Este libro no es mio. Es de Lisa McMann
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9 de septiembre de 2005,
12:45 p.m.
-¿Por qué no me dijiste que el nuevo tipo era Cabel Strumheller?- Carrie demanda.
Janie levanta la vista de su libro. Janie se sienta en la biblioteca en su habitual mesa.
-Porque ¿soy una idiota?- Ella sonríe dulcemente.
Carrie intenta frenar una risa.
-Sí, lo eres. Veo que tu lo estas trayendo a la escuela.
-Sólo cuando se pierde el autobús- dice Janie suavemente.
Carrie le da una astuta sonrisa.
-Sí, bueno. En cualquier caso, yo hice el staff para el anuario, así que yo debería haberme ido hace mucho al salón de estudio, ¿de acuerdo? Me tengo que ir ahora para la primera reunión.
Janie le agita su mano, distraída por la obra, ella esta leyendo para inglés.
-¡Que te diviertas! Bonita obra.
Janie se desliza hacia abajo en su asiento y coloca sus pies en la silla frente a ella. Janie esta leyendo Camelot, en preparación para el próximo mes al viaje de ultimo año a Stratford, Canadá.
Cada momento y cuando ella echaba un vistazo a la estantería miraba si alguien estaba adormilado cerca. Janie calcula que puede manejar cualquier cosa en un radio de veinte pies*, a menos que sea una pesadilla y, entonces la distancia salta dramáticamente. Afortunadamente, la mayoría de los días de escuela los sueños tienden a ser sueños de "caídas", el sueño de la "presentación desnudo", o algo sexual. Janie puede por lo general conseguir manipular sobre esos sin desmayarse sobre el suelo por la reacción.
Son las pesadillas en las que la están matando a ella las que la paralizan, estremecen y agitan.
12:55 p.m.
El libro desaparece delante de ella. Janie suspira y lo coloca sobre la mesa. Janie tiende su cabeza en sus brazos y cierra los ojos.
Janie esta flotando. El sueño de no caer de nuevo, piensa. Janie está enferma de muerte de los sueños caída.
La escena cambia de inmediato. Ahora, está afuera. Esta oscuro. Janie esta sola, detrás de un cobertizo, pero puede oír voces sordas. Janie nunca había estado sola antes, y ella no sabe cómo la gente puede tener sueños en los que no se encuentran. Es curioso. Janie mira con nerviosismo, con la esperanza de que esto no sea la pesadilla de alguien a punto de explotar a través de la pared del cobertizo, o de los arbustos.
Desde la vuelta de la esquina viene una corpulenta, figura monstruosa, esbozado por la luz de la luna. Golpea sus brazos a través de los arbustos y eleva sus manos al cielo, soltando un horrible grito. Janie siente sus dedos entumecidos. Janie trata de salir. Pero no puede.
Los largos dedos de la figura destellan en la luz de la luna.
Janie apoya la espalda contra el granero. Janie esta agitada. La grotesca figura afila sus dedos-cuchillos uno con otro. El sonido es ensordecedor.
Janie, nuevamente contra la granja, chilla.
La figura gira sobre sus talones. Él la ve.
Se acerca a ella.
Janie ha visto antes a este personaje.
Justo antes de que ella y Ethel terminaran en una zanja.
Janie se levanta, intenta correr. Pero sus piernas no se mueven.
La cara de la figura esta furiosa, pero él ha dejado de afilar sus cuchillos. Él esta a cinco pies** de distancia, y Janie cierra los ojos. Nada puede lastimarme, ella trata de decirse a sí misma.
Cuando abre los ojos, esta la luz del día. Janie está detrás del granero. Y la horrible y amenazante figura se ha convertido en una normal, un joven humano.
Es Cabel Strumheller.
Janie sale y su cuerpo camina hacia Cabel, sin miedo.
Janie se queda contra el granero nuevamente.
Cabel le toca a Janie un segundo la cara.
Él se inclina.
Él la besa.
Janie le besa de vuelta.
Él sale del abrazo y mira a Janie contra la pared del granero. Las lágrimas caen por sus mejillas.
-Ayúdame- dice.
1:35 p.m.
Suena la campana. Janie siente la niebla levantarse, pero ella no puede moverse. Todavía no. Janie necesita un minuto.
1:36 p.m.
Que sean dos minutos.
1:37 p.m.
Cuando siente una mano sobre su hombro, ella salta.
Una milla, un pie, una pulgada... ella no lo sabe.
Janie mira hacia arriba.
-¿Listo?- Él dice. -No sé si escuchaste la campana.
Janie lo mira a él.
-¿Estás bien, Hannagan?
Janie asiente con la cabeza y coge sus libros.
-Si. Su voz no esta completamente de vuelta aún. Janie se aclara la garganta.
-Sí- dice con firmeza. -¿Y tu? tienes un hueco en la mejilla- Janie sonríe tambaleante.
-Caí dormido en mi libro.
-Me lo imaginé.
-Tu también, ¿eh?
-Yo, uh, debí haber estado muy cansada, supongo.
-Te ves alterada. ¿Tuviste un mal sueño o algo así?
Janie lo mira mientras que caminan a través del concurrido pasillo a clase del gobierno. Él desliza su mano en la pequeña espalda de ella por lo que permanecen juntos, mientras hablan.
-No exactamente- ella dice lentamente. Sus ojos se reducen. -¿Tu lo hiciste?- Las palabras salen de su boca como disparos.
Él gira bruscamente en la puerta mientras suena la campana y ve la mirada en su cara. Él se detiene en su camino. Sus ojos se estrechan mientras busca su rostro. Janie puede ver en sus ojos que está perplejo. Su rostro se ruboriza un poco, pero ella no está segura por qué.
El profesor entra y manda a sus asientos.
Janie mira sobre su hombro, dos filas atrás y hacia el centro del salón.
Cabel sigue mirándola a ella, mirando increíblemente desconcertado. Él sacude la cabeza ligeramente.
Janie mira al pizarrón. No la ve. Esta asombrada. Preguntándose qué diablos está mal con ella. Y qué hay de malo con él, por que tiene sueños como éste. ¿Él lo Sabe? ¿Él la vio a ella en el?
2:03 p.m.
Una bolita de papel aterriza en la mesa de Janie. Janie salta y lentamente mira a Cabel. Está hundido en su asiento, garabateando en su cuaderno, mirando un poco inocente.
Janie abre el papel.
Lo alisa un poco.
Sí, tal vez... (?)
Eso es lo que dice.
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* Veinte pies son cerca de 6 metros
**cinco pies son cerca de metro imedio
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La Cazadora de Sueños: Sueña
RandomPara Jnie, a sus diecisiete años, verse arrastrada a los sueños de otras personas ha dejado de ser una novedad hace tiempo. No puede decirle a nadie lo que hace porque, o jamas le creerian o, peor aun, la considerarian una tarada. Janie, por consigu...