Sonaba la música en lo alto de nuestras cabezas. Procedía de unos grandes altavoces situados en las esquinas de las paredes del local.
La gente se movía constantemente, levantaban los brazos, los bajaban, gritaban, aplaudían,... Unos entraban y otros salían, todos con sus más elegantes ropas de fiesta.Excepto uno.
Apoyado contra la barra y con la vista fija al frente, agarrando con una mano un vaso que contenía un líquido que ya se veía casi acabado, estaba Heck; el chico más siniestro de los alrededores.
Tenía el pelo castaño oscuro, en el que los reflejos de la luz proyectaban unos suaves mechones rubios. Sus ojos eran grises y brillantes, y su nariz fina y bien dibujada, que provocaba un contraste perfecto con la forma de su boca.
Vestía como un chico normal, pero siempre con el mismo estilo; una camisa floja con unos pantalones de tela o vaqueros y unas botas de cuero militares o unas deportivas negras.
Hablaba poco pero era muy observador. La gente no solía percatarse de su presencia, por respecto o temor, no lo sé, pero sí sé que al fin y al cabo no era un mal chico. Inspiraba un aura siniestra, si. Pero también misteriosa, por eso yo sí lo percibía cuando estaba cerca.-¡Eh!- gritó Nadia, que estaba a mi lado.
Me giré y vi que era Aitor, el guaperas de clase.
-Ven a bailar Nadia- decía agarrándola por una mano.
-¡Déjame imbécil!- Nadia se soltó y con la mano que Aitor le había agarrado le dio un tortazo con toda la palma.
-Guapa y mortífera...- susurró Aitor frotándose la mejilla roja.
-Será mejor que salgamos de aquí, Nadia.- dije yo buscando la salida- Se está cargando el ambiente.
-¡Qué va!- rió ella- Si está llegando lo mejor. Ahora es cuando hay que bailar- dijo alzando los brazos- ¿No oyes la música, o que?
-Un día te conseguiré- le susurró Aitor al oído- Pero entonces serás tú la que me busque a mí.
-¡Ai, cállate!- dijo Nadia torciéndole la cara y alejándose.
-Vete Aitor, eres un plasta- dije desviándole una última mirada.
-Lo sé- rió él, y siguió bailando entre la multitud.
Me acerqué a la mesa donde estaban los aperitivos, detrás de Nadia.
-Es un pesado.
-Déjalo, qué se le va a hacer- dijo Nadia encogiéndose de hombros y metiendo una chuche en la boca, como si nada- Y tú...¿no tienes nungún admirador?
-¿Eso es lo único que te preocupa, tener admiradores?- entorné los ojos- No me hacen falta admiradores, a falta de ellos tengo amigos de verdad.
-Como quieras- dijo como no comprendiendo.
Suspiré. A veces no había quien la entendiera.
-Voy a por agua, ¿quieres algo?- pregunté.
-El vestido negro que vimos el otro día- bromeó.
-Ya, espera sentada- le sonreí. A pesar de nuestros desacuerdos no había nada que nos separara.
A base de zig zags conseguí llegar hasta la barra, cerca de donde estaba Heck.
Le dirigí una breve mirada, pero ni se inmutó.
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Destellos
Novela JuvenilVidas que no tienen nada que ver. Otras, ....mucho. Dhana no conoce a Heck. Pronto volverá a saber de Jimmy. Dolerá. Demasiado. No todos tendrán suerte. Nadia tiene un nuevo lío; un chico encantador, ¿verdad? Aitor no opina lo mismo. Alguien regresa...