CAPÍTULO 13

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La cena con Dan no fue nada comparada a la de con Drew. Esta fue muy divertida. Dan me hacia reír en cada momento. La mamá de Dan está mucho mejor cada día pero aun así no me podrá acompañar a la boda de Hanna. Después de eso Dan me llevó de vuelta a mi casa, se quedó un rato mas para mostrarle los planos que hice para Drew y que le parecieron muy originales. Después de eso se marchó. Y Hanna y yo nos fuimos a dormir.

Hoy, viernes. El día del viaje. Se suponía que tendría que tener los últimos planos listos para dar por terminado el proyecto y entregárselo a Drew. Pero no, ayer no pude trabajar en ello por la tarde. En este momento me siento desesperada. Tengo que preparar mis maletas. Hanna se encuentra en lo suyo, mi familia estará empacando y yo toda la mañana sentada en el sofá tratando de finalizar este estresante plano. Había papeles por donde quiera en la mesita, justo enfrente de mí.

-Te vas a quemar la cabeza.- Hanna se sienta a mi lado, miro fijamente el vaso con malteada de su mano.

-Y tu vas a derramar malteada sobre los planos.- Ella hace mala cara y después me a peno.- Perdón, estoy estresada.- Me disculpo mientras cubro mi cara con mis manos y me llevo las rodillas hacia arriba.

-Te ayudaría amiga, pero no se nada. Tranquila.-Comienza a darme palmaditas en la espalda.

-No sé qué hacer. Prometí entregarlo hoy. Drew va a estar esperándolo.- Me quedo en silencio unos segundos más.- Puedo terminarlo en minutos pero me eh bloqueado, no puedo trabajar con estrés. Y luego necesito empacar, ya que como siempre empaco al final.

-Espera... Y si vas a casa Drew y le explicas que tienes que ir a Irlanda ¿crees que él lo comprenda? Es más hasta lo puedes invitar a mi boda para que vallan juntos.- Es una buena idea, excepto por lo de ir juntos.

-Sí, eso haré.- Me levanto del sofá.

Después de ducharme, alistarme y comer algo, me dirijo al auto para ir a a casa de Drew y explicarle todo. En el camino papá me llama para decirme que nos veamos en el aeropuerto.

Llego a casa de Drew, es más de medio día. Justo el mismo hombre vigilante de la villa se encuentra ahí junto con su compañero. Abre el portón para darme pase y me saluda con un movimiento rápido de mano. Estaciono el auto y bajo. Hoy eh ido algo más casual de vaqueros con una playera color purpura. Presiono el timbre y espero hasta que se abre la puerta.

-Señorita Revell, ¿Que necesita?- Soy yo o Martha cada vez se escucha más molesta conmigo. Me es extraño que una mujer como ella sea ama de llaves.

-Buen día Martha, busco al señor Drew.- Es más que obvio que lo busco a él.

-Pero el Señor Lagsdon no está, ¿quiere que le deje un recado?

-No, es que necesito hablar con él en persona. ¿Sabe a qué hora llegara?

-Usted no me ah entendido, el señor Lagsdon salió de la ciudad, unos amigos llegaron por él hace aproximadamente una hora, y parece que no volverá dentro de dos o tres días.- Lo que faltaba. Pero es bueno ya que así no esperara el proyecto y para el lunes ya estaré en Oxford de nuevo y lo tendré terminado.

-Bueno gracias.- Me despido y me dirijo al auto para regresar a casa para empacar.

Al llegar mi maleta estaba lista, Hanna había empacado por mí. Le agradecí y le conté lo del viaje de Drew. Llamamos a un taxi para que nos llevara al aeropuerto y este tardo más de lo esperado ya que no encontraba mi casa por estar muy apartada de las demás.

Al llegar nos encontramos con mi familia: mis padres, los abuelos, y Diane y Jack. Después de un rato subimos al avión. El avión hizo poco más de una hora y al fin llegamos a la gran ciudad de Galway. Lo primero que hicimos fue encontrar un hotel para hospedarnos ahí. Hanna estaba muy nerviosa porque faltaba un día para su boda y al encontrarnos con Diane decidimos hacerle una pequeña despedida de soltera, invitamos a algunas primas y conocidas de Hanna que ya estaban en Galway para su boda. La reunión se hizo en un restaurante nocturno fue más divertido de lo esperado, después de que terminará, Hanna y yo regresamos al hotel para poder descansar.

Llegó el día más esperado de Hanna. La boda.

-La limosina llegara en unos minutos, ¿ya estas lista?- Le hablo a Hanna desde el otro lado de la puerta de la habitación. Yo y mi familia estamos listos, mi madre esta mañana se ah levantado muy temprano para ir comenzando a preparar el banquete especial para la fiesta de bodas, la abuela ah traído el vestido de Hanna y se lo ah entregado hace unos minutos. Su prima Janeth la maquillista, a estado con ella ahí dentro. Me muero de ganas por verla ya.

En ese momento se abre la puerta y sale Janeth con algunos cosméticos en las manos y al igual que yo ya lista para la boda.

-Está más que lista.- Me dice Janeth carismáticamente, le sonrió y entro. Lo primero que veo es a Hanna frente al espejo con su hermoso vestido de novia, se gira para mirarme y sonríe.

-Hanna te ves preciosa.- Cubro mi boca con mis manos. -Eres la novia más hermosa que haya visto.- Le digo y le doy un abrazo.

-Gracias Charlotte, tú te vez muy bellísima.- Ambas queremos llorar de felicidad, pero sabemos que si eso pasa el maquillaje se correrá. Yo me eh puesto un vestido largo tipo kimono color vino, y me eh arreglado el cabello en una coleta alta y Janeth me ah maquillado mientras Hanna tomaba una ducha relajante.

-La limosina ah llegado.- Avisa el padre de Hanna, el señor Peter Newman. Esta usando un traje color blanco, él es rubio, ojos color verde, alto y delgado. Es un hombre muy comprensible y sencillo.

-Entra papá.- Le dice Hanna. El señor Newman entra. Se queda unos segundos observándonos y sonríe.

-Mis niñas, se ven hermosas.- Dice. Nosotras nos miramos y sonreímos. Claro para nuestros padres siempre seremos sus niñas.

-Ay papá.- Le dice Hanna y le da un fuerte abrazo. Yo para darles privacidad, salgo y me dirijo a la limosina que nos espera a fuera.

Al llegar la madre de Hanna está junto a la limosina blanca. Ella también es rubia, tiene más parecido a Hanna con sus ojos color caramelo.

-Charlotte, hola.- Me saluda dándome un abrazo. Me da gusto ver a Lana. -Qué guapa estas ¿dónde está Hanna y Peter?

-Están...-Comienzo a decir, pero luego miramos a Hanna salir del hotel junto con su padre. Miro a Lana y tiene la misma expresión que yo cuando vi a Hanna. Al acercarse a nosotros Lana abraza a su hija.

-Que te puedo decir, mi vida. Eres hermosa.- Le dice.

-Gracias mami.- Le contesta Hanna, luego subimos después de Hanna a la limosina.

El día ah estado nublado, pero al llegar a la Iglesia comienzan a caer unas cuantas gotas del cielo. Soy la primera en salir de la limosina, después la madre de Hanna, luego el padre y al fin la novia. Lana le da un beso a su hija y le dedica unas palabras. Hanna entra, junto con su padre, y después Lana y yo, la melodía comienza a soñar por toda la Iglesia. Yo me dirijo a con mi familia y comienza la ceremonia.

Nuovodunia: El hombre del hacha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora