La vida es un camino sin retorno. No hay vuelta atrás. Las personas aprenden a vivir con sus errores y simplemente los aceptan, en la mayoría de los casos. Viven sus vidas sin preocuparse en lo más mínimo, no se dan cuenta de que en un abrir y cerrar de ojos sus vidas se les puede escapar. Simplemente se preocupan por llegar a tiempo, a un lugar donde no desean estar, donde los agotan en tiempo completo simplemente para dase cuenta de que no los satisfacen en lo mas mínimo. Otros se gastan sus cortas vidas estudiando cinco horas diarias, sin darse cuenta de que el día es excelente como para encerrarse entre cuatro paredes. Luego está el hecho de que son demasiado masoquistas. Les encanta lo prohibido, les llama la atención lo ajeno y no pueden para de desear lo que no pueden tener. Al parecer adoran sufrir. Me parece completamente torpe el hecho de estar obsesionada con una personas que ni siquiera te dijo alguna vez en tu vida un simple "Hola", ¿Es necesario tanto sufrimiento? Realmente no lo se, pero lo que si sé, es que algo de todo ese extraño mundo llama completamente mi atención. Me resulta demasiado atractiva la idea de poder apreciar más de cerca las razones por las cuales, esas pobres almas, desperdician su tiempo. Desearía poder hacerlo, pero me resulta imposible, ya que el jefe a cargo de Mi mundo, es un amargado, poco convincente y malhumorado Dios. He estado rogándole a Zeus por muchos milenios, y su respuesta sigue siendo no. No dice ningún motivo o razón, simplemente dice "NO".
-Solo por un tiempo- Suplique con la mayor fuerza de voluntad posible.
-NO- Volvió a repetir frustrado. Ignoro completamente mi presencia y comenzó a caminar hacia el lado contrario.
-¿Por qué NO? Jamás me dices la verdadera razón- Me observo de reojo, aun con el ceño fruncido, así que me apresure a añadir –Solo es una petición, no te estoy pidiendo desterrar a nadie, y que vaya a La Tierra no significa que matare a algún mortal, simplemente quiero ir- Suplique una vez más, pero nuevamente mis suplicas fueron innecesarias. Por más que lo intente nunca logro convencerlo, y juro que si podría transportarme por mi misma ya lo habría hecho, pero desgraciadamente, necesito de su ayuda, solo él tiene el poder para hacerlo.
-Es un capricho, no tienes necesidad de ir a ese mundo- Dijo masajeando su frente con frustración.
-No es un capricho, por favor, nunca te pido nada - Insistí, pero no había respuesta positiva de su parte. –A Poseidón lo dejaste ir a La Tierra-Me queje enojada.
-Es completamente diferente- Contraataco.
-Claro que no, y para colmo dejo embarazada a una mortal ¿Cómo justificas eso?-Mi tono de voz se había elevado, listo, ya estaba enojada.
-Justamente ESA era la razón por la que fue- Contesto calmadamente elevando aun más mi enojo.
-Eres demasiado injusto, siempre le permites todo a él- Conteste enojada mientras me alejaba de él.
Siempre era la misma discusión. Siempre se resumía a un no. No esto, no lo otro. Siempre NO. Volví nuevamente a mi lugar. Todos los Dioses tienen un lugar donde trabajar. Desde el Olimpo, que entre las nubes se encuentra, se puede ver perfectamente nuestra atracción principal. La Tierra. Me recosté en mi sillón de cristal observado casi sin parpadear a La Tierra. Tan hermosa e intocable. Creo que después de todo si tengo algún parecido con los mortales, yo también deseo lo que no puedo tener.
-Con que acá estas- Dijo una voz detrás de mi llamando completamente mi atención. Voltee y la observe con una ceja levantada.
-¿Qué quieres Atenea?- Pregunte frustrada. Llevaba su habitual vestido largo color negro con un millón de pequeños destellos plateados, al igual que todos aqui. Con su cabello castaño lleno de rulos cayendo debajo de un broche plateado, siempre tan elegante.
-Nada, simplemente pasaba por acá y me preguntaba ¿Por qué será que Zeus está completamente fuera de sí, otra vez? – Su arrogante tono hacia que mi cabeza explotara cada vez que escuchaba ese tono.
