Capítulo 2

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Nota: Antes que nada quisiera aclarar que no soy de España, por lo que puede que me llegue a equivocar muchas veces con "estáis" "comed" y esas cosas...

También me gustaría agradecer a Cyversix, CriaturitaMarvada18, Mahe-Is-Mine y DulcePiyoyo12 por sus comentarios<3, ¡muchas gracias!

[Tarde] [Tres de Abril] [6:03 p.m.]

Ya iba en el coche de los padres de Rubius, su madre conducía ya que su padre seguía en el trabajo.

—Miguel, mi esposo llegará a las seis y media a casa para cenar, lamento mucho que se tenga que tardar así...

—Descuide —dije.

—Es que olvidó comprar el regalo para el cumpleaños de mi madre —rió.

—Ah, señora, disculpe que le cambie de tema, pero... ¿A qué universidad asistirá Rubius?

—Eh, ¿Rubén?, pues quiere ir a la misma que t-

—¡Má! ¡¿Qué tal si vamos a ver a mi papá?! —Rubius estaba junto a mi en la parte de atrás del coche por lo que su grito casi me deja sordo, y sus mejillas de repente tomaron un color rojizo.

—No, él pude venir en bus... —la señora alzó una ceja— Como te decía, Rubén quiere ir a la misma universidad que...

—¡Oh qué hambre me ha dado! ¿Por qué no llamas a mi padre para que se apure? —nuevamente interrumpió, Rubius estaba más rojo aún... ¿Se sentía enfermo?

—¿Tienes fiebre? —pregunté.

—N-No... Es que... T-Tengo hambre —palmeó su estómago.

—No tartamudees, estás hablando conmigo.

—¡Que no tartamudeo!

—Rubén baja la voz —su madre lo retó—. Ya llegamos chicos.

Bajamos del coche, y entramos a su casa. La familia de Rubius es de clase media, y el ambiente es muy acogedor, tienen dos gatos y una tortuga pequeña. Lo poco que sé es que Rubius tiene un abuelo, una hermana menor y a sus padres... No sé mucho sobre su familia porque no me gusta preguntar de más. Tengo una hermana menor también, pero ella vive con mis tíos dado a que no puede estar en mi casa, nuestros padres afectarían su condición emocional, pero yo... Yo decidí quedarme por Rubius.

—Llegué... Siento la tardanza —el padre de Rubius entró por el comedor donde estábamos todos—. Hola Miguel —me saludó—. Aah... Rubén, cómo así lo has invitado, llevaba mucho que no lo veía en casa, ya extrañaba a tu amigo —colocó unas fundas en la mesa.

—Señor, Rubius quiere ir a una fiesta conmigo, ¿lo dejaría? —me acerqué a él.

—Mangel, eres un tipo muy serio, y por eso confío en ti, cuídalo y no lleguen tan tarde, ¿vale? —sostuvo mi hombro, luego alzó el dedo pulgar en forma de aprobación.

—Descuide —asentí.

—P-Papá... Puedo cuidarme solo... —dijo Rubius mientras se sentaba.

—Bueno Rubén, no te enojes, tu padre sólo trata de que os cuidéis... —la mujer sonaba alegre mientras servía la cena en la mesa, olía realmente bien.

—Ya lo sé... —alzó la voz, mientras se sentaba.

—Señor, la verdad es que Rubius me ha protegido todo este tiempo... Estaremos bien —era otra mentira, pero una buena.

—Deja de mentir... —dijo Rubius mientras sostenía un vaso con jugo.

—Calla Rubén, ahora sentaos a comer ya —dijo la madre—. ¿Y entonces?, ¿a qué hora es eso? —me miró atentamente.

—Eh... A las nueve... —la verdad no tenía idea.

— Vale, pero tened cuidado —dijo su madre, yo sólo asentí.

—Mangel, ¿qué tal si mejor vamos el sábado?, es que ahora se me antojó jugar al Halo contigo después de comer —me miró por un segundo, y luego volvió a su plato.

—Vale, si tu quieres —de cierta forma, me sentí aliviado. No quería ir a ninguna fiesta en realidad. ¿Como que el sábado?... Bueno, conociendo a Rubius, ha de tener miles de fiestas en su agenda...

[Noche] [Tres de Abril] [11:43 p.m.]

Después de la cena, Rubius y yo fuimos a su habitación a jugar videojuegos como siempre, perdimos la noción del tiempo, que cuando nos dimos cuenta de que eran casi las doce de la noche realmente me sorprendí, más porque los padres de Rubius ya estaban durmiendo.

—¿Duermes aquí o te vas a casa?

—A esta hora nadie está en casa, mejor me quedo aquí —dije mientras me quitaba los zapatos.

—¿No te quieres duchar? —apagó la consola y la tele.

—Sí —me dirigí al baño.

—Vale, yo también me ducharé después de ti —se acostó en la cama.

—Vale —cerré la puerta del baño, me desvestí y entré a la ducha.

No era la primera vez que me quedaba a dormir en casa de Rubius, y tampoco que me bañaba ahí. Adoro quedarme a dormir en su casa porque puedo compartir cama con él... Muchas veces cuando está de espalda y observo sus finos cabellos castaños sobre su nuca no dejo de imaginar un montón de cosas que podría hacerle y siempre él termina aceptándome, pero la realidad seguramente es otra, de seguro si intento abrazarlo me rechazará, si intento besarlo me mirará raro, si intento tocarlo más allá me dejará de hablar porque él claramente no es para nada gay.

[...]

—Puedes usar la ducha —dije mientras salía, me coloqué la toalla sólo en las caderas para que tapara mis partes íntimas.

—Vale, ahí te dejé ropa —señaló mientras entraba a ducharse con rapidez, pero no había cerrado la puerta del baño así que pude observar un poco de su figura desnuda, intenté disimular mis ojos, pero simplemente estaba ahí, mostrándome su delicioso trasero y su delgada figura de espalda, las caderas más provocativas que había visto jamás... Rubius se metió en la ducha, y con tan sólo con escuchar el agua caer, mi mente comenzó a flashearme imágenes eróticas... Tomando control, cerré la puerta del baño lentamente, era lo mejor, no quería cometer una locura.

—Joder... —suspiré, y luego me vestí.

[...]

Después de varios minutos, Rubius salió ya vestido, y rápidamente se acostó en la cama arropándose.

—Hace frío... —dijo temblando un poco—. Venga, ven a dormir —me echó una mirada.

—Sí —fui hasta él con mucho gusto.

Es lo de siempre, apago las luces de la habitación, me acuesto junto a él, y luego me da la espalda... Observo su nuca con la poca luz que la luna proporciona en el cuarto, escuchó su respiración y poco a poco me voy quedando dormido... Sí, es lo que siempre va a pasar y que justo ahora está pasando.

Malos pensamientos #1. ➝RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora