"-Aqui es donde nos conocimos ¿Recuerdas?
-Nunca olvidaré el día que vi las estrellas brillar por primera vez - "Las dos primeras clases habían sido realmente aburridas para Harry. Hasta ese entonces el rizado no habia dirigido palabra alguna a nadie. Ni tenia la intención.
Todos los estudiantes de DoncasterFiverts le enviaban incomodas, acosadoras y curiosas miradas al ojiverde, haciendolo creer que su día no podria ir peor.
Ya era pasado el medio día, y el rizado habia optado por no almorzar, a pesar de que su estómago rogaba a gritos por ser alimentado, el vació en su corazon , era mayor al vacío en su estómago.
Se sentó en el césped, casi húmedo, descansando su espalda en el tronco de un mediano árbol.
Cerró sus ojos y sus tensos músculos se fueron relajando con la fría brisa que chocaba contra su piel. Sus manos se entumieron y se tornaron rojas por el helado viento . Pero no importó. No importó porque por primera vez en semanas se sentía a gusto, sentía que el dolor se habia alejado por unos instantes, sentía que el llanto habia quedado atrás, sentía que ya no hacia falta lastimarse, ya no hacia falta...
-¡En el blanco, Tomlinson!- Llegó a los oídos del rizado, la ruda, masculina y rasposa voz de un hombre, el cual se encontraba riendo, aplaudiendo y gritando efusivamente.
Harry sintio como un duro, pequeño y redondo objeto daba con gran impacto en su cabecita. Sacándolo de su zona de relajación.
Abrió paranoicamente los ojos para ver que ocurría; y al hacerlo pudo ver como una pelota de tennis rodaba por sus estiradas piernas.Sobó la zona afectada, formándose en sus finas facciones una terrible mueca de dolor.
-La pelota- Habló la fina, delicada y dulce voz de un muchacho.
Harry lentamente fue alzando sus orbes, sin dejar de sobar su frente; para encontrarse con unos preciosos ojos azules, ojos tan azules como el cielo, tan brillantes como el sol, tan profundos como la noche, tan iluminadores como la luna, tan hermosos como las estrellas...
Harry no sabia si era por el impacto del estruendoso golpe, o realmente estaba sucediendo. Pero él veia estrellas en los ojos de aquel chico.
El ojiazul, tenia un despeinado cabello castaño, sus labios eran finos y palidos, vestia de negro, con jeans rasgados en las rodillas y gruesas botas. Su piel era bronceada, y en esta habian múltiples tatuajes, tenia expansiones en sus orejas, y un piercing en su labio, el cual movia con desdén.
Lucía como los chicos de la pandilla que su hermano habia advertido no acercarse, entonces recordó las firmes palabras de Royer " Son peligrosos, son malos, son crueles, odian todo, y a todos, si te les acercas se aseguraran de hacerte pedacitos".
La sangre del rizado de heló en sus venas, y sus latidos se salieron de control. Su respiracion se fue acelerando con torno avanzaba el miedo.
Agarró entre sus delicadas manos las mangas de su sueter y comenzó a aferrarse a estas con fuerza.
El rizado cerró sus ojos con fuerza, como si este fuese a recibir un golpe, y no dudó en pedir piedad por parte del castaño.
-No me lastimes, por favor- Rogó Harry en algo que sonó más bien como un sollozo. Su voz estaba algo quebrada, y reflejaba notable miedo.
El semblante del ojiazul cambio de serio y rudo a uno confundido pero a la vez divertido. Encarnó una ceja y levemete esbozó una sonrisa burlona.