Capitulo 15: Sí, me gusta.

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JAMES.

Una cama. Diablos mama.

Miro a Meg intentando evaluar su expresión, este viaje ha sido un asco para ella. Primero su maleta, luego la cena, el beso y...

El beso. Ese beso. Es primera vez que me devuelve el beso, las anteriores siempre había sido yo el que la había besado sin su consentimiento y la mayor parte ella me ha golpeado.

Y ahora la cama.

Meggan mira detenidamente la habitación, la cama blanca, las paredes color cielo y las ventanas que muestran el hermoso paisaje que hay. Sin decir una palabra tira su bolso sobre el pequeño escritorio de madera que hay, se saca la chaqueta, abre la cama y se acuesta.

— Voy a dormir. — sentencia.

Agarra el almohadón que está cerca de ella y me lo arroja directamente a la cara, logro agarrarla justo a tiempo.

— ¿Pero qué...?

— Vas a dormir en el piso, es mi venganza por todo lo que ha pasado.

— ¿Y por qué lo haría?

— Porque parte de este trato es que si yo me hacía pasar por tu "prometida" era que tú me harías caso en todo lo que yo quisiera— gruñe— Así que duermes en el suelo.

Vuelve a agarrar una manta que hay a sus pies y me la tira. Bueno, sé que no tengo nada que decir, vino a Italia por mi y está cumpliendo mi trato.

Tiro la almohada al suelo junto con la manta, dejo mi bolso al lado. Cierro las cortinas para dejar la habitación en una relativa oscuridad, aun cuando la visión es reducida puedo ver  su menuda figura que sube y baja con su respiración ya pausada.

Me saco la chaqueta, la camiseta y los zapatos para poder dormir un poco, me tapo con la manta e instantáneamente todo se vuelve oscuro.

***

— ¡James!

Siento que alguien susurra mi nombre desde algún lado, abro a regañadientes los ojos y veo a Magg hincada en la cama arrojándome la almohada.

<< Es tu madre, sube a la cama de una vez>> dice mientras me hace una seña con la mano.

— Chicos ¿Puedo entrar?— dice mientras golpean insistentemente la puerta. Rayos, mama.

— Eh, un momento.

Meggan me hace señas nuevamente para que suba a la cama con ella. Rápidamente recojo todas las cosas que están en el piso en las que yo dormí y me tiro con ella en la cama acomodando todo como si hubiésemos dormido siempre juntos, nos acostamos uno al lado del otro, paso mi brazo por sobre sus hombros y la atraigo  un poco más cerca mío.

— Adelante.

Una cabellera rubia se asoma por la puerta dejando ver a mi madre que tiene una sonrisa en la cara.

— Chicos, lamento despertarlos, pero vamos a cenar. Deben bajar.

— Ok, ma. Bajamos en un momento.

Ella nos sonríe y da pequeños aplausos emocionada. Mi madre es como una niña.

Ella sale de la habitación dando un fuerte portazo.

Meggan y yo nos dejamos caer nuevamente sobre la cama lanzando un suspiro.

—    Eso estuvo cerca — murmura.

—    Si, muy cerca.

La miro, con la misma ropa que traía cuando viajamos, el cabello hecho un autentico desastre y una mancha negra en la cara hecha de maquillaje. Se ve adorable.

Trato Hecho (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora