Capítulo 2

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Un nuevo comienzo

Cuando me despierto por la mañana, siento cómo me arden los ojos. Reencontrarme con Andrés y con Martín me ha descolocado.

Sobre todo, me ha descolocado volver a ver a Martín en un sitio en el que no me lo esperaba. Me doy cuenta de que no he conseguido olvidar todo lo que por él sentí en su momento. Tengo grabada a fuego la mirada que me echó cuando bailaba con Andrés.

Saco el teléfono y veo un WhatsApp de un número que, aunque no le tengo memorizado, sigo recordando. Es Martín, que asegura alegrarse de haberme vuelto a ver.

Bueno, "volverme a ver". Vivimos en la misma urbanización y, a pesar de que nos hemos cruzado alguna que otra vez, nunca volvimos a hablar. Él no luchó por recuperarme y yo luché por seguir siendo la hija modelo que había sido hasta ese momento.

Respondo su mensaje entre lágrimas.

-Siempre es un placer volver a verte.

El mundo se me viene a los pies tras dar al botón de "Enviar". Me seco las lágrimas de los ojos y me levanto de la cama. Me miro al espejo unos segundos y salgo de la habitación. Mis padres ya se han ido a trabajar. Mi padre es abogado en un prestigioso bufete y mi madre cuida a dos niños pequeños.

Me preparo un café mientras me asomo a la ventana de la cocina a fumar un cigarro. Veo que Martín está en la ventana de su cocina. Mi cabeza me pide que huya, pero no lo hago. No me gusta fumar dentro de casa porque no soporto estar en un sitio con el ambiente cargado.

-Buenos días, vecina.

Decido no contestarle. No me gusta ser maleducada, pero no tengo demasiado humor para hablar con él. No quiero que note que no le he olvidado.

Me meto enseguida a la cocina a desayunar el café acompañado por un par de magdalenas de chocolate.

Termino de desayunar y alguien llama a la puerta. Es Martín. Le abro la puerta y le invito a entrar. Cierra la puerta a sus espaldas y se acerca a mí por detrás. Me da uno de esos abrazos que tanto me gustan.

-Para, por favor.

-¿Qué pasa? ¿Ya no te gustan?

-No. Estoy muy bien sin saber nada de ti.

-Pues ahora me verás con más frecuencia. ¿O no saldrás con nosotros si Andrea te invita?

-Lo dudo.

Abre los brazos para que me acomode en su pecho. No puedo hacerlo. Nunca he sido una chica fácil que se echa a los brazos de cualquier chico, a pesar de que éste pueda ser su ex.

Me excuso de que me apetece darme una ducha para invitar a Martín a que salga de casa. El chico me pone pucheros, aunque acepta. Sale de casa tras darme un beso en la mejilla. Cierro la puerta cuando él sale y me siento en el suelo.

Una sonrisa tonta se dibuja en mi cara. Me levanto hacia mi habitación a por el móvil y veo un mensaje de Andrea. Me comenta que se ha emocionado viendo a fondo mi regalo. En vez de contestarla, la llamo por teléfono.

-Chiquitina, me alegro que te haya gustado. Esa era la intención.

-Sonia, me alegro de que te hayas llevado bien con los chicos. Me han comentado que les has caído muy bien, sobre todo a Andrés y a Martín.

-Hablando de ellos dos, te quiero contar una cosa antes de que te enteres por ellos.

-Dime.

-Quiero que sepas que Andrés y yo hemos ido juntos a clase y que, hace tiempo, tuve una relación de pareja con Martín.

-¿Q-qué?

-Sí, como lo oyes.

Mi amiga me pregunta si sigo sintiendo algo por Martín, a lo que yo no respondo con toda la verdad, ya que la comento que verle me ha descolocado y que necesito algo de tiempo para recapacitar. Soy consciente de que algo sigo sintiendo, pero, si arriesgo, sé que tengo todas las de perder, ya que él ha sido capaz de rehacer su vida, algo que a mí no me ha pasado.

Después de la media hora de charla con mi amiga, decido pegarme una buena ducha antes de prepararme algo de comida para irme a trabajar al hospital.

Estando en la ducha, me convenzo de que tengo que recuperar la amistad con Andrés, ya que le di un poco de lado por olvidar a su hermano y ahora tengo la oportunidad perfecta para intentar volver a ser los buenos amigos y vecinos que hemos sido.

Después de ducharme, pongo en una cazuela agua, un poco de aceite y sal para prepararme unos macarrones con tomate.

Mientras se calienta el agua, voy a mi habitación a hacer la cama y a preparar la ropa de trabajo. Bueno, más que hacer la cama, lo que hago es estirar las sábanas y colocar la colcha por encima.

Cojo la cámara de fotos del bolso que llevé anoche y voy a la cocina para, de mientras se cuecen los macarrones, mirar las pocas fotos que saqué por la noche. Hay una que sacó Andrea en la que salgo junto a Andrés. En ella, estamos bailando. Sonrío. Se me ve feliz.

Como tranquilamente viendo el informativo territorial. Zaira me manda un WhatsApp en el que me propone entrar en el grupo en el que están, menos Eva, todos los que estuvimos por la noche en el cumpleaños de Andrea. Acepto y allí estoy. Los 10. "Un número redondo", asegura Nacho.

Todos los del grupo me dicen quienes son para guardar sus teléfonos. Poco a poco, lo consigo.

Cuando termino de comer, recojo las cosas y meto todo en el lavavajillas. Me pongo la ropa de trabajo y cojo las llaves de la moto y las de casa.

Bajo en el ascensor hasta el garaje y sonrío al ver la furgoneta en la que llegué anoche. Justo antes de subirme a la moto, me encuentro a la madre de Martín y Andrés, que, al darse cuenta de mi presencia, me saluda. La devuelvo el saludo acompañado de una sonrisa y, tras ponerme el casco, arranco la moto y marcho a currar.

Llego al trabajo diez minutos antes de lo previsto y aprovecho a echar un cigarro mientras fisgo las redes sociales. Zaira y Judith me han mandado en Facebook la petición de amistad. Acepto a ambas y salgo de esa aplicación. Pongo el teléfono en vibración y apago el cigarro enseguida. Subo a la planta 10, la de los enfermos de Neurología, que es donde estoy ahora. Llevo casi un trimestre aquí y he podido ver a todo tipo de pacientes.

Un minuto antes de fichar, Andrea me manda un mensaje deseándome una buena tarde de trabajo. Espera que no se me haga muy pesado para poder aclarar todo lo que siento.


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Buenas noches, espero que os guste este capítulo y me gustaría saber vuestras opiniones.

Tenía pensado hacerle un poco más largo, pero no es que tenga mucha inspiración. Para todos los que quieran saber más de mí, mi cuenta de twitter es @Helen_ramosBlue. Allí podéis, al igual que aquí, darme vuestras opiniones.

Saluditos a todos. 

Un presente que empieza desde mucho antes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora