CAPÍTULO 11

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El recorrido a casa de Drew ahora es más seguro que la primera vez, pues ahora sé exactamente donde es que vive. Aun es de tarde, falta poco para que el sol desaparezca. Al llegar observo que el portón está completamente abierto, y no se encuentra ningún vigilante. Mi intuición es entrar hasta la lujosa casa. Ahora se encuentra un auto rojo de último modelo en el lugar de la camioneta negra, me estaciono enfrente de la casa. Puede que tenga visita, pienso.

Bajo de mi auto, tomo el bolso y la portátil, y me dirijo a la casa. Me pongo justamente enfrente de la puerta de entrada y antes de que presione el timbre, la puerta se abre. Drew se asoma y noto lo sorprendido que está. Vestido de traje muy formal y elegante.

-¡Charlotte!, ¿Qué haces aquí?-Me pregunta sorprendido. Y tardo unos segundos en contestar.

-Es que... Yo... Necesitaba resolver algunas dudas. -Hago una pausa.- Sobre unos planos.- Le digo un poco nerviosa. Pensando que tal vez llegué en un mal momento.- ¿Estás ocupado?-Le pregunto tímidamente.

-Si. Digo no. Estaba por salir a cenar a un restaurante.- Me dice seriamente en un tono amable.

-Oh, lo siento. Tenía que avisar. Pero puedo volver después, ¿cuándo podrías...

-¡No! Quiero decir no te preocupes.- Suena algo nervioso. Tarda algunos segundo más y realiza la siguiente pregunta.- ¿Quieres acompañarme?- Nos quedamos en silencio un momento. No sé qué contestarle. Estamos parados justo a fuera de su casa.- Digo, para resolver esas dudas. ¿No crees?- Me dice. Había creído que tal vez tenía una cita o algún asunto de negocios que atender pero parece que iba a ir solo a cenar. El cierra la puerta de su casa.

-No sé si sea conveniente. Enserio puedo volver después.- Digo indecisa. Drew me mira fijamente y suspira como si estuviera cansado, luego susurra algo al parecer en otro idioma que no entiendo. Y comienza a caminar hasta el auto rojo.

-Te espero en el auto.- Grita. Giro para verlo muy confundida. No sé si me esté obligando o invitando. Me quedo parada ahí sin dejar de mirarlo. Drew voltea a verme ya una vez que llegó a su auto. Me hace una señal con su mano para que lo siga. Comienzo a caminar mas desconcertada que nunca.-Vamos, se nos hará tarde.- Me sigue, abre la puerta caballerosamente y entro a su lujoso auto sin mirarlo. Rodea el auto y entra ahora él.

En el camino comienzo a preguntarle algunas cosas sobre sus construcciones, Drew contesta a algunas de mis preguntas. Ahora tengo más claro la forma en que quiere que estén las casas.

Llegamos y como es de esperarse ya es de noche. Me abre igual la puerta para que baje. Dejo la portátil en el auto y bajo solo con mi bolso.

Nos dirigimos al fino restaurante con un gran ventanal del cual se puede observar hacia dentro, encima de este dice la palabra Branca con letras grandes color dorado. Al entrar por la puerta de vidrio, se ve más impresionante y grandísimo con techos altos y paredes de ladrillo a la vista de alta calidad y muebles de madera. Un espacio abierto divido por un bar, unos sofás de cuero al entrar y a la izquierda unas escaleras en espirales que dan hacia abajo. Se nota su gran elegancia, accesorios muy agradables, paredes de color blanco cubiertas con cuadros de fotografías y espejos, las luces, el piso de madera, las mesas redondas de madera también, color rojizo y con asientos de este mismo, todo es hermoso y cálido, con una gran influencia Italiana. Y yo siendo arquitecta me fijo más en los detalles.

Hay muchas personas en la mayoría de las mesas al fondo. Se escucha una melodía tranquila. Nos dirigimos hasta allá y tomamos asiento en una de las mesas junto a las puertas de vidrio que dirigen hacia el jardín donde se encuentran más mesas. En pocos segundos nos ofrecen una jarra de limonada y focaccias para remojar en aceite de oliva y después nos ofrecen el menú.

Nuovodunia: El hombre del hacha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora