Como sé por la madre de Andrés que mis padres no están en casa, no me ha hecho falta tener que disimular para ir a casa. Estoy convencida de que, cuando lleguen, me espera un interrogatorio, por lo que decido pensar bien lo que tengo que decirles. Me va a costar no ponerme nerviosa, pero sé que lo mejor es relajarme.
Dejo mis cosas en la habitación y voy a prepararme una tila a la cocina. Tras tomarla, me pongo más nerviosa de lo que ya estaba. Me fumo un cigarro y miro el móvil.
Andrés: "¡Qué vicio tienes, canijilla!".
Yo: "Calla, anda, que estoy cagada hasta que lleguen mis padres".
Andrés: "¿Y si nos vamos a vivir juntos? De esa forma, no tendrías que preocuparte por rendirles cuentas".
Yo: "Me parece precipitado, cara pan. No pienses que no quiero irme a vivir contigo, pero dame un poco de tiempo para asimilar todo".
Andrés: "Como quieras. Bueno, no te pongas nerviosa. Te dejo con tu vicio".
Sé que mi chico no se esperaba esa respuesta. Por eso se ha despedido rápido. Me siento un poco mal por no ser del todo sincera con él, pero, de momento, no me queda otra. O eso es lo que creo.
Alguien llama al timbre de la puerta. Intuyo que son mis padres. Les abro y ayudo a mi madre con las bolsas de la compra.
Entre los tres, recogemos todo. Estamos en completo silencio. Silencio que nadie tiene pensado romper. No me siento cómoda, pero bueno, ellos son los que siempre me preguntan por lo que hago y dejo de hacer cuando salgo, pero no parece que quieran saber nada.
En cuanto terminamos en la cocina, me voy derecha a mi habitación. Varios mensajes en el grupo. Están intentando ponerse de acuerdo para la hora en la que vamos a quedar.
Propongo quedar en el McDonald's que hay cerca de la Sala Kapital. A todos les parece bien reunirnos allí, ya que es lo más cómodo. Judith dice de quedar allí a las 10.30.
Mi chico me pregunta si me importa llevar la moto, así podemos ir juntos. Acepto llevar la moto y seguimos charlando un poco más. No me saca el tema del que hablamos antes, y lo agradezco. No me veo preparada para irme a vivir con él.
Me despido de Andrés al cabo de unos minutos, ya que mi madre me llama para ir a comer. Ya en el salón, mi madre me pregunta por la noche. Comento que todo ha ido bien y que hemos estado charlando hasta las tantas.
-No te he visto llegar hoy.
-Cuando llegué, ya no estabais.
-No me has entendido. No te he visto entrar ni en la urbanización. La compra la hicimos ayer. Y hemos estado esperando fuera a ver si llegabas. Y no te hemos visto.
-Pues no os habréis fijado.
-¿De verdad que has dormido en casa de Andrea?
-¿Por qué os iba a engañar?
Mi madre se calla. No hablamos más durante la comida. Los nervios hacen mella en mí, solo que los disimulo lo mejor que puedo. Me pongo a recoger las cosas de la comida. Necesito relajarme. Mientras recojo, me doy cuenta de que Andrés tiene razón en lo de irme a vivir con él y, aunque no me vea lo suficientemente preparada, me voy a replantear su propuesta.
Se lo hago saber por WhatsApp. Me propone bajar al centro sobre las 7 de la tarde. Acepto. Quedamos en vernos en el garaje. Hablamos de nosotros, de lo que estamos viviendo y, sobre todo, de lo mucho que nos queremos.
El grupo está bastante callado. Se me hace raro que ninguna de las chicas haya dicho nada de lo bien que lo vamos a pasar por la noche. Bueno, se va a disfrutar lo máximo posible si soy capaz de no seguir el juego de Tamara.
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Un presente que empieza desde mucho antes.
FanfictionAmores presentes que no impiden que los pasados se olviden.