Capitulo 21: Las cosas se complican.

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Me muro. Me muero y me muero.

Jodido James. Ojala te caiga un meteorito encima.

Estoy parada en el aeropuerto tratando de ver entre la masa de gente que esta saliendo con un cartel en las manos que dice " Samuel Evans". Todo esto es por culpa de James.

Ayer, después de clases me llama para decirme que su padre esta en camino en esos momento. El día que me llevo al lago me aviso que vendría pero lo que no esperaba era que me dijera:

— ¿Puedes ir a buscarlo tu? Mañana tengo examen a esa hora, no podre ir a recogerlo.

Maldita sea. ¿Por que fue que acepte meterme en todo este lió? Claro. Su cara de desesperación fue lo que me convenció, sin contar que tener un esclavo que me vaya a comprar al supermercado y que haga mis cosas es genial.

Así que aquí estoy. Parada moviendo un pie de puro nervio. Cuando veo su cabeza saliendo de las puertas levanto la mano para llamar su atención. El me ve y camina hasta donde estoy yo.

— Hola, mia bella ragazza.— dice en su típico acento y me abraza fuerte, un tanto incomoda le devuelvo el abrazo.— ¿Donde esta James?

— Tuvo que dar un examen así que yo vine a buscarlo. ¿Que tal su vuelo?

— Excelente. Me la pase durmiendo todo el viaje— se acerca a mi oído para susurrarme— odio volar en avión.

Me río de su comentario y lo guío a mi auto. Nos pasamos una buena parte del viaje conversando de su vuelo o sobre alguna anécdota de su familia en este mes que no los hemos visto.

— Me encantaría cenar con ustedes esta noche. ¿Les parece bien?

— Claro señor Evans. Es estupendo.

— Mi niña. Te vas a casar con mi hijo, dime Samuel.

Asiento con la cabeza pero la sonrisa que tenia en mi rostro decae. Sigo sintiéndome mal cada vez que ellas dicen que me casare con su hijo.

Lo dejo frente el hotel de cinco estrellas, trato de convencerlo para que se se quede con su hijo pero el solo me dice: "Es mejor así"

Me voy a mi apartamento. Gracias a Dios no tengo mas clases hoy y tampoco tengo que hacer algo en el hospital. Estaciono rápidamente y me dirijo a mi humilde hogar. Abro la puerta y tiro las llaves en la mesa, abro la nevera y saco el jugo de naranja para servirme un vaso. ¡Ah! nada mejor que esto.  Para variar no tengo rastro de mis padres. Comúnmente me llaman una vez a la semana, pero ya desde hace mas de un mes que no se de ellos, aunque no los culpo para nada, se que no soy en estos momentos su persona favorita en el mundo.

Despues de un par de horas mirando mi computador y hablando con amigos que no veo desde mucho tiempo atrás mi celular suena. Número desconocido.

— ¿Si?

—  ¿Meg? ¿Pequeña eres tu?

¿Pequeña? miro extrañada el numero. Solo hay tres personas en este planeta que me llaman asi y no me gustaría estar hablando con ninguno de ellos.

—  ¿Quien es?

— Soy yo, Diego.

¡Santa madre! 

— A hola. ¿De donde sacaste mi numero?

— Mmm... de por ahí. ¿Como has estado? 

— Bien cansada. ¿Que quieres Diego? Sabes que estoy ocupada ahora mismo? 

—  Tan linda y adorable como siempre. Sigues sin cambiar en absoluto Meggan, me gusta. Solo quería saber de ti, han pasado años desde la ultima vez que conversamos y desde que te vi no he podido dejar de pensar en ti. 

—  Diego— advierto.

—  ¿Quieres salir el sábado conmigo?

— No. Estoy ocupada.

Se que no se dará por vencido. Pero yo tampoco, quiero tener nada que ver con ellos. 



Holaaaaa!!!!

No me maten porfis. Se que no he escrito en mucho, muchooooo tiempo pero he estado muy ocupada... tratare de escribir mas seguido.

Pero aun no los abandono :)



Gracias totales!

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2016 ⏰

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