-No sé, dímelo tu, ¿La sabiduría no era tu especialidad?- Pregunte malhumorada. Atenea, la diosa de la sabiduría, civilización, justicia y no sé cuantas cosas más. Una Diosa demasiado dotada al parecer.
-Exactamente por eso es que estoy hablando con vos-Contesto sonriente.
-Si vienes a darme el sermón de siempre no te gastes en hacerlo, Zeus ya lo dejo demasiado claro- Conteste de la misma forma y volví a recostarme observando La Tierra. Ella soltó una carcajada, quizás también sea la Diosa de la arrogancia.
-No cambias más Afrodita... Deberías usar un poco tu imaginación- Dijo en forma alegre. La imaginación no está dentro de mis especialidades. El amor, de eso si sé, quizás uso la imaginación para unir a las personas pero no pidan más que eso.
-¿A qué te refieres? –Pregunte perezosamente, no podía evitar contestarle, después de todo, ella es muy sabia, quizás pueda decirme algo para convencer a Zeus.
-Me haces acordar a una Diosa que hace mucho no veo y realmente extraño- Confeso con voz nostálgica mientras me observaba. – No importa- Rápidamente comento. -¿Realmente deseas, TANTO, ir a ese horrible lugar?- Pregunto disgustada.
-¿Horrible lugar? Es completamente maravilloso e intrigante-Conteste mientras admiraba nuevamente aquel esplendido lugar. -¿No tienes curiosidad?
-Claro que no, me parece horroroso- Abrió sus ojos como platos, al parecer sorprendida de mi admiración. –Pero bueno, si es lo que quieres... Quizás podrías hacer algo para ir...
-¿Qué cosa?-Pregunte completamente intrigada, acaso... ¿Ella tenía una idea y nunca fue capaz de contármela?
-Llamar su atención de una forma no conveniente- Comento alargando el suspenso. Levante las cejas sin entender, y ella rodeo sus ojos color chocolate levantando las cejas. –A Zeus le gusta, demasiado, el orden. Si fuera por él se hubiere casado con ella hace mucho, pero para su desgracia el orden no es una persona- Comenzó a divagar pero nuevamente llame su atención chascando los dedos. –Está bien, ¿Qué tal... si haces lo contrario?
-¿Lo contrario?-Pregunte sin entender.
-Has mal tu trabajo, quizás funcione- Comento segura. Pero mi ceño continuaba fruncido. De vez en cuando, Atenea tenía ideas completamente descabelladas.
-Eso, solamente hará que tenga mucho más trabajo de lo normal y definitivamente, me dejara unos tres milenios más rogándole que me deje ir- Conteste, a veces me pregunto si realmente es la Diosa de la sabiduría, sus ideas son tan locas.
-Para Zeus, La Tierra, es el peor lugar que puede existir. Y es obvio que no mandaría a su hija a un lugar así. Piénsalo, sería una forma magnífica de castigarte- Comento con una enorme sonrisa mientras se iba.
Nunca había hecho una cosa así. Jamás lo había desobedecido. Él es el Dios de los Dioses, y además mi padre. ¿Realmente sería capaz de hacer algo así? Lo pensé por un momento, ¿Esa es la verdadera razón por la cual no me deja ir a La Tierra? Quizás Atenea tenga razón, él lo vería como un castigo, tratando de demostrarme que me equivoco, hasta estoy segura de que me daría solamente una semana. Pero lo que él no sabe es que con eso me bastaría. ¿Qué tiene de malo? Solo sería una simple travesura.
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Perdonen la tardanza, es que esta novela ya la tenia escrita pero releyéndola me di cuenta que tenia muchísimos errores y comencé a escribirla nuevamente. Por fis, dejen sus comentarios, quiero saber que opinan de este primer capitulo, estoy algo nerviosa por este proyecto, espero que les guste la idea :D dejen sus comentarios y si les gusto click en la estrellita :3
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Acá en la Tierra
FantasiaMe gustaría que estuviera en este momento conmigo. Anoche volví a soñar con ella. Soñé que estaba entre mis brazos, viendo su hermosa sonrisa, apreciando sus bellos ojos. La extraño tanto. Pero en este momento lo único que siento es temor. No quiero...