Capítulo 2.
"Yellow brick road"
Di otro sorbo a mi taza de café ya frío, esperando impaciente a que contestaran del otro lado de la línea. La verdad es que no habían sonado ni cuatro timbrazos en el otro teléfono, pero mi nerviosismo me tenía en vilo. Tuve que contener el impulso de mordisquear mis uñas debido a la ansiedad – habito del que no me siento orgulloso, pero que admito poseer cada vez que estoy nervioso o estresado.
Eran alrededor de las 9:40am, y no estaba seguro si sería una hora prudente para llamar, pero realmente me urgía ponerme en contacto con ese dichoso sujeto de la habitación en renta y negociar sobre el lugar. En un par de semanas me vería obligado a desalojar esta casa, por lo que lo mejor era tener un techo asegurado cuanto antes.
Antes de que sonara el quinto timbre del en la línea, escuché que descolgaban el auricular y una profunda voz aguardentosa habló a través del mismo.
- ¿Diga?
Por una fracción de segundo, me quedé pasmado al oír semejante voz, indeciso si lo había perturbado de alguna manera. Me apresuré a proferir las palabras, forzando a mi cerebro a hallar las conexiones adecuadas para hablar.
- Ah... Hola. – balbuceé. – Yo... Un amigo me habló sobre la habitación que ofrecías en renta y me dio tu número. Lamento si llamé demasiado temprano.
- No, no... está bien. – dijo, aunque pude percibir un dejo somnoliento disimulado en su voz. – ¿Gary te dio mi número?
- Así es. – asentí, aunque resultase sin sentido alguno ya que él no podía verme, me recordé. – Estoy interesado en rentar un cuarto que no cueste demasiado, y él me sugirió que te llamara. A menos que esté ocupado ya, por supuesto.
- Tienes suerte, está vacante todavía. ¿Está bien si nos vemos en algún sitio para negociarlo?
- Desde luego. ¿Puedes hoy por la tarde, como a las seis?
- Seguro. Hay un café en el centro, se llama 'Oaken Broomsticks'. ¿Lo conoces?
- Sí, he ido ahí algunas veces.
- Perfecto. Entonces, ¿nos vemos ahí a las seis en punto?
- Me parece bien. – concordé, sintiendo una chispa de entusiasmo en mi interior.
- ¡Ah! Por cierto, el nombre es Adam Gontier. Tienes mi número, por si algo surge o lo que sea. – dijo antes de despedirse, y por un momento me sentí como un completo estúpido por haber olvidado presentarme ni haber preguntado su nombre antes, aunque parecía que no le importaba mucho eso.
- ¡Claro, lo siento! Soy Benjamin Burnley. Gracias, Adam. Nos vemos entonces.
- Adiós.
Colgó, y yo lo imité en seguida. Suspiré, pasando una mano por mi rostro y esperando que no hubiese dado una mala impresión por teléfono a mi posible futuro arrendador. Me era difícil calcular la edad que tendría, puesto que su voz era de un agradable barítono, pero no era como si me importara demasiado de cualquier forma. Ahora sólo debía esperar por conocerlo en persona y ver el asunto de la habitación. Al menos me sentía aliviado de saber que la habitación seguía libre para rentar, lo que era una gran ventaja.
Me metí a la ducha y me alisté para mi encuentro con los miembros de la banda de Shaun – que, según me había informado el castaño la noche anterior, carecía de nombre todavía. Si lograba pasar esta pequeña prueba, tendría ya una parte de mi vida garantizada. Era como si el destino pintara un camino de ladrillos amarillos ante mí para seguir. Sólo esperaba que no fuera demasiado bueno para ser cierto.
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Love me, Hate me
RomanceLa música es la voz del alma. El odio y el amor son dos conceptos opuestos. Sin embargo, tienen más cosas en común de las que se podrían pensar. Ambos son mejor expresados a través de la música. Encontrar un nuevo sitio donde vivir es la mayor de...