Malú y Melendi: todo puede salir mal en un giro de tuerca

Un segundo a solas puede cambiar una amistad

Llegamos a casa de Melendi, timbramos. Después de un rato nos abre la puerta.
* ¿La niña?
+ Está durmiendo, pasad.
• Ya se despertara ahora. Es igual que la mami, solo se despierta para comer.
+ Pues aun ni para eso se ha despertado.
• ¿Dónde está el baño?
+ Por ahí.
Nos quedamos Melen y yo solos. Melen se sienta a mi lado. Melen se acerca a mi poco a poco hasta que nuestros labios se juntan. Justo en ese momento entra Manu. Yo aparto a Melen.
* ¿Pero que haces?
+ Ui, creo que la acabo de liar.
* La acabas de liar pero bien.
+ No lo digo por eso... Mira...
Dice señalando a Manu.
* Manu, cariño, te juro que no a pasado nada.
• A ti tambien ya te vale. Venga dale la niña que nos vamos.
Melendi se va a por la niña. Y nos quedamos Manu y yo en el salón.
* Te juro de verdad que no ha pasado nada.
• Malú, es mejor que de momento no digas nada, ya hablaremos al llegar a casa.
Llega Melendi con la niña la cojo y nos vamos. Al llegar a casa acuesto a la niña.
* Vamos hablar, porque necesito hablar contigo de esto.
• Pero en que momento se te pasó por la cabeza hacer eso.
* Yo no fui. Fue él.
• Sí claro. Lo primero que quiero que hagas es que no vuelvas a ver a Melendi.
* Vale... Pero insisto en que no era lo que parecía.
• No, para nada. Solamente llego al saló y veo a Melendi comiendote los morros.
* Bueno, sí, sí es lo que parece... Pero yo no lo hice con la intención de...
• Bueno de ti no hablemos que ya te vale.
* Vale... Me voy jugar con las perras...
Digo cabizbaja. Me voy afuera y juego con las perras. Cuando despierta la niña...