¡Cuidado!

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Le dan el alta a Paula y Melen la trae a mi habitación. La sube a la cama y Paula se sienta sobre mi barriga sin que nadie se de cuenta. Me duele muchísimo pero me aguanto para que nadie se preocupe, pero de repente vieron que tenía la manta llena de sangre y se dieron cuenta.
+ ¡Cariño! ¿Por qué no me avisaste?
* Porque no te quería asustar.
Digo empezando a llorar.
+ Tranquila, no llores, ahora te llevan y te curan todas tus pupitas.
Me dice en tono como si fuera una niña pequeña y me saca una sonrisa, cosa muy difícil en aquel momento.
- Gracias.
Me llevan los medicos, me ponen la anastesia y me vuelven a poner los puntos. Me había dolido demasiado porque Paula no se paraba de mover y me estaba tirando de los puntos. Cuando me desperte me subieron a la habitación.
× Mami... Colo.
+ No Paula, mami está malita.
× Yo no quero que eté malita.
Pone sus pucheritos.
* Anda, ven aquí, si está acostada no pasa nada.
+ Bueno... Pero con cuidadito eh.
× Valle...
Melen la acuesta encima mía. Paula se queda dormida encima mía mietras le acaricio el pelo.
+ ¿Te la saco?
* No, estoy muy bien con ella encima, así me siento querida y afortunada.
+ Cariño, es que eres querida y afortunada.
* ¿Ah sí?
+ Sí, tu prometido daría cualquier cosa por ti, tienes una hija adorable y encantadora, ¿que más quieres?
* ¿Prometido?
+ Sí, María Lucía Sanchez Benitez, ¿quieres casarte conmigo?
Me lo dice mientras abría una pequeña cajita.
* No, por llamarme María Lucía.
+ Jo, venga por fi.
* Venga va... Pero porque me gustas y me caes muy bien que si no...
+ ¡Bien!
Dice como un niño pequeño.
* ¡Ay!

Malú y Melendi: todo puede salir mal en un giro de tuercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora