Capítulo 3

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[Mañana] [Cuatro de Abril] [6:41 a.m.]

—Gracias por atenderme —me despedí finalmente de los padres de Rubius, íbamos camino a mi casa para que me pudiera cambiar de ropa e ir al colegio después.

Los padres de Rubius siempre dicen, "nos encanta tenerte aquí"... Y mi mente refleja un extraño sentimiento de felicidad. Mis padres, jamas en la vida me han dicho algo por el estilo, ni un abrazo.. Solo cuando era muy pequeño, cuando no pude guardar todos esos recuerdos, pocas escenas son las que guardo en mi mente, a mi madre sonriéndome y abrazándome, de solo recordarlo empiezo a estremecerme de lo cálido que era cuerpo, lo maternal y lo feliz que me sentía, ahora... Ahora todo queda como un recuerdo que parece ser un sueño intangible.

[...]

Después de un agobiante día de clases, como siempre, acompañe a Rubius hasta su casa.

—Mangel, si quieres mañana vamos a ese parque donde querías ir esa vez.

—¿No podemos ir hoy? —no quería estar en casa, jamás quiero estar en casa, aunque "lo tenga todo", en realidad no soy feliz ahí.

—Lo siento, hoy iré a casa de mi novia.

—Ah, claro...

—Ella te compró algo, dijo que se sentía mal por lo que pasó en la iglesia...

—Mm, sí, yo también debo disculparme con ella.

Su novia y yo discutimos en la iglesia donde se casaron los padres de ella... Me dio una cachetada justo cuando Rubius llegó, no supo que decir así que mentí por ella "—La hice enojar, lo siento". Rubius se creyó el cuento de que la estaba molestando porque no le quedaba bien el vestido ya que estaba muy ajustado para su cuerpo, supuestamente llamándole gorda, "—Lo dije sin pensar", me excusé. Pero lo que en realidad pasó...

No fue hace mucho tiempo, sólo dos semanas atrás.

—Así que eres la novia de Rubius... —dije mientras me acomodaba la corbata.

—Sí... ¿Tú quién eres?, ¿cómo lo conoces?

—Soy su mejor amigo, me llamo Miguel —fue la primera ves que la conocí, me dio una mala impresión.

—¿Mejor amigo?, ¿Miguel...? , Rubius nunca me habló de ti —estábamos entrando a la iglesia, no había nadie, sólo unas tres personas dispersadas en los bancos.

—Ya veo.

—Y eso que llevamos seis meses de novios, ¿o no te dijo?

—Sí, hace seis meses me dijo que tenía novia.

—Mm... Sabes, eres un tío muy serio —arrugó el entrecejo.

—Así dicen.

—Rubén y yo nos casaremos.

—¿No son muy jóvenes?

—Para el amor no hay edad, así que... No interfieras.

—¿De qué hablas?, no pienso hacerlo.

—Eres un estorbo —dejó de caminar y se paró frente a mi—, Rubén siempre se la pasa contigo... Siempre habla de ti, siempre cancela nuestros planes por ti, todo su mundo pareciera que girara al rededor de ti...
—Me habías dicho que nunca habló sobre mi.

—E-Ese no es el punto... Aléjate de Rubén, si sigue así... —así que la pava me mintió sobre eso.

—No te preocupes, los dos somos hombres, no te lo quitaré ya que es imposible.

Malos pensamientos #1. ➝RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora