¿Otra caida?

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+ La dejamos con...
* ¡Mi madre!
+ Vale, espera que la llamo.
* Mientras visto a Paula.
+ ¡No! Tú quedate quieta.
* Que no... Que estoy bien...
+ Sí, y por eso hace nada me estabas llorando que te encontrabas fatal.
* Bueno vale...
Llama a mi madre y al poco tiempo vuelve.
+ Dice que sí.
* Vale, pero tengo que cambiar a Paula.
+ Cariño, solamente va a dormir.
* ¿Y si me ingresan?
+ No te van ingresar tonta.
* ¡Que sí...! Ya verás...
+ ¿Que apuestas?
* Un helado gigante y una cenita.
+ Vale y si pierdes obedeces todas mis ordenes durante... Una semana.
* Ui, que sargento.
+ Tranquila, ya están todas pensadas.
Me dice con un tono juguetón.
* Al final me va acabar gustando más la derrota que la victoria.
Nos damos un tierno pico y llevamos a Paula a casa de mi madre. Llegamos al hospital y me echaron la crema pegajosa.
& Es normal que tenga esos dolores, le adelanto que va a tener náuseas y dolores muy fuertes en las costillas; debido a que el niño se está colocando hacia las costillas. Respiro profundamente, ahora mismo estoy en modo tierra tragame. Melen se da cuenta, me coge la mano y me susurra.
+ Tranquila, todo va a salir bien.
Nos damos un pico y al rato llega la médica con las ecografías.
& Veis esto, son sus costillas y esto el embrión.
+ Sí que está cerquita.
* ¿Hay algo para calmar el dolor?
& Siento decirles que no.
+ Venga, no pasa nada ya buscaremos alguna forma.
En el coche...
Yo voy cabizbaja.
* Cariño...
+ ¿Qué pasa mi niña?
* Tengo miedo.
Llegamos a casa, Melen me da la mano y me baja del coche. Entramos en casa, se va al salón, me lleva con él de la mano y me sienta encima de él en el sofá.
+ ¿Por qué tienes miedo?
* Porque tengo miedo de que no pueda soportar el dolor, de que se muera o de que no de a dado a luz.
+ Vamos ya trajiste una maravillosa niña al mundo, ¿y no vas a poder con un niño?
* No es lo mismo...
+ No es lo mismo porque lo quieres ver distinto.
* ¿Eso es lo que piensas sobre mi?
Me levanto y cojo la chaqueta.
+ Ei, ¿a dónde vas?
* Vengo ahora, necesito caminar.
+ Perdón, no quería ofenderte.
* No pasa nada, pero ahora necesito estar sola, vuelvo en un rato.
+ Vale... Y... Lo siento...
Me dice cabizbajo.
* Ei, de verdad que no es nada.
Me voy a dar una vuelta y voy pensando. La verdad, es que he sido un poco brusca con él, no se lo merecía. Voy de vuelta hacia casa y de repente me costaba respirar y me mareaba.
Me caigo al suelo. Justo pasaban unas fans por la otra acera cuando llega Maxi, me coge en brazos y me lleva. Ellas llaman a la policía y avisan de lo acontecido. Maxi me lleva a su casa, yo sigo desmayada, el me tumba en el sofá y comienza a sacarme la ropa poco a poco y con delicadeza, en fin, como nunca antes lo había hecho. Cuando termina observa mi cuerpo desnudo de arriba a abajo detenidamente y mordiéndose el labio inferior. Después se la quita el y se adentra en mi. Antes de que acabara me desperté, le empujo y se aparta luego busco la ropa, pero él me coge por detrás y me empieza a dar besos por el cuello. Yo empiezo a chillar y él coge y me tapa la boca, me mete en una habitación pequeña de unos escasos 3 m², me ata y cierra la puerta con llave. Creo que ese ruido va ser el que me atormente el resto de mis días.
Ya pasan dos horas desde que me fui de casa a caminar, si no estuviese aquí ya estaría en casa con Melen y me estaría cuidando a mi y al bebé, no como este descerebrado que me tiene en una habitación desnuda como si fuera un mueble.
Melen empieza a sospechar me busca por las calles de todo Madrid, pero no me encuentra. Se empieza a poner nervioso y decide llamar a Jose con el pensamiento de que él sabría donde estoy.

Malú y Melendi: todo puede salir mal en un giro de tuercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora