Abro los ojos al sentir que el taxi se detiene, ¡por fin llego a mi destino!, pago al conductor por la carrera y busco con la mirada a mi madre, que se encuentra en la otra acera saludándome frenéticamente, intentando captar mi atención entre todo el barullo de gente en el cual se encontraba.
Cruzo la acera y la saludo con un abrazo al que ella correspondió al instante.
-Hola mi amor
-Hola Kathy
-¡Llegas tarde! ¡Media hora tarde!-. Me suelta enfadada
-Lo sé, tenía trabajo y...
-Siempre con trabajo, necesitas respirar un poco _____ o si no acabarás volviéndote loca
-Mamá...
-Lo sé lo sé, gajes del oficio, aún no entiendo que le viste a ser abogada
-Ayudar a la gente a defender lo que es suyo, ¿te parece poco?
-Que sí, que sí, mejor olvidémoslo... ¿Preparada para ir a mirar la casa?-. Dice emocionada. A veces pienso que puede ser un poco bipolar esta mujer...
-Mamá, recuerda que vamos para recaudar información, no para comprar-. La recuerdo
-Lo sé, lo sé-. A continuación levanta la mano y llama a un taxi, nos montamos y recorremos las calles de Nueva York en busca de la casa que había estado mirando hace tiempo.
Durante el camino ella habla y habla, pero sin embargo yo me quedo absorta mirando a la nada, últimamente estoy pensando en mi vida más que de costumbre.
-¿______? ¡______!- Me sobresalto al oír mi nombre
-Dime
-¡No me estabas escuchando!
-Sí, sí, que la casa es maravillosa y es muy grande-. La contesto sin interés alguno
-Te decía que a poco que te esforzases puedes conseguir que un hombre te invite a salir-. La miro de reojo, ya ha vuelto la madre pesada de cada día... Y otra vez con el tema de los chicos, siempre lo saca cada dos por tres al verme trabajar y yo siempre le doy la misma respuesta.
-Ya hemos hablado de esto antes, no quiero salir con nadie -. Respondo con paciencia, hoy no estaba de humor para perder los estribos...
-Hija, el ochenta por ciento de las mujeres que dicen que están demasiado ocupadas para estar en una relación ¡es que se sienten muy solas!
-No me voy a buscar un novio para estar en el otro lado de la encuesta, ¡soy feliz!
-______, tienes veinticinco años, ¡eres joven aún, tienes que aprovecharlo! Tienes que salir, conocer gente, ¡y disfrutar de la vida!
-Ya lo hago
-Sí, ¡trabajando como una posesa las veinticuatro horas del día!
-Trabajar me hace feliz
-Pero trabajas tanto que no tienes tiempo para otras cosas, si quisieras, podrías conocer a alguien y pasar página y por otra parte...-. Y ya empieza a divagar en el tema, yo ruedo los ojos y hago como que la escucho, una vez que ha empezado con este tema no hay quien la pare...
-Por otra parte estoy harta de esta conversación-. La interrumpo harta de escuchar tanta charla. Odio cuando se pone pesada con el tema de las citas, cuando habla de eso no hay quien la pare. Por otro lado, siempre he sabido apañármelas sola y ser feliz, y va a seguir siendo así, no necesito a ningún hombre para poder vivir.
- Dios mío, ¿es esa?-. Pregunto asombrada al ver la casa donde se ha detenido el taxi.
Nos bajamos y ya nos encontramos mirando la casa.
ESTÁS LEYENDO
Amor a Juicio (James Maslow y tú)
FanfictionDos abogados que se odian, ambos con carreras impecables, un caso definitivo al que enfrenarse, y la pequeña posibilidad de que ambos se enamoren perdidamente el uno del otro... ¿Qué podría salir mal?