⌠Se dice que en la vida existen dos grandes amores. El amor de tu vida y tu alma gemela. Puede que sea gente distinta, pero si es la misma, es una fortuna.
YiFan y YiXing se conocen muy jóvenes, deciden unir sus vidas en matrimonio y empiezan una et...
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—¡Vamos, YiXing! Odio que hagas esto.
—¿Qué cosa?
—¡Esto! Salir de casa como si nada hubiera pasado. ¿Acaso no entiendes o no quieres hacerlo?
—¿Y qué es lo que quieres que haga, YiFan? Pareces enojado todo el maldito tiempo. Te estoy dando espacio para que pienses claramente.
—¿¡Espacio!? Joder, YiXing. Me dejas como un perro en la casa cada vez que discutimos. ¡Compórtate como un adulto y resuelve los problemas!
—Eso intento hacer. ¿Pero cómo puedo resolver un problema si me reclamas de todo? Ya te he dicho que él sólo es un amigo. Pero si tantos celos tienes, te voy a dar razones verdaderas.
— No me provoques, YiXing.
— Entonces tú no me reclames nada.
— ¡DIME QUÉ MIERDA QUIERES!
— ¡Que seas menos imbécil y me tengas un poco de confianza!
—Perfecto. Me voy.
—¡Vete!
—Eso hago.
—Idiota.
—¡Agh!
El hombre azota la puerta, sale de la habitación y se dirige hecho un manojo de nervios hasta la cocina. El joven que se queda en aquellas cuatro paredes se tira a la cama para poder llorar. Está cansado, enojado y nada parece funcionar. Poco de quince minutos pasan, el chico que ha dejado de llorar sobre la cama. Abre la puerta de la habitación y se encuentra de frente al otro hombre, que aunque tiene cara de estar molesto, desea arreglar las cosas.
Ninguno dice nada, sólo comparten un prolongado abrazo.
—YiFan...
—Shhh —le acalla—. No digas nada, amor. Lo siento. No debí ponerme celoso.
—Y yo no debí gritarte. De verdad, lo lamento. ¿Me perdonas?
—A ti, todo,
—YiFan.
— Dime, YiXing.
—Sé que no debo ser inmaduro. Eso te molesta, hasta a mí. De verdad, lo siento, YiFan. Te amo mucho y no quiero discutir. Él es un buen amigo, pero nada más
— No te disculpes. Me he comportado como un tonto contigo.
El más alto de los dos agrega besos en los labios de su esposo. Prolongados, otros cortos, mientras que las manos sostienen su cintura acercándolo más a él si es posible.
—Eres mi vida, YiFan —habla el otro—. Jamás debes olvidarlo porque eres mi todo.
—YiXing, sin ti no sería nada. Mi todo también lo eres tú.
