Nuovodunia: El hombre del hacha.

CAPÍTULO 14

La ceremonia fue muy bonita, ya a terminado y después de eso hemos salido de la Iglesia, para dirigirnos al lugar donde será la fiesta. Hanna junto con Louis se han ido en la limosina, los padres de Hanna se han ido con unos parientes. Diane y Jack han rentado una camioneta grande en la cual yo junto con mis padres nos dirigimos a la fiesta.

El lugar es grandísimo, al entrar se encuentra un recibidor con unos sofás color negro, y al frente está una puerta de cristal que al pasar por ella, se encuentran mesas con manteles color blanco y lilas, con adornos que hemos transportado desde Oxford y en medio esta la gran pista, a la izquierda hay mesas largas en las cuales están los bocadillos. Es de tarde y el ambiente de la fiesta es divertido. La música es moderna y hace que la mayoría de las personas estén bailando en la pista. Después vienen algunos músicos que tocaran melodías más tranquilas.

Desde lejos observo a Hanna bailando con su esposo, Louis, están muy felices.

-Algún día serás tu, por la quien estemos festejando.- Me dice mi padre con ilusión. Le sonrió y asiento tranquilamente. -Bien, no dejaré que mi hija no disfruté de la fiesta, ¿Bailamos?- Me extiende su mano.

-Claro que si papá.- Le digo y le tomo la mano, nos dirigimos a la pista y comenzamos a bailar lentamente. Mi padre va vestido de esmoquin color negro, se ve muy bien. Al igual que mi abuelo y Jack se a puesto un traje color gris. Mi madre trae un palazo azul marino, y la abuela se ah puesto un vestido de talle largo color durazno, Diane se ah puesto un vestido largo color violeta, le queda bien y que hace notar su embarazo.

Cuando terminan de tocar los músicos, dejo a mis padres para que comiencen a bailar la siguiente canción, yo me dirijo a probar esos bocadillos. Se encuentran una gran variedad de pequeños pastelillos, en seguida de estos hay algunos bocadillos picantes y deliciosos. Muchas personas se acercan a probarlos y vuelven a la pista.

Después de unos minutos. Vuelvo a la pista a bailar con algunos familiares de Hanna que me conocen bien y después con mi tierno abuelo. Al terminar vuelvo a la mesa de bocadillos, y esta vez tomo una copa de vino blanco. Comienzo a probar el delicioso pastelillo, las personas se acercan y al igual prueban de la variedad de dulzura. Sigo tomando del ligero vino dándole la espalda a la multitud de personas bailando. Y comienzo a buscar otro bocadillo para comerlo.

-Saben deliciosos.- Alguien me habló. El hombre que está al lado de mi, tiene una voz grave y muy conocida.

-Sí que lo son.- Contesto sin mirarlo, encuentro el pastelito y lo meto a mi boca.-Mi madre los ah...- Me giró para mirarlo y en ese momento siento una oleada de calor, dejo de masticar por unos segundos que para mí son eternos, luego trago.- P-pero, que. - Tartamudeo de lo sorprendida que me a dejado esta vez.- ¿Qué haces aquí?- Digo al fin.

Drew. Drew Lagsdon, está en frente de mí, siento como si la música y todo mundo se hubieran detenido. No me lo creo. Como puede ser esto cierto, no sé en qué pensar, tal vez esto es producto de mi imaginación, parpadeo dos veces y aun sigue el aquí. De pie, con una copa en la mano, con un elegante traje y sonriendo. Con el cabello sujeto a una coleta, su barba castaña muy larga, sus ojos oscuros y hermosos.

-Soy invitado de esta fiesta, que coincidencia ¿no?-Parece que a él también le ah sorprendido. Y sonríe nuevamente, toma un sorbo de su copa de vino y yo aun no puedo pronunciar ni una palabra. -¿No vas a decir algo?

-Es que, esto es muy raro.- Digo en voz baja, como si me hubiera robado el aliento.

-¿No me crees?- Me interroga serio.

-Ya no se en que creer.- Murmuro. Luego Drew me mira fijamente algo serio.

-¡Lagsdon!- Grita Louis. Se acerca junto con Hanna. Louis saluda alegremente a Drew, como si fueran grandes amigos. Esto no me lo esperaba, que ellos se conocieran. Hanna se coloca al lado de mí, mientras observamos a Louis y a Drew saludarse y conversar.