cannabis sobre todo. Pero también cocaína y éxtasis. Yo solo fumaba maría, y de vez en cuando tomaba MDMA, si es lo que querías saber.- Hago una pausa para mantenerme fuerte.- Como ya te he dicho, son cosas del pasado.
-Lo entiendo, y siento haberte hecho recordar todo eso, debió... debió ser duro.
-Lo fue, pero ahora ya no quiero pensar en eso. Cuéntame tu, ¿sales con alguien? - Ahora me siento un poco mejor después de haberle contado mi mayor peso. Bueno, uno de ellos.
- No. Estaba con alguien antes de llegar aquí, pero ya sabes, para mantener una relación a distancia hace falta mucho amor y confianza y sinceramente, no creo que tuviéramos mucho de ninguna. No me preocupa.
-¿ Y Laura? No me dirás que solo le gustan los patos.- Le digo mientras levanto una ceja.
- En realidad no se mucho de ella. Solo la conozco una semana más que tú. Deberíamos sacarle información.- Dice ella mientras sonríe maliciosa.
- Si vuelve algún día, claro...
Las dos reímos y jugamos un rato en el agua, hasta que decidimos que ya es hora de salir y buscar a Laura desde tierra. Subo agarrándome a la rama de un árbol y le tiendo una mano a Patri, que miraba desconfiada la rama.
- Gracias, me parece que habría acabado muy mal.
Miramos hacia el horizonte y buscamos a Laura, sin éxito. Empiezo a notar la tensión reinante en el lugar, la verdad es que hace un buen rato que no la vemos. Miro a Patri, y ella parece tan descolocada como yo. De repente, escuchamos un ruido detrás de unos árboles. Un pato.
- Chicassss...- Escuchamos a Laura susurrar, y nos acercamos a la zona de la que proviene el sonido, ahora ya más relajadas.
-Mirad, tengo todo un ejército de patitos. Tuve que subir por el otro lado para que no me vieran llegar...- Dice ella totalmente seria mientras sigue repartiéndoles pan.
- Está muy trastornada...- Digo yo intentando no estallar en carcajadas para no espantar a los nuevos amigos de Laura.
- Más de lo que yo pensaba.- Me contesta Patri, en la misma situación que yo.
-Ahora nos vamos despacito y en silencio, y así no se asustan- Dice Laura razonándonos su respuesta.
Le hacemos caso y nos retiramos sigilosamente, intentando no llamar la atención de los pequeños animalitos. Cuando estamos lo suficientemente alejadas, Laura comienza una nueva conversación.
- Bueno, ¿que habéis hecho sin mí? Seguro que me echasteis un montón de menos.
- Hemos hecho lo mismo que tú con esos patos- Le contesto intentando mantener la risa.
- Pues yo los he colmado de amor a todos y cada uno de ellos... - Dice ella levantando una ceja y añadiendo una mirada interrogativa.
-Pues eso, lo mismo.- Contesta Patri con una aparente compostura de indiferencia.- Venga, vamos a vestirnos, que no quiero que se me haga de noche aquí.
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Las nubes no siempre saben a chocolate
Teen FictionA sus 17 años, Paula vive una vida bastante tranquila. Dentro de lo esperado. Hasta que una nueva vecina le hará descubrirse a si misma y, como consecuencia, a sus propios demonios hasta ahora escondidos.