Su pecho subía y bajaba con rapidez. Su mente no lograba asimilar lo que acababa de leer. Ni incluso sus articulaciones reaccionaron a las órdenes de su cerebro. Estaba en algo que podríamos llamar un mini ataque.
Luego de segundos que en su interior se asimilaron a horas reacciono. Se puso de pie con las piernas temblorosas. Sin saber exactamente si echar a correr al segundo piso a cambiarse de ropas o a abrir la puerta para que el chico de lindos ojos azulados que tanto le gustaban no se entumiera allá afuera.
Luego de una batalla de sentimientos encontrados se decidió por la opción dos. Ir a abrir, tal y como estaba.
Giro la perilla de la puerta sintiendo sus mejillas calurosas y cuando la abrió pudo haber jurado que en esos momentos parecía un tomate.
Por otro lado Louis se llevo una gran sorpresa al ver a Harry. Si había algo que no se esperaba verlo allí vestido de princesa con una corona dorada y llena de piedras de fantasía descansando en sus sedosos rizos color chocolate.
No logro reprimir una sonrisa al presenciar la escena. Y tiempo después soltar una risita al percibir el notorio sonrosamiento del menor.
-Buenas tardes, princesa- Dijo Louis con un tono sofisticado que no le quedaba para nada. Solo para bromear y molestar al rizado.
-¡Louis!- Regañó Harry con la vergüenza al limite de ya no más poder. En esos precisos momentos eran cuando el chico de ojos verde esmeralda deseaba introducirse en una cajita de zapatos, sellarla y nunca más salir de ella.
Louis por otro lado volvió a reír esta vez con ganas y sin pedir permiso entró a la casa del menor para encontrarse un tipo de "pasarela" en centro y una pequeña bebiendo un vaso de agua junto a la cocina.
-Hola, ¿vienes a ver el desfile?- preguntó la pequeña Ellie corriendo hasta el castaño con entusiasmo.
-Yo... no, solo vine a buscar a Harry- menciono Louis con las mejillas algo sonrosadas.
Harry lo miro con un semblante de confusión. Louis simplemente se hizo una seña al segundo piso como diciendo "ve a cambiarte"
Harry asintió y le susurro algo a Ellie en el oído para posteriormente subir a cambiarse ese ridículo vestido de princesa.
Rebusco en cada esquina de su armario y no encontró nada acorde a la situación. No tenía ni la mínima idea de adonde irían con Louis, ni siquiera sabia porque el castaño había ido a su casa sin su consentimiento. Sin embargo luego de varios minutos escogió un suéter azul marino y unos vaqueros color caqui.
Se lavó su fila de dientes blancos y bajo las escaleras con lentitud.
Sin embargo cuando hacia esto, a sus oídos llegó el sonido de una conversación entre la pequeña Ellie y Louis.
-Y dime muchacho ¿Cuales son tus intenciones con la princesa Haddy? - preguntó la infante con voz de autoridad.
-¿Mis intenciones? - preguntó Louis meditándolo un momento - Ser su príncipe azul- Contestó muy seguro de si mismo.
En los labios de Harry se dibujo una tierna sonrisa que difícilmente se iría de ahí.
Seguía escabullido en la escalera mientras presenciaba la escena a un par de metros.
-Veamos...- Continuo la menor con su interrogatorio, similar a aquellos que hacen los padres de las jovencitas cuando su novio las va a buscar a casa -¿Ya besaste a la princesa?- pregunto caminando de un lado a otro en la sala, mientras Louis se hallaba sentado en el sillón pareciendo ser intimidado.
-Todavía no, pero pienso hacerlo- dijo en un susurro tal vez demasiado fuerte.
El corazón de Harry latía con premura. Sus mejillas ardieron en su cara, no lograba asimilar aquel momento con la realidad, sin embargo, era hermoso.