Narra Miguel.
—Wow... —dije sin pensar— Estás... Luces, como una mujer...
Parecía una jovencita de quince años, su vestido era demasiado fresa que me daba cierta gracia, la peluca era del color de su cabello real, estaba maquillado, ¿desde cuándo aprendió ha hacerlo tan bien?, aunque estaba desequilibrado por los tacones, parecía que en cualquier momento se caería. No pude evitar desearle, quería devorarlo, tal vez hasta se me notaba en la mirada las ganas que le tenía pues desvió sus iris con nervioso, mierda, me ponía a cien este tío.
—¿Puedes andar? —subí un par de escalones, hasta estar cerca de él.
—S-Sí... —se sostuvo firmemente de mis hombros— Bueno, no mucho...
Tomé sus manos y lo ayudé a caminar hasta el sofá. Con esos tacones ya me ganaba de altura, eran muy altos, ¿no le incomodaba?.
—Mierda, nunca creí que fuera tan difícil... —sonrió tímidamente cuando lo solté.
—Te ves muy linda.
—¿Qué dices? —golpeó mi pecho, sonriendo.
—Estás rojo, ¿te da vergüenza? —no era tonto, Rubius parecía nervioso, parecía estar apenado, ¿de qué?, ¿de vestir de chica?, venga, si suya fue la idea, aunque no lo culpo... A cualquier chico le jodería vestirse de chica.
—Sí... —agachó la cabeza. No me inmuté, hale su mano y lo guíe al sofá para que sentara— ¿Qué... Qué pasa? —me miró.
—Si no te gusta, podemos parar —dije, pues parecía que iba llorar, tal vez no le gustaba del todo estar vestido de chica, y peor con tremendos tacones que de seguro le mataban los pies, o no lo sé. Igual, no podía verle así, no por una tonta apuesta, que por cierto, aun no tenía claro que apostamos.
—No, yo...
—Rubius, ¿y qué fue lo que apostamos? —interrumpí sin fijarme.
—Nada —puso los ojos en blanco—. No apostamos nada ahora que lo pienso... —solté su mano y me quedé flojo en el sofá, echando mi cuerpo hacia atrás.
Quería decirle "¿Apostamos un beso?", sabía que Rubius perdería, era obvio ya que parecía una tía por donde lo mirases, una tía muy buena y cachonda, pero pedirle un beso... Eso sonaría raro. Y tras lo que paso ayer, lo del "No me gustas", joder... Sería más raro aun.
—Me llamo Ruby —giré mi rostro hasta el al escucharlo, estiró su brazo hasta mi—. Mucho gusto — sonrió.
Alce una ceja, luego entendí.
—Soy Miguel, pero usted señorita, me puede decir Mangel —sostuve su mano y la bese. Tal vez fue mi imaginación pero su cuerpo tembló—. El gusto es mio, preciosa.
—Me alagas Mangel. Y dime, ¿cuántos años tienes? —cruzó las piernas, dejando notar un poco estas, blancas y carnosas, dignas de admirar.
—¿Quieres seguir jugando a esto, Rubius? —suspiré.
—¿Rubius?, ¿quién es Rubius? —su mirada era de pircardia, esa sonrisa maliciosa y de complicidad me ponía, vale, creo que Ruby me gustaba también.
—Vale Rubén, ya estuvo.Creo que te... —puso su dedo entre mis labios interrumpiéndome, joder, qué suave era.
—Sssh, aquí sólo estamos tú y yo.
—Mm —asentí. Apartó su dedo.
—Jajaja... —echó una pequeña risita. Y luego quedó mudo, al igual que yo— Acabé de inventar el nombre, para cuando me lo pregunten. Tendré 16 años, ojalá no se me acerqué un pedófilo —soltó irónicamente.
—¿Quieres que te pinte las uñas? —no lo sé, sólo se me vino la idea.
—¡Vale! —se puso de pie— Ya vengo —corrió escalera arriba, abrí los ojos, estaba corriendo, como si fuera costumbre suya llevar tacones. Pero creo que fue de la emoción, supuse.
Esperé, esperé y esperé... Hasta que volvió y se sentó con fuerza a mi lado, de un brinco.
—¡Ten! —me dio un esmalte lila y otro rosa pastel— Este para los pies y este para las manos —me señalo los colores que quería. Sonriendo, como siempre. ¿En serio todo esto era de su novia?, que raro, pues Jessica vestía colores oscuros y fuertes.
—Vale... —dije sin mucho ánimo—Pero que sepas, nunca he pintado las uñas de una niña.
—No, no, que va. No importa.
—Vale.
Me senté en el suelo quedando frente a Rubius quien juntó sus piernas y coloco sus manos encima de sus rodillas, separando los dedos. Me miraba como una chica miraría a su amiga. Joder, era lo más gay que había echo en toda mi vida, irónico sentirme incómodo, ya que, me gustan los hombres... ¿No se supone que debía gustarme hacer estas cosas?, vaya...
Batí el esmalte y con cuidado coloqué el espeso liquido en la uña de su dedo pulgar, vale, no se me daba mal, quedo bien.
Poco a poco fui pintando todas sus uñas mientras conversábamos sobre cómics, videojuegos... Por momentos sonreía de lado, pero supongo que Rubius no se dio cuenta pues si lo hubiera echo estaría ya gritando "¡Mangel a sonreído, milagro!"...
Hace muchos años que no teníamos platicas así de divertidas, sentí cierta nostalgia.
—Listo —cerré el esmalte lila— Ahora los pies —dejé el esmalte en la mesa pequeña y sostuve el rosa pastel. Rubius separó sus piernas mientras apoyaba las manos en mis hombros. Me dio un vuelco al corazón, estaba demasiado cerca—. D-Dame tu pie —joder, ¿había tartamudeado?.... Sentía seca la garganta.
Alzó su pierna y la colocó encima de mi muslo dejándose caer el sofá con las manos en el aire. Sostuve su pie mientras me ponía de rodillas, deje caer el esmalte encima de su regazo y lo mire antes de recogerlo de nuevo. Joder, puse tocar aquella sagrada parte suya.
Acaricie su pantorrilla y lentamente subí hasta sus muslos, intentando ir mas arriba, pero su mano se posó en la mía. Di un suspiro, me estaba frustrando, sexualmente me sentía desesperado.
—¿Te depilas? —le acaricié suavemente, apretó el agarre de su mano contra la mía, obsevandome algo extrañado, tal vez él no entendía la situación, estaba confundido, pero era mejor así, igual no le iba a hacer nada, sólo quería tocarlo un poco mientras tuviera alguna oportunidad y esta era una de ellas
—No, soy lampiño, como mi padre... —jadeó, ante mi brusco apretón en su muslo derecho, un apretón que si dudas realice mostrándole cuántas ganas le tenía.
Nota: ¡Hola! xD
Sé muy bien que me he demorado en subir capítulo nuevo, pero es porque mi laptop está como loca, no sirve para hacer tildes, así que me toca corregir esas faltas en el celular. Está difícil por que no se guarda bien lo que escribes y a veces toca escribir de nuevo :c pero bueno. Gracias por sus comentarios, tengo nuevas lectoras y dos de ellas llegaron desde mi blog :') de verdad gracias por el apoyo.
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Malos pensamientos #1. ➝Rubelangel
Fanfiction❝Miguel Ángel es un chico de instituto que vive enamorado de su mejor amigo desde la primera vez que lo conoció. Miguel no tiene una buena relación con sus padres y mucho menos con su familia, por lo que su vida tiende a ser aburrida dada a su serie...