"Te encuentras en una batalla entré tu corazón y tu mente"
Louis detuvo sus pasos cuando ya se hayaba en frente del rizado. Ambos se miraron directamente a los ojos, por bastantes segundos, con algo de dificultad, ya que las pesadas gotas de lluvia daban en contra de sus caras pero eso no molestó, si no tornó la situación más comoda. Ninguno dijo nada en ese momento, era un comodo, calido y acogedor momento que ninguno quiso romper, no hasta que Harry tomó la palabra.
-Louis...- murmuró el rizado, en algo mas bien que sonó como un susurro. Miraba directo a los azules orbes de Louis, intentando desifrar miles de acertijos, en su mirada había duda, habia tristeza y incomprensión. Harry lo veía.
Entonces sintió un gran impulso que obligó al rizado a envolver el cuerpo de Louis en sus brazos, en un tierno y lindo abrazo. Harry colocó su rostro en el pecho de Louis, para poder llenar sus fosas nasales de el exquisito aroma de Louis.
Por otro lado el castaño mantenia sus brazos muy pegados a los costados de su cuerpo. Estaba quieto, atónito y sin habla, buscaba un camino de regreso a su mente pero este parecia no estar por ningún sitio. El contacto con Harry era realmente comodo, tierno y dichoso, su piel era suave, fina y delicada, su aroma era como las rosas, olía a una linda tarde de primavera, y sus rizos hacían cosquillas en el cuello del ojiazul. Era una sensacion inigualable, ese momento era único.
-Harry...- susurró ahora el castaño, poniendo sus grandes manos en los hombros del rizado, delicadamente para poder mirarlo con más claridad a los ojos.
-Louis tu...- mencionó el rizado, bajando la mirada a la punta de sus piesitos . Realmente se sorprendió por las palabras que habían salido de su boca. Estaba a punto de decir algo que podia arruinar el momento.
-¿yo...?- preguntó el ojiazul para que Harry continuase con la oración.
Harry rogaba al nublado cielo que eso realmente no estuviese pasando, lo iba a arruinar. Pero ya era demasiado tarde.
-Tu eres lindo- mencionó Harry, cabizbajo, mientras movia sus piesitos inquietamente.
Louis sintio como su corazón daba una gran revuelo, su mirada se paralizó en un punto fijo en la nada misma. Entonces sus peores pesadillas llegaron nuvamente a inundar su mente. Louis no quería ser un homosexual, Louis no queria recibir burlas, Louis no quería obedecer a su corazón. Por mas que Louis realmente tuviera sentimientos por los hombres, y especialmente por el rizado, por su manera tierna de ser, sus lindos holluelos, su dulce mirada y sus suaves rizos, se seguiria negando a considerarse un marica.
Entonces sus brazos empujaron el pequeño y flacucho cuerpo de Harry, apartandolo lejos. Lo miro con asco y desprecio, para luego sentir su corazon partirse en dos al ver los verdes ojos del rizado llenarse de lagrimas.
-Alejate de mi- fue lo último que mencionó, para luego girarse sobre sus talones y hacer su marcada silueta desaparecer por entre las fuertes lluvias.
-¿Louis, puedo pasar?- preguntó la aniñada voz de la hermana menor del castaño, Lottie. Quien había asomado su cabeza por la puerta de la habitación del mayor.
-Si, adelante- Louis dijo mientras tecleaba su notbook, se hallaba recostado en su desordenada cama, la cual estaba desecha, llena de ropas y porquerías.
Lottie suspiro pesadamente, y dirigió sus lentos pasos a la cama del castaño.
-Louis, tengo algo importante de que hablar- soltó la rubia con nerviosismo, mientras sus manos jugaban extrañamete sobre sus piernas.
Louis seguia tecleando las delgadas teclas de la computadora portatil, la cual iluminaba con el brillo de la pantalla el rostro de Louis.
-Te escucho- dijo Louis, sin dejar de presionar las teclas con premura.