CAPITULO 3

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Amy caminó como pudo hacia la puerta y abrió:

-Sheldon, ¿Y ahora qué?

- Considerando que te sientes mal y nuestro Acuerdo de Relación estipula que cuando uno de los dos se enferma el otro debe cuidar de él o ella, bueno, aquí estoy.

- Pero yo no estoy enferma.

-Pero tienes un dolor que no te permite realizar las actividades como siempre. ¿Ya tomaste un analgésico?

-No, pero acabo de entrar!

-Está bien, yo lo busco.- Sheldon pasó y se dirigió al baño.

-Sheldon no te dije que podías pasar! Aghh

El físico volvió con una tableta de capsulas y ahora pasó a la cocina.

-Ahora termino tu té de manzanilla así podes tomar el comprimido.

-Sheldon escúchame.

-¿Qué?

- Gracias, pero voy a estar bien. Ahora deberías irte porque se va a hacer tarde. Yo puedo terminar mi té y me tomo el analgésico, lo prometo.

- ¿Y luego? Hasta que surta efecto tienes que acostarte con las piernas elevadas sobre almohadones. Ve a tu habitación que yo te llevo todo.

-Pero...

-¿Pero qué? – Sheldon la miró con una expresión que no pudo descifrar. ¿Debía seguir insistiendo para que se marche o dejarlo? Él se veía decidido a quedarse y podían discutir toda la noche pero Amy no tenía ganas de eso y la verdad es que sentía que le dolía cada vez mas las piernas. La solución más rápida era dejarlo hacer lo que creía necesario y se iría más rápido.

-Nada.- respondió y largó un suspiro mientras caminaba como podía a su habitación.

Se acomodó como Sheldon le había dicho colocando los almohadones debajo de las piernas. El apareció un instante después con su taza.

-Muy bien, aquí tienes. ¿Tienes hambre? ¿Quieres cenar?

-Sí, el gimnasio me dejo hambrienta. Wow, nunca pensé que diría eso...

Sheldon sonrió:- Revise tu refrigerador y no tienes muchas cosas para que pueda preparar algo.

-Emm, si, no fui a comprar hoy.- dijo Amy esquivando la mirada.

-Bueno, ¿te parece si ordeno una pizza?

-Sí, claro. Suena bien. – agradeció con una sonrisa.

Sheldon asintió y salió de la habitación. Mientras hablaba por teléfono, Amy tomó el té que le había preparado. Esperaba que el comprimido actúe rápido asi tal vez le provocaría soñolencia y podía despedir a Sheldon con la excusa de que quería dormir. Mientras pensaba esto, él regresó:

-Ya la pedí. Les dije que se apuraran porque era para alimentar a una persona en recuperación.

-Está bien, gracias. -Ambos se quedaron en un silencio. – Si, espero que llegue pronto, así puedes irte.

Sheldon la miró con angustia.

-Digo – se apresuró a decir Amy- más tarde no vas a conseguir un autobús que te lleve a casa.

Esto relajó al físico:- Ah, yo, bueno...- comenzó a decir nervioso- Quería proponerte que me quede a dormir aquí esta noche. Solo por si necesitas ayuda con algo y sigues sintiendo dolor... Me iré en la mañana.

Amy no sabía que decir. –Sheldon, emmm, no quiero abusar de tu hospitalidad. Además mañana tienes que ir a la universidad, no se...

-Tonterías, es mi deber como novio velar por tu seguridad. Le diré a Leonard que me venga a buscar aquí para ir directo al trabajo.

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora